El viento de cola se transformó ahora en un temible huracán que afecta a la Argentina
La bonanza en el crecimiento de la economía global que acompañó la gestión del ex presidente Néstor Kirchner y permitió a los analistas hablar durante mucho tiempo del "viento de cola", se transformó ahora en un huracán que sopla cada vez de manera más peligrosa y afecta las buenas intenciones del Gobierno de Cristina Kirchner de acercarse nuevamente a los mercados de crédito internacionales.
La notable suba en los precios de las materias primas que también ayudó y mucho al país en años anteriores, puede amesetarse y afectar negativamente. Esto es así porque se estima que el mundo crecerá a menor ritmo, se reducirá la demanda de commodities y eso impactará en varias economías, entre ellas la argentina.
Cuando el viento soplaba a favorDurante el período comprendido entre 2004 y 2007, la economía mundial alcanzó el mayor grado de crecimiento de su historia y la Argentina no lo desaprovechó. Esta afirmación es del economista Miguel Angel Broda y la efectuó en un seminario organizado por iProfesional.comEn ese lapso, los analistas coincidían sobre las ventajas de tener "viento de cola", situación que le permitió crecer a tasas sustancialmente elevadas. A lo largo del período en cuestión, el Gobierno administró un modelo económico basado en los denominados "superávits gemelos" - saldo comercial y fiscal positivo- que le posibilitaron incrementar notablemente el stock de reservas, aunque incurriendo en costos que se fueron incrementando con el paso del tiempo, como por ejemplo la inflación. Fue esta acumulación de reservas la que abrió las puertas a la administración anterior para cancelar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Algo similar se anunció recientemente respecto de la cancelación de los compromisos con el Club de París. Sobre este tema, el presidente del Banco Central (BCRA), Martín Redrado, aseguró en el cierre de las Jornadas Monetarias y Bancarias 2008 que la decisión "es una demostración de la capacidad de pago y una estrategia para reinsertar a la Argentina en el mundo financiero".
Sin embargo, el contexto ya no es el mismo.Un viento de cola que se transformó en huracánA partir de la crisis financiera que se originó en los EE.UU. todo comenzó a enturbiarse, principalmente a partir de julio de este año, momento en el que los problemas domésticos de ese país se expandieron al mundo. En palabras de Martín Redrado, "el mundo enfrenta una conjunción de eventos económicos negativos como pocas veces se ha visto: crisis financiera, recesión e inflación. Para las economías más desarrolladas esta tormenta perfecta es una rareza. Desde una perspectiva emergente, desafortunadamente esa trinidad resulta mucho más familiar".A esta altura de los acontecimientos, la teoría del "desacople" que se venía perfilando en los últimos meses parece haber quedado en desuso (la misma argumenta que la economía mundial ya no depende tanto del crecimiento americano, debido al rol más activo de otros países, que aportan una cuota mayor en relación a lo ocurrido décadas pasadas).
Impacto en la ArgentinaDarío Epstein, economista y presidente de Sur Investment, analizó el impacto de la crisis sobre la Argentina tanto en el plano financiero como en el de la economía real. Respecto al primero, el analista señaló que "es muy difícil que los inversores internacionales miren a la Argentina, Bolivia, Venezuela o incluso Brasil"."Todos los llamados mercados emergentes están siendo golpeados con una salida de capitales muy fuerte porque estos buscan refugio en activos libres de riesgo como lo bonos del tesoro americano", dijo Epstein. Sin embargo, el economista sostuvo que "la Argentina no tendrá un fuerte impacto en este sentido porque está fuera de los mercados internacionales". "Lo que sí es un problema - señaló Epstein - es la desaceleración de la economía mundial, ya que esto sí afecta al precio de las commodities, que son las que sostuvieron nuestro superávit comercial". Alfonso Prat Gay, economista y ex titular del Banco Central, predijo un panorama más sombrío. El analista sostuvo que "la crisis mundial ya repercute tanto en el Gobierno como en las empresas porque les dificulta el acceso al crédito". El ex presidente del Banco Central afirmó a su vez que "la Argentina tiene un problema adicional, porque negoció muy mal la deuda en 2005 y no logró reabrir el acceso a los mercados, se comprometió a pagar más de lo que hubiera tenido que comprometer, y eso hoy se factura con tener una única fuente de financiamiento, que es el comandante Chávez". En tanto, el economista Miguel Kiguel, en diálogo con Radio 10 aseguró este miércoles que "la crisis financiera afecta al mundo entero y todavía no tocó fondo" , aunque destacó que esta vez los problemas no los está generando la Argentina". Esta opinión coincide con la de Gabriel Sanchez, del IERAL, que sostuvo a iProfesional.com que "EE.UU. está arrastrando a todas las economías". Una buena intención, un pésimo momentoEl "escudo antimisiles" con el que creía contar la Argentina frente a una potencial crisis está siendo puesto a prueba en estos días. Desde el propio Gobierno se considera que pese a que se está bien preparado para enfrentar la actual coyuntura, nadie sabe a ciencia cierta cuál es su profundidad y la extensión que puede alcanzar y eso comienza a generar incertidumbre.La decisión de pagar al Club de París lucía inicialmente como una buena intención para que el país inicie el camino de reinsertarse en el mundo financiero. Pero como suele suceder a veces, podría convertirse en una buena idea en el peor de los momentos. Bajo circunstancias de stress financiero, un buen administrador sabe que lo primero que tiene que hacer es cuidar la caja, y en estas circunstancias perder alrededor del 15% de las reservas del BCRA no parece ser un tema menor. Diego Gauna, coordinador de Investigación de la Escuela de Negocios de la Universidad de Palermo (UP), sostuvo que "en medio de las actuales turbulencias la utilización de reservas no tiene sentido". Sánchez consideró en diálogo con iProfesional.com que "la Argentina tiene un problema por la necesidad de salir al mercado y es obvio que un contexto donde éstos están explotando no se ve favorecida. No es que no haya que hacerlo, pero no es el mejor momento".
