El "lunes negro" encuentra similitudes con la crisis de 1987
Todo arrancó con desaceleración, siguió con el freno de la economía, más tarde crisis y ahora la palabra fatídica que nadie quiere mencionar: recesión, o al menos temores fundados que recaen en la primera economía mundial, la estadounidense. Justamente, aquella donde el consumo supone nada menos que el 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Hasta el viernes pasado, las noticias provenientes de los mercados financieros alertaban con indicadores y declaraciones de expertos sobre la probabilidad de que los EEUU entre en recesión en algún momento del corriente año. Pero fue el anuncio de George W. Bush del viernes, de un plan de shock por un monto de 145.000 millones de dólares -algo así el 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)- el que acentuó aún más el pesimismo de las bolsas que ese mismo día cerraron de nuevo con pérdidas. Paradójicamente, el anuncio apuntaba a reactivar el consumo y contener la tendencia recesiva de la economía norteamericana, lo cual estuvo lejos de tranquilizar a los mercados.Pero no todo terminó ahí. El lunes resto del mundo sufrió pérdidas de magnitudes pocas veces vistas. En este contexto, no se recuerda en las plazas bursátiles un comienzo de año tan negativo, con caídas de los principales indicadores europeos superiores al 15%, y del 8,8% en el caso del Dow Jones.
AnalogíasCuando se está en medio de una crisis, producto de una burbuja especulativa, suele pensarse que será única e irrepetible y que no tiene antecedentes históricos, salvo, claro está, la obvia referencia a la Gran Crisis del '29, que sacudió la economía mundial.
Los años 20 fueron en los EEUU de crecimiento económico y aumento de la productividad. En esos tiempos, lo más significativo era que las ganancias de la productividad fueron a parar al beneficio empresarial, bajo la forma de dividendos.
La Gran Depresión fue una crisis económica mundial iniciada en octubre de 1929, y que se prolongó durante toda la década de 1930, siendo particularmente intensa hasta 1934. El desplome del precio de las acciones fue extraordinariamente intenso, alcanzando tintes dramáticos. Gran número de inversionistas vieron cómo su dinero, en muchos casos tomado a crédito, se volatilizaba en cuestión de días. El "crash" bursátil motivó una reacción en cadena en el sistema financiero, con numerosos bancos que empezaron a tener problemas de solvencia y de liquidez al acentuarse la desconfianza en su capacidad de rembolsar a los depositantes.
En qué se diferencia la crisis actual de las anteriores:
- Crisis del 30:Para el economista Juan Carlos De Pablo "la diferencia con la crisis del 30 es la magnitud, porque aquella terminó durando una década con tasas de desocupación del 25% y un PIB que cayó a la tercera parte."Fausto Spotorno, de Orlando Ferreres y Asociados, considera que " la principal diferencia es que lo de ahora ya se esperaba, en cambio en el 30 tomó por sorpresa, pues todos creían que la economía seguía creciendo. Además, hoy los policy makers (organismos monetarios, como la FED) manejan mejor la crisis que en aquel entonces, por eso el crecimiento de los EEUU será del 0,7%."De acuerdo con Alejandro Bianchi, de Invertir Online, la similitud entre ambas crisis es la aversión al riesgo a nivel global que dejan estos sucesos. En este caso, las estimaciones de los EEUU son cada vez más bajas y eso te disminuye las expectativas de cuánto ganarán las empresas, lo que llevarán a una corrección de precios.En la visión de Gabriel Caamaño, economista de la consultora Estratego, "la similitud con la crisis del 30 es que ambas empezaron en el mercado inmobiliario (aunque en el 30 fue mayoritariamente en las acciones), pero la diferencia es que en el 30 no había bancos centrales que regularan, es decir que la liquidez mundial era totalmente demanda y oferta y eso hace que cualquier efecto especulativo hiciera caer todo". Julio Rotman, secretario del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad, asegura que "la