Dato preocupante: se frenan los depósitos en los bancos locales
Los depósitos a plazo fijo de los bancos privados llevan cinco meses de estancamiento. En efecto, el total de las captaciones en pesos vigentes al pasado 14 de septiembre, que es la última información disponible, son similares a los del 14 de abril de este año.
Es decir, los bancos no captaron nuevos clientes. La situación se complica si de ese total se deducen los intereses que se reinvierten en este tipo de operaciones. Si se desagregan los depósitos a plazo fijo por plazos, se observa un avance lento pero persistente del cortoplacismo, ya que los colocados a menos de 59 días representan el 56% del total, mientras que sólo hace seis meses su participación era del 53%.
El tramo siguiente, que va hasta los 90 días, no presenta mayores cambios, por lo que los plazos menores a dicho plazo concentran nada menos que el 70% del total. Este valor se ubica tres puntos porcentuales por encima de marzo de este año.
Al mayor cortoplacismo se suma que los depósitos a la vista, esto es las cuentas corrientes y las cajas de ahorro vienen creciendo en forma sostenida, y representan el algo más del 50% del total de los depósitos.
Sumados los vista con los plazos a menos de 60 días, el total de las imposiciones en los bancos de corto plazo es nada menos que el 74,3% del total de los depósitos, una cifra muy elevada para pensar en el financiamiento de largo plazo. Este porcentaje es demostrativo de la mayor preferencia por la liquidez de parte de los agentes económicos. El análisis puede extenderse aún más, considerando los billetes y monedas en poder del público más los depósitos a la vista y plazos fijos de corto plazo, que hoy representan nada menos que la mitad de los agregados monetarios.
El golpe de la inflaciónComo en todo proceso de inflación creciente, el comportamiento del ahorrista y del banquero es calcado. El primero comienza a preferir mantener dinero líquido para sus operaciones comunes, pero agrega una porción adicional para adelantar una porción de su consumo. Entonces, afecta los depósitos de los bancos y con ello la liquidez del sistema.
En primera instancia, los bancos se ven obligados a pagar más tasas de interés para tratar de retenerlos, pero esto tiene su contrapartida en el crédito disponible, que se reduce o ve como sube la tasa de interés. Esta rueda ya es conocida por los ahorristas y los banqueros. Lo ideal, según sostienen especialistas, sería que se la interrumpa cuanto antes, para evitar males mayores.
Los motivos de esta situación pasan por una inflación de "bolsillo" creciente, ante la cual los depositantes, con mucha experiencia sobre el particular, saben cubrirse y tratan de evitar volver a perder su patrimonio. Según un informe de la consultora Finsoport, en los últimos doce meses, el 80% del aumento registrado por la demanda de dinero del sector privado respondió a las necesidades de fondos transaccionales. Tomando en consideración una definición amplia (como es el M3 privado en pesos que adiciona a los billetes y monedas en poder del público los depósitos a la vista y a plazo en moneda doméstica), los plazos fijos explicaron solamente el 20% de la expansión del agregado. Con posterioridad al primer trimestre de este año, la contribución de las colocaciones a plazo comenzó a desmoronarse reflejando los efectos de la creciente preferencia por el dinero transaccional. La crisis de hipotecas en los EEUU agregó su parte en este sentido, aunque la necesidad de fondos para efectuar transacciones sigue "gozando de buena salud" y crece a un ritmo cercano al 30% anual.
¿Qué está pasando con los agentes económicos? Mientras el consumo privado explica trimestre a trimestre una mayor proporción del aumento del PIB y la demanda de dinero para efectuar transacciones constituye el "combustible" que alimenta su desarrollo, pareciera que aquellas colocaciones representativas de la función del dinero como reserva de valor se debilitan.Finsoport agrega además que si bien el Banco Central previó que los depósitos representativos del ahorro de las familias y empresas crecerían por encima de los medios de pago, la realidad está demostrando no sólo su incumplimiento, sino también un "corrimiento" hacia aquellas inmovilizaciones "más líquidas" (o sea a plazos más reducidos). Ahorristas, en problemasSi se analizan los rendimientos reales de las colocaciones a plazo, se observa un crecimiento de los retornos negativos que las restricciones monetarias de la crisis de hipotecas contribuyó a detener. En promedio, los depositantes pierden anualmente un 6% de su capital al mantener sus depósitos bajo la forma de plazos fijos (ver nota: El plazo fijo le hizo perder dinero al ahorrista argentino). ¿Está el consumo presente doblegando a la posibilidad de utilizar el dinero como reserva de valor? La evidencia estaría respondiendo afirmativamente a la pregunta. Existen muestras de que el estancamiento de los plazos fijos refleja que los ahorristas están privilegiando el mantenimiento de su poder de compra frente al avance de la inflación, para lo cual, en muchos casos apelan al adelantamiento del consumo.La contrapartida de todo esto es una situación que genera preocupación creciente entre los banqueros, ya que al no crecer los depósitos se resiente la capacidad de préstamo de las entidades, pues no cuentan con la materia prima básica para llevar a cabo el proceso de intermediación financiera.
En un contexto de fuerte crecimiento de la economía cabe suponer un aumento en paralelo del crédito, por lo que esta mayor demanda enfrenta cuellos de botella que se "solucionan" mediante la suba de la tasa de interés. Ningún banquero va a arriesgar su caja para ganar algún punto de más con un préstamo que no esté lo suficientemente calzado. Y hoy esta situación existe y se palpa en el mercado.Para colmo, a raíz de la crisis de las hipotecas subprime de los EEUU, se limitó fuertemente el ingreso de fondos provenientes del exterior, por lo que se limitó otra fuente de fondos para el sistema bancario en su conjunto.
Rubén Ramallorramallo@infobae.com © infobaeprofesional.com