Nueva coronación de gloria: Argentina tiene a la programadora joven número uno de Latinoamérica
Milagros Osimi, una joven argentina estudiante de la Licenciatura de Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), se consagró como la mejor programadora de Latinoamérica en Codificadas, un certamen de programación competitiva que reunió a más de 4.700 participantes de 16 países.
La estudiante conoció la competencia a través de un grupo de Telegram de ICPC Latinoamérica y decidió usarla como instancia de entrenamiento para otra competencia regional. En septiembre pasado participó de la instancia virtual de esta competencia, junto a miles de jóvenes de la región, y se quedó con el primer lugar. Así fue elegida como parte de la camada de 10 finalistas para competir en la final presencial en Bogotá, Colombia, donde finalmente se consagró campeona.
El torneo se inserta en la nueva tendencia que refleja el "mindset" de las nuevas generaciones, que buscan no solo aprender a programar, sino vincularse con ecosistemas que les permitan crecer profesionalmente desde el inicio. La mayoría de las participantes combinó estudios, trabajo y entrenamientos adicionales para prepararse, lo que revela una motivación intrínseca por adquirir habilidades digitales avanzadas y construir un perfil competitivo en un mercado laboral cada vez más exigente, anticipando cómo se configurará el talento en la próxima década: más autodidacta, más colaborativo y más orientado a resultados medibles.
En ese marco Osimi, que viene también de consagrarse dentro del equipo que ganó la categoría Libre en la competencia de programación TecnoMate en UTN Santa Fe, es un talento clave con un altisimo potencial. No es un tema menor en áreas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) donde no abundan al nivel que la demanda requiere en todo el mundo. De hecho, la UNR comunicó que esta estudiante integra uno de los equipos que en marzo 2026 competirán en la Copa de Programadores de América, en Chile, con el objetivo de clasificar al Mundial de Programación.
Para Milagros, participar en Codificadas le permitió medir su progreso. Según le dijo a TCS: "Obtener el primer lugar fue una validación del esfuerzo que he dedicado a la programación competitiva. Me confirmó que puedo aspirar a desafíos cada vez más grandes en tecnología".
Qué es Codificadas
La de 2025 fue la primera edición de Codificadas, la nueva competencia de programación para mujeres organizada por Tata Consultancy Services (TCS). La participación dejó una señal contundente sobre el futuro del talento STEM en la región: cuando existen oportunidades concretas, las jóvenes latinoamericanas responden.
El torneo, inspirado en CodeVita, la competencia global de programación más grande del mundo incluyó desafíos algorítmicos de alta exigencia y una final presencial en Bogotá (en video). Allí se definió el podio regional después de cuatro horas de resolución avanzada de problemas.
La iniciativa surge en un contexto donde las empresas buscan especialistas en STEM y, al mismo tiempo, conviven con una brecha persistente: según UNESCO, solo el 35% de quienes estudian estas carreras en Latinoamérica son mujeres.
En ese marco, Ximena Jofré, HR Head de TCS Latinoamérica, explicó que el certamen responde a una convicción estratégica: "Inspirados por la experiencia global con CodeVita, vimos la oportunidad de unir excelencia técnica y diversidad. Crear un espacio exclusivo para mujeres permite ofrecer un entorno seguro, inspirador y competitivo, donde el talento femenino pueda expresarse sin barreras y mostrar su potencial de liderazgo".
Aclaró que Codificadas no reemplaza a las competencias mixtas de programación, sino que las complementa con un enfoque pensado para etapas tempranas de formación. La ejecutiva señala que el objetivo es "crear oportunidades reales para que más mujeres accedan a carreras tecnológicas en una industria que necesita mayor diversidad".
Desarrollo del futuro profesional en la era de la IA
Para TCS, Codificadas confirma que el talento femenino en tecnología no es escaso: necesita entornos donde pueda desarrollarse, ser visible y competir sin sesgos.
En segundo lugar, muestra que los formatos de competencia funcionan como una herramienta pedagógica que acelera habilidades críticas para el trabajo del futuro: pensamiento lógico, resolución de problemas, resiliencia y capacidad de trabajar bajo presión. Y tercero, evidencia la importancia de la comunidad: combinó mentorías, espacios de networking y charlas motivacionales, elementos que inciden directamente en la permanencia de las mujeres en carreras STEM.
Para las organizaciones y los sistemas educativos, este formato de competencias también deja una señal relevante: existe una demanda real de experiencias de aprendizaje que combinen práctica intensiva, acompañamiento y exposición a problemas del mundo real.
TCS considera que las universidades y empresas que logren adaptar sus modelos formativos a este tipo de dinámicas podrán atraer y retener talento de manera más efectiva.
En un contexto donde la automatización y la inteligencia artificial redefinen roles y competencias, promover espacios donde las mujeres puedan desarrollar pensamiento computacional y habilidades analíticas se vuelve un factor estratégico de competitividad regional. Invertir en diversidad no solo amplía el acceso, sino que fortalece la capacidad innovadora del sector. La experiencia de Milagros Osimi vuelve evidente algo que el mercado laboral no puede seguir ignorando: cuando las mujeres reciben oportunidades reales, la industria entera se beneficia.