Luego del cierre de paritarias del gremio bancario, que el viernes pasado firmó un acuerdo por 30% modificable en caso de que la inflación de este año sobrepase ese nivel, el dirigente del sindicato La Bancaria, Sergio Palazzo, durante una entrevista apuntó: "Voy por Marcos Galperin, el dueño de Mercado Libre", y afirmó que tiene la intención de que todos los trabajadores de las fintech y demás establecimientos que ofrezcan servicios financieros se encuadren dentro del gremio bancario.

La Bancaria emitió un comunicado explicando su postura y apuntando directamente de nuevo contra Mercado Pago, la plataforma de pagos, compras y transacciones perteneciente a Mercado Libre.

En el texto, el sindicalista indicó que desde fines de 2015 comenzó un "brutal proceso de desregulación" del sistema financiero y responsabilizó al Gobierno y a la administración actual del Banco Central. Palazzo acusó a la compañía de Galperin de incurrir en "violencia y fraude laboral" por no permitirle a sus empleados que hagan parte del convenio bancario.

La Bancaria señaló que lo mismo sucede con otras fintech y plataformas digitales que "de manera abierta o encubierta" se dedican al negocio financiero.

"Estas entidades operan sin el necesario control para salvaguardar el interés público, los derechos de los usuarios y del patrimonio de los terceros que en definitiva están administrando", asegura en el documento, y continúa: "Esas entidades se apropian sin consentimiento, control y debido resguardo de datos personales de millones de personas, con riesgo cierto para las personas físicas y jurídicas involucradas en sus operaciones. Las mismas pueden suponer incluso maniobras de elusión tributaria, e incluso de lavado de dinero".

 La empresa de Galperín se manifestó repudiando los primeros dichos de Palazzo, los cuales calificó como "violencia verbal y amenazas que dificultan el desarrollo del país".

La empresa explicó que la actividad principal de Mercado Libre es el comercio y que por lo tanto se encuentra dentro de la base legal. Además, señaló que el reclamo de Palazzo "no tiene el objetivo de promover la inclusión financiera y el empleo, sino de seguir defendiendo un sistema dominante que retrasa e impide generar nuevas oportunidades".  

Un sindicalismo combativo en diversos sectores y empresarios que ahora aparecen más organizados para salir a contrarrestar ofensivas gremiales empiezan a preparar el terreno para lo que será la discusión de fondo del 2020: si se avanza o no en una reforma laboral.

Se trata no sólo de una exigencia del FMI para avanzar con un acuerdo más largo con la Argentina que permita estirar los vencimientos. También es un pedido a gritos de los empresarios, que consideran que las leyes laborales actuales son anti empleo.

Como en tantos otros temas, dependerá de quién gane las elecciones en octubre el grado de avance que el próximo Gobierno le quiera dar a este tema central.

Redes sociales

Las primeras declaraciones de Palazzo generaron repercusiones en las redes sociales hacia las declaraciones del sindicalista, que además había manifestado que lo lograría su objetivo de llevar a los empleados de las fintech a su sindicato "por las buenas o por las malas", según se publicó en la nota periodística, lo cual fue negado por la entidad sindical en su comunicado de ayer, aduciendo que esa expresión de Palazzo fue tergiversada.

Con hashtags (etiquetas) y mensajes similares, varios empresarios y directivos de compañías manifestaron desde sus cuentas personales de Twitter el apoyo a Galperin y el repudio a los dichos de Palazzo.

Varios de los que se manifestaron hacen parte de "Nuestra voz", el grupo de WhatsApp que según trascendió fue creado el mes pasado y agrupa a más de 250 ejecutivos para opinar sobre temáticas del país y coordinar sobre puntos en común.

Este grupo, del que Galperin hace parte, en gran medida apoya a Mauricio Macri, quien luego de su creación envió un mensaje de audio en agradecimiento por medio de uno de los usuarios del chat.

Algo similar ocurrió el fin de semana, cuando la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (Apla), dirigida por el sindicalista kirchnerista Pablo Biró, impulsó un paro en los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque, que generó la cancelación y la demora de varios vuelos.

Los empresarios, en coordinación, cuestionaron el accionar sindical por medio de las redes con hashtags y enunciados similares.

Uno de los mensajes más contundentes fue el de Idea, que calificó a la medida de Apla como "abusivas" y señaló que "toman a la sociedad como rehén, conspiran contra la creación de empleo argentino y en nada suman a la defensa de los derechos de los trabajadores".