Los gimnasios pueden ser una opción atractiva para inversores

Antes de fin de año podrí­a haber 2 millones de argentinos asociados a gimnasios, ya que el sector espera un crecimiento de 25% en la masa de afiliados respecto del 2004
Por iProfesional
LEGALES - 19 de Febrero, 2005

Esta perspectiva no pasó inadvertida para los empresarios locales, que se preparan para invertir en nuevas sedes. Y, además, despertó el interés de varias cadenas internacionales que analizan las chances de poner un pie en el paí­s antes de que se vaya el 2005, entre ellas, dos gigantes norteamericanas como Bally Total Fitness y Gold’s Gym. Esta última tuvo presencia en Buenos Aires en la década del ’90 a través de franquicias. Luego pegó la retirada porque la ecuación comercial no resultaba conveniente. A nivel regional hay varias cadenas también interesadas en desembarcar: las brasileñas Bio Ritmo, Corpore y Companhia Athlética; las chilenas Pacific Club y Balthus, y la colombiana BodyTecch.Rentabilidad¿Qué cambió en la Argentina para que el negocio del fitness se torne tan atractivo, incluso para inversores externos?Los empresarios locales ofrecen una respuesta. "El mercado local registra un crecimiento superior a 25% anual, que se mantendrí­a durante este año", dijo a Infobae Javier Petit, gerente de Marketing de la red de gimnasios Megatlón, que posee 42.000 socios en Capital y Gran Buenos Aires y se prepara para desembarcar, a través de franquicias, en el interior del paí­s. Otro atractivo serí­a la calidad del recurso humano, encarnado en profesores de musculación y aerobic.En cambio, habrí­a un dato que irremediablemente desalentarí­a a cualquier inversor externo. Y es que en la Argentina, por cuestiones culturales, no se paga mucho dinero por el servicio de los gimnasios."Los abonos son de los más bajos del mundo; incluso a nivel regional no hay paí­s más barato que la Argentina para asociarse a un gimnasio", destacó Petit, quien duda de que se concreten las promesas de desembarco.Inversión que por ahora seduce los inversores localesLos abonos en la Argentina rondan los $60, y alcanzan un máximo de $90 en algunos casos all inclusive de Buenos Aires. En el interior la cuota promedio ronda los $30, y hay un gran potencial de crecimiento por calidad de servicios.En cambio, en Brasil, con tipo de cambio similar al argentino, las tarifas mí­nimas se fijan en $200 y alcanzan los $300 en propuestas más completas.La inversión inicial para poner un gimnasio arranca en los u$s600 mil, cifra que se dispara hasta u$s1,5 M en propuestas edilicias y equipamientos más sofisticados."El retorno de la inversión es más corto en cualquier paí­s de la región; por eso no creemos que lleguen estas cadenas a la Argentina", destacó Petit.De hecho, cuando las firmas externas hablan de poner un pie en la Argentina piensan en un sistema franquiciable, no en inversiones directas.Además de Megatlón, la otra cadena que se prepara para crecer es Sport Club, uno de los máximos exponentes del fenómeno. Con 40.000 socios y catorce sedes en Capital y Gran Buenos Aires, y dos en España, redoblará su apuesta en el 2005.  "Abriremos entre ocho y diez nuevas sedes este año, algunas en el interior donde aún no tenemos presencia", destacó a Infobae Mario Balestrini, gerente de Marketing de la cadena de club propiedad de cuatro inversores argentinos.Uno de ellos es Dardo Dimarchi, actualmente trabajando en el club Murcia, de España.La empresa debió abrir seis sucursales en el 2004 para responder a la creciente demanda de los argentinos. Cada nueva apertura demanda una inversión mí­nima de 600.000 dólares. Por su parte, desde Megatlón preven abrir tres nuevas sedes, con inversiones que u$s3 millones. Y antes de fin de año lanzarí­an un sistema franquiciable para tener presencia en las provincias.Consumidores con nuevas motivacionesUn dato que destacan los empresarios merece un capí­tulo aparte. Según explicó Balestrini, esta última ola de gente que se volcó a los gimnasios no lo habrí­a hecho con las mismas motivaciones que el resto de los socios. "Ya no vienen movidos por intereses estéticos, sino por recomendación del médico, para prevención de enfermedades o ayuda para una vida más saludable", dijo.Este concepto se reproduce en los hábitos alimentarios de muchos argentinos, que a diferencia de años anteriores ya no consumen productos bajas calorí­as sino sanos y naturales.Gastronomí­aPero no todo el negocio de las cadenas de gimnasios pasa por los abonos mensuales. En Sport Club ofrecen servicios paralelos que aportan casi 20% de la recaudación global. En cinco de las sedes de Capital poseen bar gourmet, donde se ofrecen comidas y bebidas para los socios que representan 2% de los ingresos totales de la firma. En estos negocios se ofrecen, además, las viandas congeladas Martiniano Molina Delicias Light, último emprendimiento del chef mediático. Se trata de raciones controladas en calorí­as que se adaptan a la demanda de comida sana de la gente que no tiene tiempo para cocinar sus alimentos. "Algunos comen el menú en el bar, otros se llevan la ración congelada a su casa e incluso muchos compran para toda la semana", destacó Balestrini.RetailA esto se suma la venta de indumentaria propia con marca como lo que hace Sport Club.También se sumará una variada oferta de prendas de Nike que serán comercializadas en las cadenas en las próximas semanas. Este segmento de negocio aporta otro 2% a la recaudación del club.

Y finalmente, 15% del total de la recaudación corresponde a servicios optativos, como pueden ser el solárium, nutricionistas y guarderí­a para niños.En Megatlón también tienen su negocio diversificado, aunque en este caso optaron por tercerizar varios de los servicios, según detalló a este diario Javier Petit.El más rentable se basa en el de belleza, como masajes, y otras variables de spa, que aportan 15% del negocio. La venta de ropa en esta cadena está tercerizada, por lo que la empresa sólo cobra un canon por el alquiler de córneres a las firmas interesadas en comercializar prendas dentro de los gimnasios. Lo mismo sucede con la oferta gastronómica, que también está tercerizada. En dos de las sedes de Megatlón se instaló Aroma, la cadena de café del fondo inversor Pegasus Capital, que además es propietario de la cadena de heladerí­as Freddo.

Vicky Alvarez BenuzziInfobae Diariovalvarez@infibae.com

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