El economista explicó que la cancelación de la deuda con el Club de París y la posibilidad de negociar con los holdouts llegan en un escenario distinto y agregó que "el Gobierno demuestra tener una mala sincronización a la hora de tomar ciertas decisiones porque se viene un período de baja de los precios de las commodities".Algo parecido opinó Gauna, para quien "los beneficios potenciales del anuncio oficial se vieron contrarrestados por las turbulencias mundiales".Prat Gay subrayó que el pago al Club de Paris sólo sirve para destrabar líneas de créditos comerciales, a muy largo plazo y atadas a proyectos específicos de inversión como el tren Bala, pero que dichas líneas son muy distintas a las de financiamiento que necesita el Tesoro Nacional para afrontar los abultados vencimientos de deuda del próximo año. María Castiglione, directora de Castiglione, Tiscornia y Asociados, expresó que "la realidad es que obviamente un escenario como el actual disminuye el impacto de las medidas positivas como la cancelación de la deuda con el Club de París y la supuesta oferta a los holdouts del Gobierno en el mercado".En circunstancias como las actuales, Gauna coincidió con Epstein, pues "el mercado no discrimina entre el escenario global y el de un país en especial, en este caso Argentina. En general mide con la misma vara a todos". Para el académico, la duda es si "este fue el momento más oportuno para el anuncio, teniendo en cuenta que el mercado de alguna manera ya lo había descontado desde hacía bastante tiempo. Es el precio que se paga por tantos años de inacción que no se pueden recuperar". La cuestión en perspectiva"Así como este año los precios internacionales oxigenaron el programa económico y salvaron al gobierno de debutar haciendo un ajuste, el año que viene pueden ponerlo en un brete. La economía mundial ha ingresado inexorablemente en un período de menor crecimiento económico y mayor inflación. En este marco, los precios de las materias primas van a terminar bajando", opinaron desde la consultora encabezada por Carlos Melconian y Rodolfo Santángelo.El informe semanal que elabora M&S Consultores considera que "los desafíos son ahora más pesados que antes y los riesgos más grandes. No hay más chance de "no hacer nada", salvo que vuelva el salvavidas de los mayores precios internacionales. Pero esto último tiene baja probabilidad de ocurrencia".De acuerdo al mismo informe "hay tensión creciente en el mercado de deuda pero un default es evitable. El Gobierno puede mostrar para el año que viene un programa que haga cerrar la caja de pagos de la deuda sin depender de los mercados voluntarios de capitales que están cerrados".Las perspectivas para la región son más complicadasLos pronósticos dados a conocer por JP Morgan y Lehman Brothers coinciden en afirmar que América latina enfrentará un 2009 más difícil que el año actual en cuanto a crecimiento y manejo económico, por una esperada desaceleración global, caídas en los precios de las materias primas y alzas de tasas de interés para controlar la inflación. "El 2008 ya está jugado. Para la región hay que prepararse para un 2009 mucho más difícil que este año", señaló a Reuters Guillermo Mondino, jefe de investigación de mercados emergentes de Lehman Brothers. Si este año se espera que la región crezca poco más de un 4,5%, su expansión en el 2009 sería alrededor de un punto porcentual menos. "El crecimiento va a caer todavía más. Este año esperamos 4,0% y el próximo 3,4%", dijo Luis Oganes, jefe de Investigación Económica para América latina del banco JP Morgan. En tanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estimó una expansión de 4,0% en el 2009. Según los analistas, América latina se va a enfrentar no sólo a la desaceleración de la actividad en Estados Unidos, sino que también, y de manera importante, al retroceso de Europa y Asia, principales destinos de las exportaciones de la región.En momentos en que el crecimiento se enfría en todo el mundo, incluyendo China, y cae la demanda por materias primas, muchos analistas creen que es improbable que los precios retomen las alturas de hace unos meses. Se trata de un cambio importante para los países en desarrollo, cuyas economías dependen mucho más de las commodities que Estados Unidos y Europa y donde la inflación está muy influenciada por la evolución de estos precios.Rubén Ramallo© iProfesional.com