La pandemia está golpeando a numerosas ramas de actividad. Y sin dudas, en el top 3 a nivel mundial se ubican la industria aeronáutica, la hotelera -incluyendo a las agencias de viajes- y la gastronómica.

En el caso de la Argentina, uno de los sectores que más está sufriendo el efecto de la pandemia es el de la carne: las exportaciones de cortes vacunos están virtualmente frenadas.

"La compleja situación de los mercados de exportación para la carne Argentina sumada a la nula reacción que podemos esperar del mercado interno, consolidará una tendencia de precios a la baja en el corto plazo", advierte un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, en un contexto donde el valor de los cortes copó la agenda nacional. 

Advierten los expertos de la BCR, que "los compradores del exterior se encuentran en una situación similar a la local, exacerbado por la mayor proporción de consumo fuera del hogar, que actualmente se encuentra literalmente devastado".

Desde la entidad confirman que, mientras se esperan señales de china, los principales mercados europeos a los que Argentina abastece. "Muchos compradores han detenido las cargas mientras otros están pretendiendo renegociar contratos bajo condiciones muy desfavorables. Ante ello, muchos exportadores deciden cancelar las operaciones a costa de seguir acumulando stocks en depósito", alertan. 

En esta línea, un reporte de Reuters advierte que los embarques de cortes vacunos a los dos principales destinos "están prácticamente detenidos por los efectos de la pandemia de coronavirus". China, de acuerdo con la agencia, está comprando apenas el 15% de lo que solía adquirir. 

Se trata de un negocio que perdió la Argentina clave para la generación de divisas -es definitivamente superavitario- y decisivo para las economías regionales: en 2019, el volumen exportado de carne vacuna total alcanzó un máximo histórico de 567,5 mil toneladas peso producto (sin hueso).

Según datos consignados por la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA), esto implicó un alza de casi 59 por ciento frente al volumen registrado en 2018.

En términos de res con hueso, entonces los envíos totalizaron casi 845.000 toneladas, con un alza del 50 por ciento. Además, representó un nivel 9 puntos superior al récord previo, que había tenido lugar en 1969.

 

En paralelo, el total facturado por ventas al exterior de carne vacuna fue equivalente a 3.104 millones de dólares en 2019. Esto implicó un alza nada menos que del 58 por ciento en relación con los valores del año previo.

¿Y qué papel jugó China en este boom que experimentó el bife argentino? El gigante asiático se consolidó como el principal cliente para los frigoríficos nacionales.

China tiene un poder gravitante sobre el negocio de la carne en la Argentina: según CICCRA, su participación sobre el volumen total exportado alcanzó el 75% en 2019.

No solo eso: el crecimiento de los embarques al gigante asiático, de más del 100%, explicaron toda la suba que experimentaron los despachos de la industria en general durante el año pasado.

Sin embargo, eso ya es historia: el propio Consorcio de Exportaciones de Carnes ABC confirma que el gigante asiático está comprando una mínima porción de lo que solía adquirir.

Se acumula el stock 

Desde la Bolsa de Comercio de Rosario advierten que, pese a la caída de las exportaciones, la faena se mantuvo relativamente constante.

"En los dos primeros meses del año, las exportaciones de carne alcanzaron unas 112.000 toneladas tras caer más de un 36% en relación al último bimestre del año pasado. Sin embargo, el nivel de producción se contrajo sólo un 12%, respondiendo más a una cuestión de estacionalidad que a movimiento de adecuación del mercado. Esto ha generado un excedente de oferta que se refleja un aumento del stock de mercadería que acumulan la mayoría de las plantas frigoríficas", alertaron desde la entidad. 

Párrafo aparte, agregaron que esto lejos estuvo de ser un movimiento especulativo. "Por el contrario, el stock de la industria ha sido producto de una abrupta caída en la demanda de exportación, en un contexto en el que el consumo interno ofrece escasa capacidad de absorción". 

Además, desde la BCRA advirtieron que el crecimiento de la demanda doméstica que hubo en marzo no fue genuino. "Lo que se compró de más en los últimos días, será menor demanda para los próximos. Recordemos que el poder adquisitivo del asalariado sigue siendo bajo, a lo que se suma la retracción que está sufriendo el consumo de carne que se vende en restaurantes", concluyeron.