Desde hace varios años cuando se acercan las fiestas de fin de año comienzan las campañas en contra del uso de pirotecnia. El impacto en los niños con patologías como el autismo, el efecto que produce en los animales, y el riesgo de lesiones severas son algunos de los motivos que se utilizan para desaconsejar la utilización de este tipo de objetos en las celebraciones de navidad y año nuevo. Aunque todavía hay quienes eligen festejar de esta manera, lo cierto es que año a año ha ido bajando el uso de pirotecnia, y con ello, las lesiones que se producen como consecuencia, sobre todo el niños pequeños.

Este año solo trece personas fueron atendidas durante los festejos de Nochebuena y Navidad en el hospital de Quemados de la Ciudad de Buenos Aires por este motivo. Es importante destacar que la cifra es una de las más bajas de los últimos años, que a su vez representa una tendencia que va aumentando en cada celebración, precisamente debido a las campañas de concientización, entre otros motivos fundamentales.

Pero el 2019 no fue la excepción. En 2018 también se había registrado un descenso considerable en la cantidad de afectados por fuegos artificiales en Capital Federal. En aquel momento los lesionados atendidos en el Hospital del Quemado habían sido solo diez, de los cuales nueve eran menores con edades entre los 14 años y los seis meses.El festejo de Año Nuevo había tenido más personas con lesiones de este origen, alrededor de 50. A pesar de que el número es más alto que el Navidad, lo cierto es que para fin de año se suele emplear más cantidad de pirotecnia y los lesionados siempre suelen ser más que en la noche del 24 de diciembre. El promedio del hospital del Quemado para los últimos festejos de fin de año era de 350 casos, por lo que haber bajado a 50 es un avance notable.