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Dislalia, un trastorno común en niños: ¿qué es y cómo puede afectar su desarrollo?

Se trata de una afección muy frecuente en los más chicos, pero que se puede evitar a través de algunas pautas preventivas en el día a día
01/11/2018 - 18:11hs
Dislalia, un trastorno común en niños: ¿qué es y cómo puede afectar su desarrollo?

Cuando los niños empiezan a hablar es frecuente que tengan dificultades para pronunciar correctamente las palabras. Hay algunos sonidos que resultan particularmente difíciles de decir, por la complejidad que requieren. Lo que a los adultos puede resultarles gracioso -como que un niño diga pelo en lugar de perro- puede repercutir negativamente en el desarrollo de los más chicos y transformarse en una dislalia a partir de una edad determinada.

Pero, ¿qué es la dislalia? Se trata de una de las consultas de logopedia menos graves y que tiene un mejor resultado con el tratamiento; es una afección que se produce sobre todo en la etapa del desarrollo del lenguaje de los niños, durante los 6 primeros años de edad. La dislalia se puede definir como un trastorno del lenguaje que se manifiesta a través de una dificultad de articular las palabras y que aparece como consecuencia de malformaciones o defectos en los órganos que intervienen en el habla.

Es importante tener en cuenta que los síntomas de la patología pueden solucionarse de manera espontánea con la edad -dislalia evolutiva-. Sin embargo, existen casos en los que pueden requerir la intervención de un especialista que corrija la pronunciación errónea del niño, como cuando se prolongan en el tiempo o se trata de una o varias dislalias de complicada solución.

Hacer el tratamiento en estos casos es fundamental, ya que las dislalias infantiles sin diagnóstico ni tratamiento que se prolongan en el tiempo -más allá de los cuatro años y medio- pueden desencadenar dificultades para el aprendizaje de la escritura y la comprensión lectora cuando crece, porque el niño escribe como escucha y habla. Las dislalias que tardan en corregirse pueden persistir en la edad adulta, lo cual también puede provocar fracaso escolar y baja autoestima.

Si bien cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje, lo habitual es que alrededor de los 4 años la mayor parte de los sonidos se pronuncien correctamente, aunque no siempre ocurre lo mismo con sonidos más complejos como la s, z y rr. Las señales principales de dislalia son el cambio sistemático de un sonido por otro -siempre el sonido de la k por la t, por ejemplo-, la confusión entre sonidos y el lenguaje ininteligible del niño, lo cual implica que requiere un gran esfuerzo para comprenderlo.

Ahora bien, la dislalia es un trastorno que se puede prevenir a través de algunas pautas que pueden ayudar al correcto desarrollo de los músculos de la zona. El fortalecimiento de los órganos que intervienen en el habla -bucofonatorios- y la ayuda a la distinción de los diferentes sonidos contribuye al correcto desarrollo de su habilidad articulatoria. Las medidas preventivas como evitar infecciones de oído y catarros, fomentar la respiración nasal en el niño y aportar una dieta sólida a partir del año para fortalecer los músculos articulatorios de la boca, son algunas de las medidas esenciales que se pueden tomar en el día a día. A su vez, es recomendable evitar el chupete o la succión del pulgar, ya que provoca deformaciones del paladar, y la incorrecta deglución -tragar alimentos o líquidos-. En este sentido, también se aconseja la práctica de ejercicios que mantienen ejercitado el aparato fonador, como soplar silbatos y globos, o practicar onomatopeyas de sonidos comunes.

Por último, es esencial dar el ejemplo al niño a la hora de hablar, es decir, evitar los diminutivos y articular de manera clara, aunque sin exagerar. Así, se aprovecha de manera positiva la gran capacidad de imitación que tienen los niños.