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Por qué ocurren los desmayos espontáneos y cuándo preocuparse

Aunque la mayoría de las causas no son graves, es necesaria la evaluación de un médico para saber si la salud del paciente se encuentra bien
17/08/2019 - 00:01hs
Por qué ocurren los desmayos espontáneos y cuándo preocuparse

Si bien no se trata de un fenómeno tan frecuente, hay personas que han sufrido desmayos espontáneos, que no parecen responder a alguna causa en particular. En algunos casos, se trata de individuos sanos, sin patología de base, aunque hay quienes padecen este tipo de episodios como consecuencia de una enfermedad. Los desmayos de estas características se conocen como síncope, que significa una una pérdida súbita y breve de la consciencia durante el cual la persona se cae al piso o de una silla seguido de un retorno a la consciencia. Inmediatamente después la persona se encuentra inmóvil y sin fuerzas y por lo general tiene las piernas y brazos fríos, un pulso débil y respiración superficial.

Algunas personas sienten mareo o malestar antes de desmayarse, mientras que otras pueden tener náuseas, sudoración, visión borrosa o en túnel, hormigueo en los labios o las yemas de los dedos, dolor torácico o palpitaciones. Aunque sucede, es menos frecuente que el paciente se desmaye de un momento a otro sin ningún tipo de síntoma de advertencia.

En relación a las causas, es importante comprender que una persona no pierde el conocimiento a menos que se alteren las funciones cerebrales. Este trastorno se produce por una reducción del flujo sanguíneo cerebral global; a veces, sin embargo, el flujo sanguíneo es adecuado pero la sangre no contiene la cantidad suficiente de oxígeno o glucosa -azúcar en sangre- que el cerebro necesita para funcionar, por lo que también se puede producir un desmayo.El flujo de sangre al cerebro se puede reducir por motivos diversos. En la mayoría de los casos responde a alguna alteración que interfiera en el retorno sanguíneo normal al corazón, lo que provoca una disminución del flujo sanguíneo que sale del corazón. No obstante, también es probable que la causa sea un trastorno que interfiere con el bombeo de la sangre. Aunque en los infartos cerebrales se reduce el flujo de sangre al encéfalo, esto solo se produce en una parte de él. Por lo tanto, los infartos cerebrales rara vez causan desmayos a excepción de los pocos que afectan a la parte del cerebro que mantiene la consciencia.

Así, las causas más frecuentes de una reducción del flujo sanguíneo en el cerebro y, en consecuencia, de un desmayo, pueden ser las emociones fuertes -como el miedo o el dolor-, la tos o el esfuerzo y la permanencia prolongada en posición de pie. De la misma manera, levantarse de forma brusca y repentina, el embarazo y el uso de ciertos fármacos, pueden actuar de esta manera en el organismo.

En la mayoría de los casos, todas las causas mencionadas suelen provocar desmayos solo cuando la persona está de pie. Cuando cae al piso, aumenta el flujo de sangre al cerebro, lo cual favorece que recupere rápidamente la consciencia. En este punto es importante aclarar que es posible que la persona afectada no se sienta completamente bien durante unos minutos o incluso hasta después de unas pocas horas.

Los motivos mencionados anteriormente no suelen ser severos, al igual que el desmayo que producen. Pero este trastorno también se puede producir por otras causas, que son menos frecuentes y se constituyen como más graves para la salud del paciente.

Los trastornos valvulares se ubican dentro de esta lista, dado que pueden bloquear la salida de sangre del corazón.

Por su parte, una frecuencia cardíaca demasiado rápida o demasiado lenta también pueden ser motivos de un desmayo repentino. Esto sucede porque el ritmo cardíaco muy rápido puede hacer que el corazón no tenga tiempo suficiente para llenarse de sangre, por lo que bombea un menor volumen. En contraste, una frecuencia cardíaca muy lenta puede no bombear suficiente sangre.

Por último, la obstrucción de las arterias de los pulmones por coágulos de sangre -embolia pulmonar- es otro de los elementos a considerar cuando un paciente tiene un desmayo repentino. En este caso, los coágulos de sangre en los pulmones pueden impedir que el corazón bombee suficiente sangre

Cuando una persona tiene un episodio de desmayo, es clave analizar cuáles son las causas, de modo que sea posible saber el estado general de su salud. Para eso hay ciertos síntomas y características que denotan una patología grave y que son motivo de preocupación.

Algunos de ellos son los desmayos durante el ejercicio, haber tenido varios episodios dentro de un corto periodo de tiempo, los desmayos súbitos sin síntomas de advertencia o ningún desencadenante aparente y los episodios precedidos o seguidos de posibles síntomas cardíacos -como dolor torácico, palpitaciones, dificultad respiratoria-.

Además, es necesario prestar atención cuando los episodios se dan en una persona de edad avanzada y con antecedentes familiares de muerte súbita inesperada, pérdida de conocimiento mientras se hace ejercicio, o cuando no se ha encontrado una causa de episodios repetidos de desmayos o convulsiones. 

Aunque la mayoría de las causas de los desmayos no son graves, es necesaria la evaluación de un médico para distinguir las causas graves de las relativamente inofensivas. Así, las personas que se desmayaron deben acudir al médico de inmediato, especialmente si tienen alguno de los signos de alarma mencionados anteriormente.

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