crisis del 30 tiene un concepto distinto porque, primero, fue una crisis de largo plazo en donde estaba en juego la esencia productiva de los mercados, en cambio acá hubo una crisis por el tema hipotecas y los balances negativos de los bancos". En la visión del economista, "hoy, la baja de activos trae un derrumbe generalizado: los fondos de inversión tienen órdenes permanentes de ventas y cuando deben reponer los capitales de la gente que sale de ellos venden donde pueden, en todos los países donde están. Por eso, como los fondos son internacionales, cuando venden en todos lados simultáneamente provocan una baja generalizada." Agrega además que "lo de ahora no tiene nada que ver con lo de los 30 porque hoy, con las actuales tecnologías, se sabe enseguida lo que pasa en otro lado, en cambio en el 30 los mercados no estaban globalizados".Además, en su visión, ahora los gobiernos y mercados están en condiciones de tomar medidas impositivas y de tasas para salvar la crisis, algo que antes no pasaba. "Es posible que en los EEUU salga la FED a bajar las tasas más alguna medida que del BCE que pueden dar vuelta al mercado", indica.Según Tomás Bulat, "con la crisis del 30 hay más similitudes porque hubo una burbuja especulativa en las acciones. Entonces, cuando se cayó la bolsa, el banco tenía pérdidas porque la gente compraba acciones con deuda bancaria. La gente pedía dinero al banco para comprar acciones, agrega, pero cuando cae todo no puede pagar y "cuando el banco ejecuta, se encuentra con que las acciones valen menos y tiene pérdida".El especialista destaca que, "entonces, la crisis es similar a la actual porque ahora en vez de acciones hay casas: la casa de 1 millón ahora vale 600.000 y le da pérdida al banco al ejecutar al deudor hipotecario. La diferencia con aquel entonces es que ahora hay una Reserva Federal sólida y coordinación con los bancos centrales de otros países, que pueden amortiguar el problema por diferentes vías, como inyectando liquidez o bajando tasas."
-Crisis del 87-89:Spotorno, considera que la actual es más comparable con la crisis del 87, porque en ese entonces se ponía en duda la valuación de la deuda de las empresas, algo que ahora ocurre con los bancos. En el 87, la gente compraba empresas con deudas y después esa deuda la pagaba la empresa, lo que generó gran endeudamiento en la economía norteamericana. Otra crisis con similitud a la actual fue la de Japón del 89, una burbuja inmobiliaria. Como ahora, hubo financiamiento a tasas muy baratas para las hipotecas de Japón, con el agravante de que el yen se había apreciado y esa crisis le duró diez años.La diferencia es que ahora no hay exceso de endeudamiento de los bancos, sino que los problemas vienen por el mercado inmobiliario, y lo que no se sabe es qué riesgo hay en esa deuda.Rotman agrega que "en el 89 hubo una crisis inmobiliaria, que fue con unas cédulas hipotecarias que un fondo no pudo pagar y se cayó, también por asimetrías de información." En su análisis, explica que el problema son las "asimetrías de información". La ingeniería genera nuevos instrumentos pero basándose en que el comprador nunca conoce del todo al instrumento, entonces se generan estas burbujas porque, como el inversor no sabe si el problema es sólo de ese instrumento o de todos, se deshace de todos ellos por las dudas, señala el especialista. Entonces, los únicos activos que quedan son los malos, concluye.Tomás Bulat se refiere a la crisis de 87 en estos términos: "El Dow Jones cayó 20%, como consecuencia de una gran burbuja especulativa sobre acciones. Por la inflación, los EEUU subió sus tasas y se convirtió en una gran aspiradora de capitales. Esto generó una apreciación bursátil muy fuerte que inevitablemente se tenía que pinchar".La similitud con la crisis actual es que "hubo una devaluación de acciones en vez de casas aunque, en ese entonces, también hubo problemas tecnológicos porque se empezaban a usar los stocks tecnológicos (ventas automáticas, cuando la acción llegaba a determinado precio)", remarca el experto.
