Sir Robert Stanford, el aprendiz de Madoff, lavaba dinero de América latina
El financista Robert Allen Stanford, que fue acusado en febrero por las autoridades de EE.UU. de llevar a cabo un fraude multimillonario, podría haber sido un informante de la agencia antidrogas estadounidense (DEA, siglas en inglés).
Según el portal Cotizalia.com, ese sería el motivo por el cual podría haberse librado de hacer frente a cargos criminales, a pesar de que los Gobiernos de EE.UU. y de Reino Unido ya le habían investigado por blanqueo de dinero en 2006. Stanford, presidente del grupo de empresas Stanford Financial Group, consiguió captar más de mil millones de dólares para un fondo de inversión tras inventar un pormenorizado historial de rentabilidades y se ha llevado, supuestamente y mediante un esquema Ponzi, 6.370 millones de euros.
Tal y como se inforrmara en febrero, el fraude presentado por la SEC salió a la luz cuando Stanford vendió certificados de depósito a través del SIB a unos 50.000 clientes.
Las autoridades bursátiles pidieron cuentas sobre el paradero de ese dinero, pero los responsables de Stanford se vieron no supieron responder. Según revela la demanda, los clientes pensaban que su dinero estaba invertido en activos líquidos, que la gestión la llevaban más de veinte analistas y que las inversiones las supervisaban las autoridades de Antigua. Todo resultó ser una trama bien trazada, según la demanda de la SEC. Ahora ha salido a la luz que el millonario, de origen estadounidense, pero con ciudadanía de Antigua y Barbuda, podría haber colaborado con la DEA para proteger sus inversiones, según una investigación llevada a cabo por la BBC, lo que explicaría, según la cadena de televisión británica, que Stanford haya esquivado hasta ahora a la justicia. Unos documentos secretos consultados por la BBC ponen de relieve que tanto el Gobierno de EE.UU. como el de Reino Unido sabían desde 1990 que el financista estaba relacionado con temas de blanqueo de dinero procedente de América latina.
Y en 1999 pagó 2,05 millones de libras a la DEA. Se supone que este dinero procedía de los cárteles de droga mexicanos y que era una prueba de que el Stanford International Bank había blanqueado capitales. Según fuentes cercanas a la DEA citadas por la BBC la agencia estaba "convencida de que el banco de Stanford atraía millones de ‘narcodólares’, pero era muy difícil conseguir las pruebas".
Estas fuentes afirman que el financista trabajó como informante de la agencia antidroga desde 1999. Sin embargo, la agencia no ha querido hacer ningún comentario al respecto. El millonario fue acusado el 17 de febrero por el regulador bursátil estadounidense (SEC, siglas en inglés) de fraude, pero todavía no se le han imputado cargos criminales. í‰l ha negado enérgicamente ser culpable.