En su audiencia de apelación en el marco de la causa de los cuadernos de la corrupción Roberto Baratta, exmano derecha del ministro de Planificación kirchnerista, Julio De Vido, sorprendió cuando le pidió al juez de la Cámara Federal, Pablo Bertuzzi, leer un texto que resultó un manuscrito de 24 páginas donde reveló datos desconocidos del exjefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y de los empresarios, Enrique Pescarmona (IMPSA), Paolo Rocca (Techint) y Juan Carlos De Goycoechea (Isolux).

"Hasta el día de hoy, hay muchos pero muchos empresarios de distintos rubros que figuran por su nombre y apellido, por su empresa o por su domicilio que aún no fueron llamados a indagatoria, ¿por qué? ¿Los tengo que mencionar yo?", lanzó antes de prende el ventilador.

Abal Medina fue uno de sus blancos reiterados. No sólo lo acusó de mentir, sino que recordó que su pariente Pablo Abal Medina desde la Dirección Nacional de la Secretaría de Obras Públicas estaba a cargo de la Unidad Coordinadora de Financiamiento Externo, desde donde se triangulaban varias de las obras con las contratistas de los cuadernos en el interior del país. Losi, Pietroboni, Industrial y Constructora fueron algunas de las firmas mencionadas por el exfuncionario.

Y, según el diario Ambito Financiero, deslizó que habría que buscar "su poder residual" en un importante legislador nacional no peronista.

En GNL, además de mencionar las condiciones que le imponía el fiscal Carlos Stornelli para declararse arrepentido, Baratta recordó que ninguna de las 14 empresas internacionales que vendieron el fluido habían sido citadas en la causa, lo mismo que el expresidente de YPF Miguel Galuccio, quien supuestamente "recomendaba" las compras a esos valores a Enarsa. 

"Las declaraciones de ninguno de ellos coincide en fecha, monto o moneda con los relatos de (Oscar) Centeno", apuntó sobre los arrepentidos Armando Losón (Albanesi), Jorge Balán (Industrias Secco) y Alejandro Ivanisevich (Emgasud) que aparecen en los cuadernos donde su chofer detalló los supuestos pago de coima de empresarios a funcionarios kirchneristas para obtener la concesión de obra pública.

Pero Baratta fue más duro contra Manuel Santos Uribelarrea (Ucsa) y Hugo Dragonetti (Panedile), a quien señaló por "proteger" a algún exfuncionario y solicitó que le hagan cruces de llamados para ver qué tipo de relación mantuvieron luego de que dejara la función pública.

La relacionó a Techint por las represas Punta Negra y Los Caracoles, contratadas por San Juan. Gabriel Romero y Rodolfo Paulete fueron también fustigados por "autogenerarse un monopolio" que incluyó subcontrataciones en Emepa, Ferrocentral, Ferrovias, Herso, PC Publicidad y su empresa de catering. Disparó suspicacias acerca de cómo Romero se hizo con los $4.000 millones del embargo y dónde surgieron, además de su presunta relación con Rocca. 

Contra Enrique Pescarmona y Francisco Valenti también arremetió.

"Valenti no era un simple gerente como dice el juez cuando le dicta falta de mérito. Valenti era el vicepresidente de la compañía. Como la única forma de desenmascarar a los mentirosos es la verdad, empecemos. Nunca recibí dinero de ellos, bajo ningún concepto. Segundo, que nunca manejé tema relacionado con Venezuela", aclaró. "Tercero, nunca los extorsioné. Quien conoce a Pescarmona sabe de su mal carácter, su mala educación y su soberbia", dijo indignado según Infobae.

Y remarcó: "Pescarmona recibió ayuda del gobierno nacional a través de Economía y el Banco Nación para hacer frente a su concurso de acreedores. Eso sí, ¿qué hizo este empresario? Entró al blanqueo. O sea, el Estado nacional lo ayudó y después entró al blanqueo del año pasado. Este empresario es un claro ejemplo de empresarios ricos, empresas pobres". 

"En resumen: sin contar los parques eólicos financiados por el Estado nacional ni el salvataje financiero, realizó obras por $1.400 millones. Ahora, ¿de qué presión me habla cuando dice que fue presionado desde 2006 a 2014? Salvo que para él, perder licitaciones por precio, calidad, etcétera, signifique presión", indicó Baratta.

"Pescarmona miente cuando afirma que él en su casa me dio 200.000 dólares. Y dice sentirse apretado. Pregunta: ¿alguien invita a su casa a alguien para que lo maltrate y encima le entregue plata? Otra cosa más: aún no demostró de dónde sacó estos fondos. Creo que no es difícil verificarlo en su declaración jurada de ese año. Además su vicepresidente Valenti, que no resiste un test psicológico, declaró haberme entregado aproximadamente 1,8 millones de dólares. Si es cierto, ¿de dónde sacó Pescarmona esta plata? ¿También de sus ahorros personales? Nial juez ni al fiscal se les ocurrió iniciar una investigación por lavado de dinero. Ambos siguen libres. Incluso Valenti, con falta de mérito. La verdad, una vergüenza", sostuvo. 

Por Techint, además de Paolo Rocca y Luis Betnaza, mencionó a David Uriburu como su interlocutor.

Enumeró obras del holding por $16.420 millones y señaló que Betnaza "se hace el distraído" con la causa Skanska, además de haber sido subcontratista de Odebrecht, vía TGN.

"Rocca miente y debería contratar buenos contadores para saber de dónde salieron las coimas que supuestamente me dieron, y también para ver de dónde salieron los fondos que sus directores y gerentes blanquearon el año pasado", apuntó Baratta.

Y señaló que Betnaza cobró un "premio" por la indemnización que recibió Techint por Sidor. Acusó al holding que haber querido extorsionar al Gobierno en dos oportunidades y tendió un manto de oscuridad acerca de cómo adquirieron Siderca y Siderar. En el medio volvió a pedir que se lo cite a Sebastián Eskenazi a declarar. No fue la única vez que lo mencionó por su rol en YPF. Baratta reconoció una mala relación con Javier Sánchez Caballero y con otro ex IECSA, Alberto Brusco, que pasó a la función pública en la gestión de Juan José Aranguren dentro de su cartera. 

Sobre Juan Carlos de Goycoechea (Isolux) avanzó con dureza: afirmó que en Maipú 741, 1° "B" -donde el exfuncionario fue fotografiado por el chofer Oscar Centeno esperando en la puerta en uno de los presuntos recorridos en búsqueda de dinero- no sólo atendía el abogado Leónidas Spirópulos. Recordó que allí tenía sede social la firma GVA, subcontratista "habitual" de Isolux, de la que Ariel Avalos es uno de los socios. Su creación fue firmada por Mario Maxit, "uno de los Marios nombrados en los cuadernos", apuntó.

Así metió lateralmente la causa por la que Isolux denunció al propio De Goycoechea por una defraudación a la compañía en la subcontratación de GVA para llevar adelante la usina de Río Turbio. Pese a que el arrepentido había declarado no recordar el nombre del gerente que autorizó las coimas desde España, el exfuncionario apuntó que debía haber quedado un registro de ello, porque César de Goycoechea, su hermano, era el contador en Argentina.

Sugirió que se investigaran las cuentas locales y en el extranjero de ambos hermanos. Allí hizo una de las primeras menciones a José Cartellone por haber compartido obras importantes con Isolux. Y según quedó grabado, Baratta deslizó de manera enigmática que "el otro Mario de una empresa petrolera aún no fue citado".