Argentina lo hizo: alcanzó el primer puesto en el ránking de riesgo país de América latina
Los motivos de la escalada pueden resumirse en que se extendió la incertidumbre, en cuanto al prolongado conflicto entre el Gobierno y las entidades agropecuarias, y las dudas que ésto genera sobre el futuro de la economía, pese a que mantiene su solidez y sólo enfrenta un gran problema: la inflación.
Con un Embi , que según la metodología que aplica el JP Morgan, se ubica en los 575 puntos básicos, la Argentina supera al de Ecuador que, según el último dato conocido se ubicaba en los 545 y al de Venezuela, que sumaba 529 puntos básicos.
Pero adicionalmente, la Argentina es el país con el peor desempeño entre las 16 naciones rastreadas por el EMBI , con subas superiores al 40% en lo que va del año; frente a un incremento de menos del 5% en el caso de Venezuela y caídas en la mayoría de los países.
Cien puntos básicos equivalen al uno por ciento de tasa, y representan el spread sobre los bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Entonces, los 575 puntos de la Argentina, implican una sobretasa de 5,75% sobre el 4,14% que corresponde a un bono norteamericano a diez años.
Además, el Embi de la Argentina no sólo es el más alto de la región, sino que también se alejó sustancialmente del de Brasil, que según la última medición es de 190 puntos básicos.
No hace mucho tiempo, el 26 de enero de 2007, los indicadores de ambos países coincidían en 186 puntos básicos. A partir de ese momento, los respectivos riesgos tomaron caminos divergentes y hoy el de Argentina es tres veces mayor que el de su mayor vecino.Las causas de la subaParadójicamente, la suba del riesgo país se inició una vez concluido el proceso electoral en la Argentina y se extendió hasta que se desató el conflicto con el campo. En todo este período tuvo gran influencia la crisis financiera internacional, que llevó a muchos inversores y fondos a retirar sus inversiones en la región.
Pero no sólo el componente externo fue el culpable. "A lo largo de ese período comenzó a ser cada vez más evidente el creciente proceso inflacionario, mientras que los índices oficiales trataban de mostrar otra cosa", señaló off the record un operador consultado por infobaeprofesional.com.
Y este es un punto central para comprender la suma del riesgo argentino. El 40% de la deuda pública argentina se ajusta por la variación de los precios al consumidor y este indicador es precisamente el que sufre las mayores manipulaciones.
Como consecuencia de ello, "los inversores consideran que se ven afectados por la forma en que se lo ajusta y simplemente los venden, sin importar en muchos casos el precio de salida", señaló la fuente. El conflicto entre el Gobierno y el campo El efecto del conflicto con el campo forma parte de la misma historia, pero con aristas diferentes. Debido a la creciente aversión al riesgo demostrada por los inversores, los bonos muestran pérdidas, en lo que va del año, del orden del 20 por ciento.
Esta situación llevó al Banco Central (BCRA) a intervenir en ese mercado para sostener las cotizaciones de determinados títulos, como el Discount o el Par en pesos. Indudablemente, sin su intervención hoy la situación sería mucho peor de la que muestran las estadísticas.
En su último informe, Portfolio Personal, publica que en el plano local la crisis agropecuaria continúa dominando la escena. Sin embargo, el análisis agrega que "el Gobierno continúa interviniendo para no permitir que la mayor incertidumbre política se refleje en el comportamiento de las variables financieras."
Así, según añade el informe, "el Banco Central volvió a intervenir en el mercado cambiario evitando cualquier repunte en la cotización del dólar. Además, continuó comprando bonos ajustables por CER evitando que profundicen su caída."
Con esta política, concluye el documento, "si bien no logra reducir la tasa de riesgo país, al menos la mantiene estable, aunque en elevados niveles."¿Riesgo país alto equivale a debilidad estructural?Según la calificadora Standard and Poor's (S&P), la crisis agropecuaria no hace más que subrayar las debilidades estructurales de la Argentina, y justifica su baja calificación (B ), cuatro escalones debajo del grado de inversión. "Si uno mira sólo los números económicos, la Argentina debería tener una mejor calificación, pero tenemos que ajustar los maravillosos números a la performance de las instituciones, su historia política y otros factores cualitativos", explicó Joydeep Mukherji, director del grupo de calificaciones soberanas de S&P.
