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Atrás quedaron los días templados: claves para cuidarse de un golpe de calor

Los meses más calurosos del año traen consigo días que superan los 35 grados de temperatura, por lo que es importante saber cómo protegerse
28/01/2019 - 15:52hs
Atrás quedaron los días templados: claves para cuidarse de un golpe de calor

A pesar de haber tenido un diciembre más frío de lo común, el calor de enero finalmente llegó y no parece tener ánimos de irse. Los días ya superan ampliamente los 30° de temperatura y suelen tocar los 38° de sensación térmica, sin importar si hay sol, está nublado o incluso llueve de manera intermitente.

En este contexto, aparecen los principales trastornos relacionados al extremo calor que se vive tanto en Buenos Aires como en otros lugares del país, sobre todo del sector norte. Después de las quemaduras por exposición a los rayos UV, los golpes de calor se encuentran entre las afecciones más frecuentes, sobre todo en niños y personas mayores. Es por eso que resulta fundamental conocer la forma de prevenir un cuadro como el golpe de calor, ya que puede ser peligroso para la salud de quien lo padece, más aún en los grupos mencionados.

Ante todo debemos tener en cuenta que los líquidos son uno de los principales reguladores de la temperatura corporal. Por eso, deben estar siempre presentes en el día a día de todas las personas, sin importar que estén trabajando con aire acondicionado, que hagan ejercicio o no, que pasen el día en su casa o estén de vacaciones en la playa; siempre que el calor dice presente es necesario mantener la hidratación del cuerpo. Habitualmente se recomienda la ingesta de dos litros al día para mantener una correcta hidratación, pero en verano algunos especialistas incluso recomiendan aumentar la cantidad hasta los tres litros, como consecuencia de la deshidratación que el organismo sufre.

Tener a mano una botella de agua siempre puede ser útil, ya que así se instala el hábito de beber con frecuencia. Es fundamental considerar uno de los datos que habitualmente se subestiman: la sed es síntoma de deshidratación, por lo que en esta época es importante evitar que el cuerpo llegue a esa instancia y proveerle el agua necesaria para su correcta hidratación.

Sin embargo, la ingesta directa de agua no es la única forma de hidratación. Junto a ella es necesario ingerir alimentos ricos en líquidos -como la mayoría de las frutas de temporada-, algo que ayudará a reponer sales minerales. Además, cabe destacar que contribuyen a una mejor hidratación celular.

Es imprescindible que en la dieta diaria no falten estos alimentos, ya que su consumo es una buena manera de conseguir que los nutrientes y sales del organismo se mantengan en su justa medida.

Otra de las recomendaciones más importantes también está relacionada al área de los alimentos. En días calurosos es importante evitar las comidas abundantes, pesadas, que dejan esa sensación de haber comido en exceso. Los platos con estas características ralentizan la circulación, ya que el cuerpo necesita más tiempo para finalizar su digestión, y puede ser otro motivo de aumento de la temperatura corporal. Es por eso que, en general, se aconseja comer de manera ligera, con mucho contenido vegetal y menos hidratos de carbono.

Por último, aunque parezca obvio, siempre es importante mencionarlo: ¡cuidado con la exposición al sol! Ante todo, para prevenir un golpe de calor, es necesario asegurarse de no favorecer un aumento de la temperatura corporal. Una de las principales formas de que esto suceda es exponerse a la luz solar, sobre todo en los horarios del mediodía. Es por eso que se recomienda evitar todo tipo de contacto con el sol, más aún para aquellas personas que están en la ciudad, trabajando, o simplemente no pueden bajar la temperatura del cuerpo metiéndose a la pileta o al mar.

Por otro lado, para los deportistas, es necesario considerar el horario de práctica de ejercicio. Dentro de lo posible, se aconseja evitar los horarios de mayor intensidad del sol -de 11 a 16 hs-, ya que la actividad física sumada a la acción solar puede ser altamente perjudicial.

Además, los rayos ultravioletas sobre la piel son peligrosos, siempre que no se proteja. El uso de protectores solares actualmente es la única forma de evitar quemaduras relacionadas con la exposición al sol, un daño que también puede contribuir a subir la temperatura del cuerpo. ¿Cómo saber si tengo un golpe de calor?

Los síntomas generales de un golpe de calor suelen ser enrojecimiento de la piel, pulso acelerado y un intenso dolor de cabeza. Además, la persona suele sentir mucho calor, más allá de la temperatura que haga en el ambiente. También es frecuente que el afectado se sienta confundido, incluso al punto de sufrir una pérdida de conciencia. ¿Qué hacer en caso de tener un golpe de calor?

En primer lugar, es fundamental detectar a tiempo el cuadro, ya que puede ser riesgoso para el paciente, sobre todo el los grupos más vulnerables -niños, personas mayores y personas con facultades mentales disminuidas-.

A partir del momento en que se detecta el golpe de calor, lo primero que se debe hacer es llamar a un servicio de emergencias o, por el contrario, ir a una guardia cercana. Mientras se espera la atención médica, en cualquiera de los casos mencionados, lo único que se puede hacer es tratar de bajar la temperatura corporal del paciente. Colocar paños fríos -sobre todo en la ingle, las axilas y el cuello- o, en caso de que sea posible, darle un baño frío, es la principal ayuda que se le puede brindar a la persona afectada.

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