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Hijos al sol y padres preocupados, ¿cómo cuidar su piel?

Los niños suelen estar muy expuestos a sufrir lesiones por exposición al sol, por lo que es importante cuidar su piel en el verano
24/01/2019 - 14:58hs
Hijos al sol y padres preocupados, ¿cómo cuidar su piel?

La realidad es que todas las personas se exponen a quemaduras causadas por el sol en la época de verano. Ir a la playa, a la pileta o pasar el día al aire libre puede terminar con serias lesiones si no se toman los recaudos necesarios. Si bien los adultos pueden sufrir algún tipo de quemadura por el sol, la piel de los niños es particularmente sensible, a lo que hay que sumarle que no pueden cuidarse solos y necesitan de alguien que los proteja.

Además, es importante tener en cuenta que las quemaduras de la piel en los más chicos -y durante los primeros 18 años de vida- resultan más graves por el daño que provocan. Más allá de las lesiones puntuales, en este sentido la piel se comporta de manera acumulativa, por lo que todas las lesiones que ocurren en los primeros años pueden ser peligrosas para la futura salud del adulto.

Al igual que con la mayoría de las patologías, el cuidado más importante es la prevención. Cuidar la piel de los más chicos es el primer paso para evitar que sufra algún tipo de lesión.

En este sentido, es importante aclarar que muchos padres asumen de forma incorrecta que el sol es peligroso solamente cuando brilla con mucha luz, algo que es completamente incorrecto. Los rayos que queman no son los visibles, los que dan calor sobre la piel, sino los rayos ultravioleta invisibles (UV), que son invisibles a los ojos. Es por eso que una de las principales aclaraciones de los especialistas es que el niño -y los adultos también, por supuesto- puede estar expuesto a más rayos ultravioleta en días nublados o brumosos, porque tienen la capacidad de atravesar las nubes que cubren la luz solar. Entonces, a pesar de que se sienta más fresco, es necesario protegerlos para que su piel no se queme.

Además, otra de las consideraciones que se deben tener en este sentido, es que el sol quema más a mayores alturas. Por eso, siempre que se vacacione en ciudades con mayor altura respecto del nivel del mar, el cuidado de la piel tiene que ser más rigurosa.

Evitar la exposición -poner a los niños debajo de una sombrilla o dentro de una carpa de playa- no siempre es suficiente, ya que los rayos solares se reflejan en la arena y el agua, lo cual permite que lleguen a la piel de todos modos.¿Cuáles son, entonces, las principales recomendaciones para el cuidado de la piel de los más chicos de la familia?

En primer lugar, mantenerlos alejados del sol en los horarios pico de los rayos ultravioleta, es decir, entre las 10 de la mañana y las cuatro de la tarde. Aunque parezca una obviedad, este consejo también va dirigido a los adultos, especialmente en las zonas donde la capa de ozono está más dañada -muchas playas en Argentina y el resto de Latinoamérica, por ejemplo-.

Siempre se debe usar protector para bloquear el contacto de los rayos ultravioleta con la piel del niño. Es importante buscar un producto hecho especialmente para niños, ya que suelen ser menos agresivos para la piel y, en muchos casos, hipoalergénicos. Los especialistas recomiendan, sobre todo en los chicos con pieles más blancas, que el factor de protección sea de al menos 50, aunque cada pediatra tendrá su criterio.

 

La aplicación se debe realizar al menos media hora antes de salir hacia la playa, pileta o excursión, para evitar que el contacto con la ropa interfiera en su absorción. Además, se debe reforzar cada hora y media o dos horas, más aún si el niño entra en contacto con el agua y pasa mucho tiempo allí.

Además de cuidarlos del sol por las quemaduras, también es importante protegerlos de los golpes de calor. En este sentido, la hidratación es una de las principales formas de mantenerlos frescos. Ponerles un sombrero que les cubra la cabeza y vestirlos con ropa liviana también puede contribuir a este objetivo. ¿Qué se debe hacer si un niño ha sufrido una quemadura por el sol?

Las señales de quemaduras de sol aparecen usualmente seis a doce horas después de haber estado expuesto, y la mayor incomodidad se siente durante las primeras veinticuatro horas.

Si la quemadura del pequeño solo está colorada, algo caliente y le duele cuando lo toca, se puede tratar en casa. Aplicar paños fríos en las áreas quemadas o bañar al niño con agua templada contribuirá a bajar la temperatura corporal y de la zona afectada. Actualmente, existen geles denominados post-solares que sirven, precisamente, para aplicar después de la exposición al sol, sobre todo en quemaduras. De todos modos, es importante leer las etiquetas de los productos, ya que no todos los artículos de estas características son hipoalergénicos ni son aptos para todas las pieles.

Por otro lado, si la quemadura de sol causa ampollas, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o una sensación general de enfermedad, es necesario consultar con un médico de forma inmediata. Las quemaduras de sol severas se deben tratar como cualquier otra quemadura grave, y si es muy grande, algunas veces es necesario hospitalizar al paciente. A la gravedad de la lesión hay que sumarle que las ampollas se pueden infectar, lo cual puede requerir un tratamiento diferente.

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