Reforma Laboral 2026: qué son los tickets canasta y por qué podrían volver
El proyecto de reforma laboral, que ya cuenta con dictamen del Senado de la Nación y será tratado en febrero en el recinto, abre la puerta para reintroducir los "tickets canasta", un mecanismo que marcó una etapa relevante en la historia del trabajo en la Argentina. Los "tickets canasta" se sumarían a los beneficios sociales no remunerativos dentro de las estructuras salariales.
El sistema fue implementado originalmente en 1989, en el contexto de la hiperinflación, y permitía a las empresas abonar una parte del salario a través de vales alimentarios. Estos vales no se computaban para el cálculo de aportes previsionales, aguinaldo ni indemnizaciones.
Puntualmente, el esquema alcanzó a más de 1,5 millón de trabajadores y representó alrededor de 4.000 millones de pesos anuales.
En 2007, el Congreso eliminó el régimen mediante la Ley 26.341, que dispuso la integración de los vales al salario remunerativo. Dos años más tarde, la Corte Suprema de Justicia ratificó la interpretación de que estos beneficios formaban parte del sueldo, al considerar que eran una contraprestación directa por el trabajo y no una asistencia social.
Tickets canasta: qué propone la nueva reforma laboral
El proyecto de reforma laboral que se encuentra en el Senado incluye la posibilidad de reinstalar vales alimentarios exentos de cargas sociales. El objetivo sería replicar parcialmente el esquema de los antiguos "tickets canasta" o "luncheon tickets", con un tope de hasta el 20% del salario total.
La propuesta también contempla ampliar el concepto de "beneficios sociales" no remunerativos. Entre las prestaciones sugeridas figuran:
- Reintegros documentados por planes de medicina prepaga.
- Reembolsos de gastos de guardería o sala maternal para hijos de hasta seis años.
- Contratación de cuidadores no terapéuticos para personas enfermas o con discapacidad.
- Provisión de dispositivos tecnológicos, telefonía móvil y/o conexión a internet.
- Pago de cuotas en clubes, gimnasios o entidades recreativas.
Cómo funcionaban los "tickets canasta"
Los vales alimentarios estaban destinados al consumo en supermercados (denominados "tickets canasta") o a comidas en restaurantes adheridos (los llamados "luncheon tickets"). La ley los consideraba "beneficios sociales", exentos de aportes personales, mientras que los empleadores abonaban una contribución patronal reducida del 14%.
Puntualmente, se podía otorgar hasta un 20% de la remuneración en vales para empleados bajo convenio y un 10% para el personal fuera de convenio. Este esquema se mantuvo vigente hasta su eliminación definitiva en 2007.
Tickets canasta: el fallo de la Corte Suprema
El punto final para los tickets canasta llegó con el fallo "Pérez Aníbal c/ Disco", emitido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 2009. En esa sentencia, el máximo tribunal declaró inconstitucionales las normas que calificaban los vales como beneficios sociales, otorgándoles naturaleza remuneratoria.
El fallo estableció que considerar a los vales alimentarios como prestaciones sociales transformaba la relación laboral, al sustituir la contraprestación del contrato de trabajo por una liberalidad del empleador. Para la Corte, esta interpretación vulneraba el artículo 103 de la LCT y el Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que define el salario de manera amplia, incluyendo toda suma recibida por el trabajador como consecuencia de su empleo.
Tickets canasta 2026: perspectivas del nuevo esquema
El debate actual gira en torno a si es posible diseñar un mecanismo que fomente beneficios sociales sin contradecir los precedentes judiciales. Los especialistas laborales sostienen que una eventual reinstalación de los "tickets canasta" debería diferenciarse del modelo anterior, priorizando objetivos de salud, bienestar o capacitación, y limitando su alcance para evitar litigios.
El Gobierno, por su parte, busca equilibrar la necesidad de reducir la carga impositiva sobre el empleo con el cumplimiento de las normas laborales y fiscales vigentes. La iniciativa apunta a incentivar la formalización laboral y otorgar mayor flexibilidad a las empresas para implementar beneficios complementarios, en un contexto de caída del empleo privado registrado y elevada presión tributaria.
De aprobarse la reforma laboral en el Congreso, los nuevos instrumentos podrían materializarse a través de plataformas electrónicas, tarjetas o aplicaciones que permitan destinar parte del salario a rubros específicos, como alimentación, transporte o recreación, con tratamiento fiscal diferenciado.