Pero en materia de opiniones, el siempre vigente Alan Greenspan dio la suya al afirmar que "la raza humana nunca ha podido encontrar un camino para contener las burbujas".El ex presidente de la Reserva Federal comparó las actuales turbulencias en los mercados con la crisis de 1987, conocida como "Lunes Negro", y con la crisis de 1998, cuando Long-Term Capital Management colapsó y la FED se vio obligada a inyectar liquidez masiva en el sistema.Greenspan, que ahora es un consultor privado, dijo que la euforia se apodera de la economía en los períodos de expansión y se crean burbujas "y estas burbujas no pueden disolverse hasta que la fiebre aparece".
Por último, agrega que "las burbujas no pueden corregirse con ajustes de los tipos de interés, afirmó indicando que ya se intentó en anteriores crisis sin éxito."
En un contexto como el actual, la historia de los derrapes bursátiles permite extraer algunas enseñanzas:
- La crisis de las punto.com del año 2000:Entre las crisis recientes más profundas se puede mencionar el colapso de las punto.com del 2000.
A fines de los noventa las compañías de Internet como Amazon.com y AOL cautivaron las bolsas de valores y parecía acercarse una nueva era para la economía. El precio de esas acciones se disparó cuando se cotizaron en la bolsa Nasdaq aunque en realidad pocas de las compañías generaban ganancias. La bonanza llegó a su punto más alto cuando el proveedor de Internet AOL compró la compañía de medios tradicionales Time Warner, por casi u$s 200.000 M en enero de 2000.
Pero la burbuja estalló en marzo de ese año y el índice Nasdaq, con fuerte representación de empresas del área de tecnología, cayó el 78% para octubre del 2002.
El colapso tuvo implicaciones más amplias. La inversión empresarial cayó y la economía estadounidense se desaceleró al año siguiente. El proceso fue exacerbado por los atentados del 11 de septiembre, que llevaron al cierre temporal de los mercados financieros.
En ese momento, la Reserva Federal de los EEUU, también conocida como la FED, bajó gradualmente la tasa de interés desde 6.25% hasta 1% para estimular el crecimiento económico.
- El crash de octubre de 1987:Las bolsas de valores estadounidenses sufrieron la mayor caída diaria en tiempos de paz el 19 de octubre de 1987.
Fue cuando el índice promedio industrial del Dow Jones bajó 22%. Las bolsas europeas y japonesa también sufrieron fuertes pérdidas. El colapso fue provocado por la creencia generalizada de que el manejo inapropiado de información confidencial, y la adquisición de compañías con dinero proveniente de préstamos, estaba dominando el mercado mientras la economía de los EEUU se estaba estancando. También había preocupación sobre el valor del dólar, que había estado perdiendo poder en los mercados internacionales.
Estos temores se incrementaron cuando Alemania subió una tasa de interés clave, llevando a la apreciación de la moneda de ese país.
Por otro lado, los sistemas computarizados de venta de acciones (recientemente introducidos) hicieron peores las bajas de las bolsas, ya que las órdenes de ventas se ejecutaban automáticamente. La preocupación en torno a la posibilidad de quiebras en bancos importantes llevó a que la FED y otros bancos centrales bajaran drásticamente las tasas de interés.
Adicionalmente se introdujeron reglas para limitar el comercio por computadora y permitir que las autoridades suspendieran cualquier tipo de compraventa bursátil por cortos periodos de tiempo. Este colapso pareció tener pocos efectos económicos directos y las bolsas de valores se recuperaron poco tiempo después.
Sin embargo, las bajas tasas de interés, especialmente en el Reino Unido, podrían haber contribuido a la burbuja que se produjo en el mercado inmobiliario en 1988-89 y a las presiones que llevaron a la libra esterlina a una devaluación en 1992. El colapso también demostró que las bolsas de valores del mundo estaban ahora interconectadas y que los cambios en la política económica en un país podrían afectar los mercados alrededor del mundo.
También las leyes que regulan el manejo inapropiado de información confidencial fueron reforzadas en los EEUU y el Reino Unido.
Rubén Ramallo©infobaeprofesional.com