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Sandleris, con tono "populista": apunta a una mezcla de dólar planchado y crédito dirigido

Las medidas del Central despertaron críticas de quienes ven una estrategia electoralista con un "subsidio" a plazos fijos para contener al tipo de cambio
23/07/2019 - 09:30hs
Sandleris, con tono "populista": apunta a una mezcla de dólar planchado y crédito dirigido

A tres semanas de las PASO, el Banco Central tomó medidas adicionales para tratar de asegurarse un dólar planchado hasta las elecciones. Pero también para liberar algo de dinero al mercado, con el objetivo de que se incremente el denominado "crédito dirigido", a través de bancos públicos y de la Anses.

De las tres medidas anunciadas en la mañana del lunes por el Comité de Política Monetaria (COPOM) del BCRA, hay dos de máximo interés para ahorristas y público en general.

La primera fue la habilitación para que los bancos integren tres puntos de los encajes (dinero inmovilizado) con las Leliq. La norma persigue ese objetivo central de que el dólar no se mueva.

La movida es clara: los bancos recibirán una remuneración de por lo menos el 58% anual por ese encaje. A cambio, el BCRA quiere que las entidades financieras trasladen esa mayor rentabilidad a sus clientes que tengan un plazo fijo en pesos.

La medida genera polémica: ¿Por qué el conjunto de la sociedad debería "subsidiar" a los ahorristas, los dueños de los plazos fijos? Y todo porque el Gobierno -a través del BCRA- está obsesionado con mantener inalterado el tipo de cambio a poco de las elecciones.

¿Cómo se aseguraría la autoridad monetaria de que sea así? ¿De que, efectivamente, las entidades financieras trasladen a sus clientes esa mayor rentabilidad? Respuesta: con el Banco Nación, y también el Banco Provincia de Buenos Aires, los mayores bancos públicos del sistema, liderando esa movida alcista de la tasa pasiva. De hecho, el Nación ya elevó el rendimiento de los plazos fijos ayer mismo, por encima del 50% anual en promedio.

La intención, una vez más, radica en que esa mayor tasa de interés desincentive a los inversores a comprar dólares en el mercado. Se supone que un rendimiento más alto por sus ahorros en pesos debería mantenerlos en calma, aun en un proceso electoral ganado por la grieta y con un resultado abierto.

El cambio en la composición de los encajes -con Leliq en lugar de pesos- dio lugar a un segundo movimiento financiero: la liberación de esos pesos al mercado.

En una reunión con economistas realizada en el Banco Central, las autoridades señalaron que, lo más probable era que los bancos prefirieran suscribir más Leliq al 58% anual con esos pesos antes que otra cosa.

El vicepresidente de la entidad, Gustavo Cañonero, estimó que la liberación de pesos ascenderá a unos $30.000 millones. Sin embargo, en algunos bancos privados le pusieron montos más elevados. Estimaron que sería por unos $36.000 millones.

En la City creen que Sandleris, lejos de mantenerse ajeno a la decisión de los financistas, podría interceder para que los bancos financien líneas de la Anses con ese dinero.

En algunas oficinas del microcentro porteño recuerdan que la Anses disponía de unos $20.000 millones para prestarles -a tasa subsidiada- a beneficiarios de la AUH y a jubilados. Y que ese monto ya estaría llegando a su fin. A tres semanas de las Primarias, el Gobierno pretende engrosar esos créditos que van focalizados a un segmento de la población de bajos ingresos, que es la escala de la pirámide donde la Casa Rosada encuentra más resistencia.

Ni la primera ni la última

Desde fines de abril para acá, el Banco Central dispuso de diversas medidas para tratar de asegurarse un tipo de cambio estabilizado; ya sin los saltos de antes. En las últimas dos semanas, incluso, perfeccionó ese mecanismo. Ahora directamente ya busca que la cotización ni siquiera se mueva.

La semana pasada, cuando la cotización del billete verde se desperezó por primera vez en dos meses, Sandleris dio la orden para que la mesa del Central intervenga en el mercado de futuros. Lo hizo cuatro jornadas consecutivas. Hasta que el "mercado" tomó nota de que Sandleris había agarrado el garrote para mantener al dólar sin cambios.

Antes ya habían pasado otras medidas, siempre con el objetivo de sostener al dólar tranquilo. Primero fue el permiso de intervención en el mercado, por parte del Fondo Monetario. Luego, las ventas diarias de u$s60 millones por parte del Tesoro.

Lo que vino ahora refuerza lo ya hecho. Y deja claro que el BCRA está metido de lleno en la campaña.