Cómo se dividen la casa y el auto tras la separación en la unión convivencial
En los últimos años, muchas parejas en Argentina eligen no casarse legalmente, pero sí convivir y compartir un proyecto de vida en común. Para estas situaciones, el Código Civil y Comercial contempla figuras legales que protegen los derechos de quienes deciden formar una vida juntos sin pasar por el Registro Civil: la unión convivencial, también conocida como concubinato.
Se trata de la relación afectiva entre dos personas que viven juntas, de manera pública, notoria y estable, y que comparten un proyecto de vida en común sin haberse casado. Esta figura legal permite reconocer derechos y establecer ciertos deberes entre las partes, aunque no se trate de un matrimonio formal.
Desde la reforma del Código Civil y Comercial, las uniones convivenciales están reguladas para otorgar seguridad jurídica a las parejas. La ley no distingue entre parejas del mismo sexo o de distinto sexo: el reconocimiento y los derechos son los mismos.
Requisitos para el reconocimiento legal
Para que una unión convivencial sea reconocida legalmente deben cumplirse las siguientes condiciones:
- Ambos integrantes deben ser mayores de edad.
- No deben tener un vínculo de parentesco.
- No pueden estar casados ni tener otra unión convivencial vigente.
- Debe tratarse de una relación singular, es decir, entre dos personas.
- La convivencia debe ser pública, notoria y estable.
- La pareja debe haber convivido durante al menos dos años.
¿Cómo se dividen los bienes al finalizar la unión convivencial?
Aunque no equivale a un matrimonio, la unión convivencial brinda protecciones importantes en materia de vivienda, salud, herencia (en ciertos casos), y también la posibilidad de pactos de convivencia que regulen aspectos patrimoniales y personales de la relación.
La vivienda donde convivís está protegida siempre que la unión convivencial esté registrada oficialmente en el Registro Civil. Esto significa que ninguno de los convivientes puede vender, hipotecar o disponer de la casa sin el consentimiento y la firma de la otra persona. Además, la vivienda no puede ser embargada por deudas contraídas después de la inscripción de la unión, salvo que esas deudas hayan sido asumidas por ambos o que una de las partes las haya contraído con el consentimiento de la otra.
Tras finalizar la unión convivencial, los bienes (sea un auto o una casa) se dividen de la siguiente manera:
- Si hay pacto previo: los bienes se dividen según lo que hayan acordado en el pacto.
- Si no hay pacto: cada conviviente conserva los bienes que haya adquirido durante la convivencia.
¿Puedo quedarme en la vivienda después de que termine la convivencia?
Solo podés hacerlo en dos situaciones:
- Si tenés a tu cargo hijos menores, con capacidad restringida o con discapacidad,
- O si demostrás una necesidad extrema de vivienda y la imposibilidad de obtener otra de inmediato
En caso de que el juez te conceda el derecho a permanecer en la vivienda, también fijará un plazo, que no podrá ser mayor a dos años desde la finalización de la convivencia. Si la vivienda es alquilada, podés seguir viviendo en ella hasta que finalice el contrato, sin importar quién pague el alquiler.
Trámite de la unión convivencial
No es obligatorio realizar ningún trámite para formar una unión convivencial, aunque existe la posibilidad de inscribirla oficialmente. La inscripción de la unión convivencial, su extinción y los pactos que hayan celebrado los integrantes de la pareja se registran en el Registro de las Personas.
La inscripción sirve para probar la existencia de la unión, aunque también puede demostrarse mediante otros medios, como testimonios o documentos. Además, cuando la unión convivencial está inscripta, la vivienda familiar queda protegida, ya que no puede ser vendida, hipotecada ni disponerse de ella sin el consentimiento y la firma de ambos convivientes.