Ricardo Nissen: "La formación es esencial"
Luego de su paso al frente de la IGJ, busca la presidencia del colegio público. El lema de su campaña es que él es un "abogado ciento por ciento", pues sfsdf
Por iProfesional
LEGALES - 10 de Marzo, 2006
–¿Qué medidas piensa adoptar en caso de ser elegido presidente del colegio?– Lo primero es lograr una mayor participación de los abogados en el colegio, pues existe una generalizada convicción de que o bien es un lugar reservado para unos pocos o un espacio para hacer exclusivamente una política gremial, olvidando que debe ser la "casa de los abogados", esto es, la institución que nos forma, nos protege, nos perfecciona y nos actualiza, que nos debe ofrecer una cobertura médica y un sistema jubilatorio adecuado. Por otro lado, pretendemos que el colegio tenga una importante participación en los grandes temas nacionales, que necesariamente debe hacer escuchar su voz cuando se trata de cuestiones en donde la opinión de los abogados pueda considerarse como calificada. Estoy convencido de que la "apoliticidad" que exhibió el colegio, casi desde su fundación es la razón excluyente por la cual los abogados jóvenes ni siquiera se acercan a nuestra institución y no participan, pues a ellos no sólo se los seduce con planes de padrinazgo –que son muy importantes– o préstamos para la instalación de su estudio –lo cual también pensamos enfocar–, sino exhibiendo una ideología clara. En segundo lugar, la formación profesional será parte fundamental del programa de acción que pensamos encarar. En caso de ganar, iniciaremos las gestiones para crear una universidad de posgrado, a cargo de profesores de la Facultad de Derecho de la UBA que deban dejar sus cargos por razones de edad. –¿Cuál es el objetivo de esta propuesta?– Esa creación es una asignatura pendiente que pensamos rendir. El objetivo está en que los abogados encuentren en ella el nivel que desde siempre caracterizó a los profesores de derecho de nuestro país, lamentablemente bastardeado en la última década, durante la cual, como consecuencia del esnobismo, un breve curso en cualquier universidad de los Estados Unidos era más valorado que un doctorado o licenciatura dictada en la UBA. Otro aspecto será el de recordar la importancia de la ética en el ejercicio de la profesión, que constituye para ciertos sectores de la abogacía un valor olvidado o pasado de moda, acostumbrados a priorizar los deseos o intereses del cliente. Finalmente, nuestra gestión se caracterizará por una defensa irrestricta de la democracia, del estado de derecho, de la Constitución Nacional, de la independencia del Poder Judicial y, fundamentalmente, de los derechos humanos. –¿Cuál es su opinión respecto de sus "rivales"?– Conozco desde hace mucho tiempo a Gustavo Bossert y a Guillermo Borda. Son personas intachables desde el punto de vista profesional, cuya honestidad y buenas intenciones no pueden ser puestas en tela de juicio. Ambos cuentan con mucha experiencia en la práctica del derecho: Borda como abogado activo y Bossert con más experiencia en los tribunales que en el ejercicio activo de la profesión. No obstante, mantenemos grandes diferencias –en especial con la lista que preside Borda–, en lo que se refiere específicamente al papel que debe desempeñar el Colegio Público de Abogados en la comunidad y a las necesidades básicas que debe cubrir esta institución. Por nuestra parte, pensamos que el papel del colegio no se limita a una mera cuestión de defensa gremial sino que debe desempeñar un rol trascendente en la defensa de las instituciones y de los derechos humanos, asumiendo un verdadero compromiso con la sociedad. –¿Cree que su paso por la IGJ, con sus numerosas regulaciones, puede influir en el electorado?–Es posible, pues muchos abogados me conocieron como un defensor de los intereses nacionales y del bien común, así como un ferviente protector de los derechos de quienes son víctima de los abusos del capitalismo, lamentablemente tolerados y quizás alentados por ciento sector de la población. Todos saben que desde la IGJ apuntamos a la transparencia de los negocios y a la protección de terceros y que no nos tembló la mano para poner fin a ciertas prácticas empresariales nada compatibles con la buena fe y la honestidad. Pablo Méndezpmendez@infobae.com