Recientemente, JP Morgan recomendó a los inversores vender deuda argentina y de Turquía, mencionando la "debilidad estructural" del país sudamericano y las grandes necesidades de financiamiento de las que tiene a Ankara como metrópolis capital. En el caso de la Argentina, JP Morgan ajustó su portafolio al vender 3 millones en bonos Bonar con vencimiento en el 2011 a 91,50 dólares. A su vez, el banco de inversión aconsejó a sus clientes comprar deuda peruana ante "los fuertes fundamentals" de ese país.Para basar su decisión, JP Morgan sostuvo que el actual gobierno no aprovechó el escenario pos electoral para realizar cambios clave, como la medición de la inflación, la excesiva dependencia de los precios de las materias primas y resolver la escasez de energía.Según JP Morgan, esos problemas "en el largo plazo socavarán las expectativas de crecimiento y agravarán los actuales problemas inflacionarios." "Dado el limitado acceso al mercado de capitales por parte del Gobierno, la capacidad de la economía para amortiguar un potencial ajuste en la demanda doméstica parece bastante limitado", agregó el banco. Además, señaló que el enfrentamiento con los productores agrícolas en torno a las retenciones, que derivó en una huelga que el jueves último entró en su día número 100, y "pone de relieve que el esquema de financiamiento en el que se apoya la posición fiscal de Argentina se ha vuelto frágil." En igual sentido, según otra calificadora, Fitch, el conflicto con los productores agropecuarios ya ha afectado de forma negativa las tendencias de crecimiento y la demanda interna en el país.
El analista Guido Bizzozero, de la corredora local Allaria Ledesma, indicó que la situación crea tensión social y económica, que se refleja en el sistema bancario, ya que para las entidades los efectos se traducen en una menor capacidad de intermediación y un retraso en las decisiones de consumo a causa de la incertidumbre. Para Fitch, los problemas entre el oficialismo y los ruralistas están influyendo negativamente en la consolidación del crecimiento, a la vez que se observa alguna retracción en la demanda. En tanto, la inflación continúa siendo un tema preocupante y postergado en la situación económica nacional.
Standard & Poor’s, que en mayo rebajó a "Negativa" la perspectiva asignada a sus calificaciones sobre la República Argentina coincide con los diagnósticos anteriores, y puntualiza la falta de iniciativa del Gobierno a implementar políticas correctivas respecto a las actuales distorsiones en el funcionamiento de la economía y los crecientes desafíos adicionales planteados en el entorno político.
"La perspectiva negativa indica que predominan los riesgos a la baja para las calificaciones soberanas de la Argentina", agregó Briozzo. Ello se debe a que "las expectativas sobre el avance de la inflación y las distorsiones en la economía mediante controles de precios, subsidios y regulaciones adicionales, afectarán las perspectivas de crecimiento ahora que se ha reducido la brecha del producto del país."
"En opinión de Standard & Poor’s, el actual paquete de políticas acrecienta la posibilidad de que continúe el aceleramiento de la inflación, lo que podría debilitar la cohesión social y generar una mayor intervención directa del gobierno en la economía", afirmó el analista de Standard & Poor’s, Sebastián Briozzo.
S&P considera que una fuerte actividad económica combinada con aumentos en la tasa de inflación y en los impuestos sobre la exportación han favorecido en estos años las cuentas fiscales, que arrojarían un superávit primario de 3.3% en 2008.
Sin embargo, en la visión de S&P, las presiones salariales, los subsidios y la continua disputa con el sector agrícola, acrecentarán los retos para la política fiscal en los próximos 18 a 24 meses.
Andrés Méndez, economista de Finsoport, consideró que el principal problema actual es la salida de capitales, porque implica una forma de desconfianza. "Hubo una causa que los hizo emigrar y habría que esperar un escenario más favorable que facilite el reingreso", agregó.En tanto, Fausto Sportorno, de Orlando Ferreres & Asociados, consideró que "hoy hay que admitir que hay una desaceleración de la economía. Sin embargo, si esto se resuelve rápidamente el costo sería relativamente bajo, pese que se perdieron tres meses. No se va a crecer tal como estaba previsto pero se puede recuperar una parte"."Si esto se extiende, el escenario será más complicado. Por ejemplo, hablar de 6 meses, implica que la recuperación será más prolongada", concluyó Spotorno.
Quizá estos comentarios permitan comprender por qué el país está, esta vez, en la cima de América. Aunque duela.
Rubén Ramallo©infobaeprofesional.com