Impuesto al cheque: cómo puede hacer el Gobierno para eliminar un tributo que existe hace 25 años
¿Hay chance de que el Gobierno de Javier Milei desista del denominado "impuesto al cheque", que está a punto de cumplir 25 años? ¿Dará ese paso el Ejecutivo que se propone ir hacia una economía más liviana en materia impositiva sin que eso melle el tan mentado equilibrio fiscal?
La propuesta fue publicada por el equipo del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), en un momento clave: el Gobierno se apresta a enviar al Congreso una reforma tributaria.
El IARAF deja en claro que, para evitar un desequilibrio de las cuentas estatales, la idea es que la eliminación de la alícuota que grava a los débitos y créditos bancarios podría darse de manera gradual.
La propuesta es que ese proceso se extienda durante tres años: entre 2026 y 2028.
Impuesto al cheque: ¿desde Domingo Cavallo hasta Javier Milei?
El impuesto existe desde 2001 y fue creado por Domingo Cavallo, cuando era ministro de Economía de Fernando de la Rúa. Tuvo, en los papeles, el carácter de emergencia. Pero no tuvo nada de transitorio.
Esa "emergencia" debe actualizarse año tras año, con el objetivo de que se mantenga como uno de los tributos más relevantes —y distorsivos— del esquema tributario argentino.
Según el IARAF, "la importancia recaudatoria actual del tributo (más de 1,6 puntos porcentuales del PBI en el año 2024) seguramente hace inviable su eliminación inmediata".
Reforma impositiva: el Gobierno va por una eliminación total, pero progresiva
Para los expertos del IARAF, la mejor manera de asegurarse la eliminación de este tributo tan distorsivo de la actividad económica, y que a fin de cuentas juega a favor de la informalidad de la economía, es que se trace una secuencia gradual en el peso del impuesto.
Y para que no impacte en la recaudación tributaria, el IARAF sugirió que el mecanismo más apropiado en la coyuntura actual, para avanzar prontamente hacia una eliminación del impuesto, "es el de ampliar la posibilidad de computar los pagos efectuados por este concepto como pago a cuenta de las declaraciones juradas de otros impuestos nacionales".
Sobre este punto, hay algo interesante: hoy en día, un 33% del impuesto abonado en cuentas corrientes puede computarse como pago a cuenta del impuesto a las ganancias en el caso de las empresas medianas y grandes, porcentaje que alcanza el 100% para las micro y pequeñas.
"Esto supone que en este momento al menos un 33% del total abonado por el impuesto a los débitos y créditos bancarios no representa un costo ni una fuente real de ingresos fiscales, ya que permite reducir la obligación fiscal de otros impuestos".
Recaudación: los límites de la eliminación
Para evitar distorsiones en el tránsito hacia la eliminación gradual del gravamen, los especialistas del IARAF propusieron que cada contribuyente tenga un tope para poder utilizar el porcentaje de pago a cuenta autorizado.
Ese límite "será el incremento interanual de sus impuestos, por consiguiente, los mayores pagos a cuenta no podrán significarle al fisco reducción en los ingresos nominales actuales, previos a la implementación de la reforma propuesta".
Un ejemplo concreto
Para tener una idea del mecanismo para ir tras la eliminación del impuesto al cheque, el IARAF tomó un ejemplo posible. "Si un contribuyente abona por ejemplo $1.000 de IDCB en el año 2026, $330 podrán ser computados contra ganancias según el esquema actual y el 17% adicional propuesto para el primer año ($170) solo podrá ser computado como pago a cuenta siempre que el impuesto anual determinado por ese contribuyente (ya sea de IVA o Ganancias) haya sido $170 superior al del año previo".
En el caso del IVA, este cómputo debería efectuarse en cada declaración jurada mensual según los saldos de primer párrafo (diferencia entre débito y crédito fiscal) acumulados hasta cada mes. De esta manera, la Nación y las Provincias no verían reducido su nivel inicial de ingresos por Ganancias e IVA y solo perderían parte del incremento nominal de la misma, resultante, principalmente, en un contexto de inflación muy contenida, de mejoras en el nivel de actividad.
Qué puede pasar con los monotributistas
Un punto importante de la posible reforma toma en cuenta a los monotributistas. Esos contribuyentes abonan, hoy por hoy, una alícuota diferencial del 0,25% (y no del 0,6%).
La propuesta del IARAF plantea que, como los monotributistas no pagan IVA ni Ganancias, entonces podrían mantener la alícuota diferencial del 0,25%.
Habría que "implementar un mecanismo que permita que los pagos efectuados por estos contribuyentes sean tomados a cuenta del impuesto unificado".
¿Iniciará Milei el camino hacia la salida del impuesto al cheque?