Una comisión legislativa abrió este jueves el camino hacia el tratamiento de la polémica reforma del sistema brasileño de jubilaciones, una iniciativa respaldada por los mercados financieros y rechazada por sindicatos y fuerzas políticas progresistas o de izquierda.

La Comisión Especial creada para este asunto en la Cámara de Diputados aprobó con 36 votos a 13 el marco general o texto base del proyecto impulsado por el presidente Jair Bolsonaro.

Sin embargo, la iniciativa tendrá un largo recorrido, debido a que los miembros de la comisión deben pronunciarse sobre 122 modificaciones al texto original propuestas por diversos partidos u organizaciones sindicales.

El marco general aprobado apunta a establecer una edad mínima para el acceso a la jubilación, que hasta ahora no existe en Brasil, de 62 años para las mujeres y de 65 para los hombres.

Del proyecto original fue retirada una propuesta para poner fin al actual sistema de reparto, en vigor desde hace casi un siglo en el país, y la adopción en un plazo de diez años de un sistema de capitalización individual, mediante el cual la jubilación de un trabajador dependería de lo que pudiera ahorrar a lo largo de su vida.

Al conocerse la noticia de que en la comisión especial había un número suficiente para dar este paso, los mercados celebraron con una suba de 1,58% en el principal índice bursátil, el Bovespa, que llegó al mediodía hasta los 103.658 puntos.

Una vez que la comisión apruebe todos los artículos en particular, el texto quedará listo para ser tratado en el plenario de la Cámara de Diputados, donde se necesitan las tres quintas partes de los votos (308 sobre 513 posibles) para su aprobación.

El oficialismo aspira a que la Cámara de Diputados trate el proyecto la semana próxima, antes del receso de dos semanas que comenzará el próximo 17 de julio.

Si fuera aprobado, la normativa pasará al Senado para su aprobación definitiva y su rechazo.