Colecionar acciones y bonos antiguos, también pueden ser negocio

Desde los '70 acciones y bonos se dejaron atrás el formato de "papeles". Esta nueva una actividad estrictamente coleccionista está dando sus primeros pasos en la Argentina
Por iProfesional
LEGALES - 22 de Enero, 2005

Hoy, el coleccionismo de las láminas cartulares de las acciones de compañí­as fundidas así­ como también de tí­tulos públicos que han dejado de negociarse en el mercado, tiene cada vez más adeptos en la Argentina. La actividad que se conoce como "escripofilia" surge así­ como una alternativa para quienes tienen en su poder tí­tulos cartulares, sin valor de mercado. Según coincidieron propietarios de casas de antigí¼edades y de negocios de numismática (compilación de monedas, en donde también se ofrecen tí­tulos y acciones), el mercado de este tipo de coleccionistas ha aumentado aproximadamente 25% la cantidad de clientes en los últimos cuatro años."Es una actividad estrictamente coleccionista y que recién está dando sus primeros pasos en la Argentina, a diferencia del enorme auge que existe hace ya casi una década en paí­ses como Alemania, Austria, Reino Unido, Bélgica, los EE.UU. y Francia", explicó Carlos Locria, de La Casa Histórica, un local sobre la calle Corrientes. En Inglaterra, por ejemplo, la acción de Compañí­a de Ferrocarril de la Reina Ana, que data de 1902, cuesta 5.000 libras (unos 30.000 pesos).En la Argentina se pueden conseguir tí­tulos de:

  • Empresas industriales
  • Compañí­as de seguro
  • Empresas de transporte
  • Minas de oro

"La más vieja que poseo es de una mina de oro del norte de la Argentina, cuando el paí­s todaví­a no se llamaba así­, de 1825", confesó Locria, que hace 20 años que está en el rubro. PreciosExiste una gama amplia de precios. "Se valúan sobre la antigí¼edad, condiciones fí­sicas, importancia histórica, las firmas de los autorizantes, el grado de rareza, su estética, el tipo de compañí­a, el precio original y el proceso de impresión",señaló Locria. Según comentaron los especialistas, los precios pueden ir desde los $10 a los $500 para las acciones y bonos más comunes, hasta algunos que son invaluables, porque son muy pocos y difí­ciles de conseguir. Los coleccionistas de papeles bursátiles resultan bastante metódicos: "buscan láminas muy especí­ficas y, en general, de compañí­as muy viejas, de comienzos del siglo XIX", indicó Locria. Perfil del coleccionistaExisten tres divisiones en el momento de elaborar el perfil del coleccionista. "Se trata de personas que, como denominador común, trabajaron en la Bolsa y que conservan cierto ví­nculo afectivo con su actividad. También hay presidentes y ejecutivos de compañí­as que se ven tentados por poseer antiguas láminas de las empresas para las que trabajan. Y de personas cuyas familias fueron dueñas de alguna empresa hace mucho tiempo y que lo hacen como recuerdo".Entre las láminas que pueden conseguirse en La Casa Histórica figuran: la mina de oro Nueva Concordia, la aseguradora La Remolcadora (muy buscada entre coleccionistas), la Compañí­a Docks de Tránsito del Puerto de La Plata, la inmobiliaria La Argentina, la de las tiendas Bon Marché en el paí­s y hasta las del Hotel Savoy. El proceso hacia la electrónicaLa escripofilia ganó reconocimiento en el mundo a mediados de 1970, cuando los papeles de acciones y bonos dejaron su lugar a la era de las computadoras electrónicas. Se trata de una palabra mutante, que tomó su raí­z y desinencia del griego y el inglés. "Scrip", mote anglosajón, define el derecho de la posesión, mientras que "philos", del griego, significa amor.En la Argentina, con la creación de la Caja de Valores en 1974, las láminas cartulares dejaron de utilizarse como medio principal para las operaciones bursátiles."Antes, si alguien compraba 1.000 acciones de una compañí­a, te daban 1.000 láminas cartulares. Era muy frecuente que se guardaran en cajas de seguridad. Pero, a partir de que se creó la Caja de Valores, las empresas fueron magnetizando sus papeles, con lo cual los antiguos se valorizaron por su registro histórico dentro de un mercado de coleccionistas", indicó Luis ílvarez. Pese a esto, la escripofilia tardó todaví­a 10 años, hasta mediados de la década de los ’80, en alcanzar un nivel de coleccionismo en el paí­s. Sucedió cuando los coleccionistas descubrieron el nuevo negocio de recopilar los papeles de empresas destacadas en la historia económica del paí­s. Se trataba de casos muy puntuales, como empleados de sociedades de Bolsa o de bancos que tení­an un acceso privilegiado a los papeles. El coleccionismo, como negocio, sin embargo, no surgió repentinamente: los apasionados por la materia debieron esperar hasta mediados de la década de los ’90 para que algunos negocios de numismática cedieran ante la tentación de incluir en sus vitrinas acciones y bonos que habí­an quedado fuera del mercado. Algunos ejemplos notorios

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  • Bon Marché ArgentinoLa empresa de tiendas francesas tení­a una importante sucursal en la Avenida Córdoba, entre San Martí­n y Viamonte, para lo cual habí­a emitido unas 100.000 acciones para el financiamiento de la expansión de ese edificio (ahora, Galerí­as Pací­fico). La lámina corresponde a 100 acciones de 100 pesos moneda nacional, en 1890. La estética del tí­tulo, la antigí¼edad y la rareza hacen que en el mercado coleccionista se valúe en 150 pesos.
  • Nueva ConcordiaLa compañí­a minera, cuya principal actividad era la extracción de oro, habí­a emitido entre 1907 y 1910, 270.000 acciones de 10 pesos argentinos cada una. Este papel corresponde a 50 acciones de esa emisión, de 500 pesos argentinos cada una. Lamentablemente, no tuvo la suerte necesaria, ya que cinco años después la compañí­a se fundió. El papel cuesta $40 en el mercado de coleccionistas, por su antigí¼edad.
  • La mundialEsta empresa de seguros tuvo su época de apogeo entre 1918 y 1922, cuando habí­a tomado el negocio de 10 de las compañí­as más importantes de la Ciudad de Buenos Aires. Este papel, fechado en 1924, corresponde a cinco acciones de 100 pesos argentinos cada una. Su valor de colección, $30, está determinado por su corta edad y porque existe una amplia cantidad de estos papeles en el mercado.
  • Compañí­a DocksLa Compañí­a Docks de Tránsito del Puerto de La Plata es una de las acciones de mayor valor, ya que emitió papeles para su capitalización por 30 millones de pesos nacionales. La lámina cartular data de 1889 y representa a 100 acciones de 100 pesos nacionales cada una. Su valor real para aquel tiempo, sumado a la antigí¼edad y la complejidad del motivo y de la impresión hacen que el valor de colección de la lámina ascienda a 170 pesos.
  • El porvenir Esta compañí­a de tierras necesitó de capitalización para la construcción de edificios en el barrio que ahora se conoce como Palermo. Emitió 1.100 acciones por 500 pesos argentinos cada una. La que se muestra es una muy particular, debido a que se puede observar con claridad el nombre del portador, un tal Juan Carosio. Por esa razón y porque fue negociada en 1911, el papel cuesta $60 en el mercado de los coleccionistas.

Juan Giovanelli jgiovanelli@infobae.com

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