Cárrega: "Me voy del Poder Judicial por la falta de horizontes"

Tras haber resuelto la quiebra de Gatic, una de las más conflictivas del fuero comercial en los últimos años, el juez presentó su renuncia para pasar al sector privado
Por iProfesional
LEGALES - 01 de Abril, 2005

¿Cuáles son los motivos de su renuncia?Básicamente son dos. Por un lado, por la falta de certezas en los procesos de selección de jueces y camaristas y por los tiempos de esos procesos, que se miden en años. Vea que en la Argentina no tenemos una polí­tica de Estado en materia de Justicia. No hay un plan de largo plazo en el que se establezca cuál es el Poder Judicial que se quiere tener en, por ejemplo, 10 años.

Si no se sabe qué Poder Judicial se pretende en ese lapso, tampoco se puede conocer el perfil de los jueces que deberí­an integrar ese Poder Judicial. Entonces, en materia de selección de magistrados, hay gran incertidumbre y muchas demoras, con reglas que se modifican sobre la marcha.Los mecanismos de la promoción de secretarios, jueces y camaristas están demorando años y tienen un resultado incierto que está atado a los poderes polí­ticos de turno. En ese contexto, y desde esta perspectiva, me voy del Poder Judicial por la falta de un horizonte claro respecto del futuro.

¿Se pasa al sector privado?Se me presentó una propuesta en el sector privado que me parece inmejorable en lo humano, en lo profesional y por la proyección que brinda. Integraré el área de litigios del estudio Bruchou, Fernández Madero, Lombardi & Mitrani, sumándome a un equipo comandado por Carlos Marí­a Rotman  –quien fue juez y camarista comercial por más de 20 años-, por Alfredo Di Dorio  -quien fue también durante muchos años un prestigioso fiscal de la Cámara Comercial-, y por otros ex funcionarios y abogados. ¿Incidió en su decisión el nivel remunerativo que hoy ofrece el Poder Judicial?Algunos piensan que me alejo por una remuneración más alta. Pero no es así­ en mi caso. Es cierto que las remuneraciones fuera del Poder Judicial, para la gente que ha integrado este fuero Comercial, suelen ser mejores que las que se tiene en la Justicia. Pero cuando uno trabaja en el Poder Judicial asume que va a tener una remuneración seguramente inferior a la que se puede obtener en el sector privado. Lo prioritario es prestar un servicio con dedicación y vocación. A pesar de lo que se suele creer, en el fuero comercial hay muchos jueces y secretarios con gran vocación de servicio, honestidad y capacidad, que dedican grandes esfuerzos  –a pesar de las carencias de recursos y las magras remuneraciones-  para intentar que la Justicia funcione, más allá de que no lo haga acorde a las expectativas de la comunidad. Mi renuncia se debe a los motivos que le dije antes.En caso de que exista en un futuro la posibilidad de volver, ¿lo harí­a?Mi decisión hoy es partir, y apuesto a este nuevo desafí­o. En el futuro, veremos.¿Qué deficiencias tiene, a su criterio, el fuero comercial?Como en la Argentina no hay una polí­tica de Estado en materia de justicia, no hay planes de acción para lograr objetivos a mediano y largo plazo. Si uno determina qué estructura se quiere de acá a 10 años, se pueden fijar metas de mejora en la agilidad y calidad del servicio.

El fuero comercial no escapa a esas carencias. Y así­ se trabaja básicamente con la misma estructura de juzgados que hace más de 20 años, con un volumen de trabajo que se multiplicó, con un sistema informático deficiente y desconectado de otras oficinas, con prácticas de trabajo anacrónicas que se utilizan hace más de 150 años –como la costura de expedientes con hilo y aguja-, con ausencia de un sistema de motivación adecuado para el personal, etc.

El fuero comercial está atravesando por una crisis, ya que se encuentra saturado. Vea que cada juez comercial tiene a su cargo más de 10.000 causas, y una puede ser la convocatoria de Aerolí­neas Argentinas o del Correo, o la quiebra de Gatic, con los numerosos conflictos que esos procesos acarrean. Habrí­a que definir metas y objetivos precisos, y luego direccionar los recursos necesarios para lograrlos, controlando su aplicación eficiente. Hoy sólo hay desde los poderes polí­ticos esfuerzos espasmódicos para establecer paliativos a la crisis del fuero, y es evidente que el sistema, en general, no tiene los resultados que espera la sociedad, ni los que son esperables del Poder Judicial.

En la Argentina tenemos una crisis institucional muy grande. El Poder Judicial no está ajeno a esta crisis. Me parece que hacen falta muchos argentinos que trabajen con seriedad y honestidad para mejorar esta institución. Creo que lo primero que habrí­a que hacer es una autocrí­tica desde las propias instituciones y pensar hacia el futuro cuáles son las soluciones.

¿Tuvo que sufrir presiones polí­ticas en este tiempo que actuó como juez?En general, en todas las causas cuando los jueces dictan resoluciones, hay alguna de las partes disconforme. Cuando se indaga en causas que tienen cierta trascendencia pública o polí­tica, obviamente hay muchos interesados en la definición de esas causas. Las presiones existen. Pero su incidencia en la decisión final, al menos en los casos en que yo participé, no existió.Hace algunos dí­as se corrió el rumor de que su renuncia se debí­a a una fuerte presión sufrida como consecuencia de la quiebra de la empresa Ghelco…En absoluto. Algo que puede interpretarse como una suerte de presión, tal vez son las movilizaciones que se presentan en la puerta del fuero cuando uno trata alguna causa fuerte. Hace muy poco en el marco de esta causa que menciona, se tomó una decisión acorde con la ley, declarándose la inconstitucionalidad de una ley de expropiación porque el Gobierno de la Ciudad nunca pagó la indemnización correspondiente. Si bien esa decisión generó una ruidosa movilización ante el Juzgado, se dejó en claro que los tribunales no adoptan ni deben adoptar resoluciones al compás de los bombos, sino conforme a lo que marca nuestra legislación.

Mi decisión de partir, se debe a las razones que ya di. Esta suerte de presiones por causas que tienen cierto grado de trascendencia pública, son habituales en este tipo de causas. Para tener el cargo de juez, hay que tener la autonomí­a y la independencia suficiente para lidiar con esas presiones y resolver según marca la ley. No me voy por este tipo de presiones, ni mucho menos. Todo lo contrario, este tipo de presiones fortalecen a la gente que está en el Poder Judicial.Sabrina Santopinto

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