La inversión "dorada" que pocos conocen y que gana un 160% en dólares en lo que va del año
Para muchos analistas, este año puede calificarse como "dorado" si se tiene en cuenta la notable evolución que tuvo la cotización del oro en los mercados internacionales.
Entre los factores que alienan la suba se pueden mencionar la elevada incertidumbre geopolítica, tensiones inflacionarias y la consecuente debilidad de las monedas fiduciarias. De esta manera, el "metal amarillo" vuelve a estar en el radar de los inversores, logrando superar sucesivos máximos históricos, al tiempo que se consolidó como uno de los activos de mejor rendimiento del mercado.
De hecho, con una cotización en los mercados internacionales que supera los u$s4.500, muestra una suba en un año del orden del 60%. Este rally no es solo una noticia para los bancos centrales o los grandes fondos, sino una puerta abierta para el inversor minorista que busca proteger su capital y, al mismo físico.
Para el inversor local, existen múltiples alternativas, que van desde la compra de alhajas, de lingotes de extrema pureza, los cuales implican la necesidad de ponerlos a buen recaudo a otras opciones. Pero existe opción dentro del mercado de capitales que no solo evita este riesgo, sino que también puede aportar una interesante rentabilidad adicional.
Herramientas para subirse a la inversión del oro
De hecho, el mercado local ofrece vehículos eficientes para subirse a esta ola alcista, entre los que se destacan dos herramientas clave: los CEDEARs cuya cotización es función del rendimiento de las compañías mineras, así como también los ETFs (Exchange Traded Funds) especializados en el rubro, que replican al instante la cotización del dorado metal en los mercados internacionales.
Cabe recordar que los Certificados de Depósito Argentinos (CEDEARs) son instrumentos que permiten a los inversores locales comprar, en pesos argentinos, una fracción de acciones o ETFs que cotizan en mercados internacionales (principalmente Estados Unidos). De esta forma, se accede a la cotización en dólares del activo subyacente, con el plus del tipo de cambio Contado con Liquidación (CCL).
En el caso de los ETF (Exchange Traded Fund) o Fondos Cotizados, estos son un instrumento que replica el rendimiento de un índice, sector o commodity (materia prima), pero que cotiza en la bolsa como una acción. Actúan como una canasta de activos diversificada.
Precisamente, dentro del universo del oro, existen dos tipos principales de CEDEARs:
CEDEAR de ETFs de oro físico (GLD) que tiene como instrumento básico el "SPDR Gold Shares", que es el ETF de oro más grande y líquido del mundo. Su principal ventaja es que ofrece una exposición casi directa y pura al precio del oro físico. El ETF está respaldado por lingotes de oro real almacenados en bóvedas y según los expertos es la forma más fiel de replicar la suba del metal. Este tipo de instrumento es ideal para el inversor que busca refugio y una correlación muy alta con la cotización internacional de la onza.
CEDEARS de empresas mineras: Estos activos representan a compañías que se dedican a la exploración, extracción y procesamiento de oro. Su rendimiento depende no solo del precio del metal, sino también de la eficiencia operativa, los costos de producción y la gestión de la empresa.
Dentro de este rubro se destacan tres compañías en particular: Barrick Gold Corp (B), que es uno de los gigantes mundiales, con operaciones diversificadas y Harmony Gold Mining (HMY), que es una importante productora sudafricana.
Cuánto ganan en el año con esta inversión
Estos tres CEDEARs muestran rendimientos más que satisfactorios para sus inversores, ya que en el caso del ETF GLD en pesos, la suba es de casi el 110%, en tanto que en la versión en dólares (GLDD) es superior al 62%. Por su parte, el certificado correspondiente a Barrick Gold trepa un 257% y el de Harmony Gold en pesos avanza un 234% y en dólares nada menos que el 160 por ciento.
En definitiva, el oro no es solo un activo para "tiempos de crisis". Es una herramienta estratégica que, en el contexto actual, actúa como un potente escudo contra la inflación y la inestabilidad global, mientras que sus derivados bursátiles —CEDEARs de ETFs como GLD y de mineras con fuertes ganancias como Barrick o Harmony— lo transforman en un motor de rentabilidad en dólares para las carteras locales. La inversión en estos instrumentos permite participar de la fiebre del oro con la flexibilidad, liquidez y accesibilidad que ofrece la Bolsa de Valores.