El cáncer es una enfermedad que actualmente afecta y mata a millones de personas en el mundo. En Argentina, según los datos de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC) en base a datos disponibles a nivel mundial para el año 2018, a nivel local hay una tasa de incidencia de 212 casos por 100.000 habitantes -se consideran ambos sexos y todos los tumores a excepción de piel no melanoma-. Esta cifra posiciona a la Argentina dentro de los países del mundo con incidencia de cáncer media-alta y la ubica, a su vez, en el séptimo lugar en Latinoamérica.

En todos los tipos de cáncer la clave para una evolución positiva se encuentra en dos factores centrales: la prevención y el diagnóstico temprano. La prevención es fundamental para reducir al mínimo las probabilidades de desarrollar alguno de los tipos de esta patología oncológica.

Sin embargo, a pesar de cualquier tipo de estrategia de prevención, es posible que las personas desarrollen alguno de los tipos de patología oncológica. Esto es así porque hay otros factores que operan detrás de la aparición del cáncer y no son prevenibles, como los antecedentes familiares, los personales y algunas enfermedades preexistentes.

Es aquí donde aparece la detección temprana como esperanza para que el tratamiento sea efectivo y la evolución del paciente sea positiva. Los controles periódicos son un elemento fundamental para poder hacer un diagnóstico precoz, no solo de cáncer, sino de cualquier otra patología.

Es importante tener en cuenta que para determinar que un paciente tiene algún tipo de patología oncológica es necesario hacer una serie de estudios. De esta manera, el médico podrá tener la certeza de qué tipo de afección tiene la persona y, así, le será posible determinar el tratamiento y las recomendaciones particulares.

Paralelamente, cabe mencionar que desde hace varios años la tecnología aplicada a la salud ha estado trabajando en lo que se conoce como medicina no invasiva. Tal como su nombre lo indica, se trata de métodos de diagnóstico, tratamiento e incluso cirugía que apuntan a invadir lo menos posible el cuerpo del paciente. De esa forma, se reducen los riesgos generales, entre ellos los de infección, y en algunos casos se han podido lograr resultados incluso mejores que con la medicina tradicional.

Respecto de este último punto, ha llegado a la Argentina una forma de diagnóstico de cáncer que se alínea con los objetivos de la medicina mínimamente invasiva y, al mismo tiempo, apunta a la detección temprana de algunos tipos de esta enfermedad.

El dispositivo en cuestión se conoce como Elastógrafo 2D SWE SSI -Elastografía bidimensional de onda de corte supersónica-, es de origen francés y permite en forma No Invasiva, Cuali-Cuantitativa y de modo No Operador Dependiente, confirmar de manera inmediata la condición de benignidad o malignidad tumoral con similar certeza a una biopsia.

Es necesario destacar que este nuevo método no reemplaza a la biopsia a la hora de definir el tipo de tejido, ya que es incapaz de realizar un análisis de estas características. Sin embargo, brinda, mediante imágenes, la magnitud de la rigidez tumoral, que está asociada directamente a la condición de malignidad del tejido tumoral estudiado.

Si bien el método es francés y se utiliza en otros países del mundo, a nivel local por el momento hay un tres dispositivos que permite hacer un diagnóstico de este tipo y se encuentran en el Hospital Garrahan, en el Hospital Fernández y en el centro Shockwave Argentina. El director médico de este último, el Dr. César R. Eisner es especialista en ecografía general y ultrasonografía y asegura que "la Elastografía 2D SWE SSI realizada en hígado, tiroides, mamas, próstata o ganglios, entre otros órganos, ha logrado reducir significativamente el número de biopsias solicitadas, ya que a partir de sus resultados sólo se piden las biopsias absolutamente necesarias". Además, agrega que "si dicha elastografía es realizada en simultáneo con la ecografía bidimensional y el ecodoppler color microvascular, se obtienen diagnósticos certeros con una precocidad pocas veces vista".En este aspecto, cabe mencionar que generalmente para valorar la condición maligna o benigna de un tumor mediante una biopsia se requiere de un patólogo experto para apreciar las características del tejido tumoral -el aspecto celular, el grado de tinción o el tipo de vascularización, entre otras-. Dentro de las particularidades que puede presentar un tumor hay otra, que es su resistencia elástica o rigidez. Precisamente, la elastografía es un método de diagnóstico que permite valorarla de manera automática.

Al igual que cualquier tipo de tecnología, la elastografía ha evolucionado a lo largo de los años. Los primeros elastógrafos utilizaban la tecnología Strain -por compresión, que valoraban la deformación de los tejidos para determinar su rigidez y la expresaban en una gama de colores superpuesta a la imagen ecográfica. Sin embargo, estos primeros dispositivos no permitían cuantificar el grado de deformación ni la fuerza ejercida por el operador con el transductor, al tiempo que los colores de la escala variaban de un fabricante a otro.

Actualmente, el panorama es completamente diferente. "Con la aparición del modo 2D SWE SSI todo cambió, debido a que la valoración de la rigidez ya no se fundamentó en la deformación de los tejidos sino en el cálculo automático de la velocidad de los pulsos ultrasónicos emitidos por el transductor", aclara el Dr. Eisner.

Por último, es necesario destacar que la Elastografía 2D SWE SSI también resulta útil para evaluar la evolución de tratamientos fisioterápicos, de ondas de choque o quimioterápicos, por lo que no se utiliza únicamente para el diagnóstico de cáncer.