Causa Maradona: el duro alegato que podría sellar el destino de Makintach

El jury que evalúa la conducta de la jueza Julieta Makintach vivió una jornada determinante. Desde temprano, los pasillos del tribunal se llenaron de expectativa: a las 9 de la mañana comenzó la declaración de Jorge Barrera, exalumno de la magistrada en la Universidad Austral y expresidente del club Peñarol de Uruguay.

"Sé lo que es cumplir los sueños en vida. Y ella estaba cumpliendo un sueño", expresó Barrera, quien contó que conoció a Makintach en 2006, durante una maestría en Derecho Penal. Según relató, su vínculo nació de la admiración profesional: "Ella dio dos charlas en Uruguay y escribió un artículo que me interesó. Me llamó la atención cómo abordaba temas tan complejos".

El testigo recordó que la magistrada "abordaba los temas con perspectiva de género, el Principio de legalidad y la presunción de inocencia". Dijo además que la invitó a disertar en su país y que mantenían "amigos en común".

Barrera insistió en que la jueza siempre fue valorada en el ámbito académico: "Por la parte técnica siempre fue muy bien considerada", subrayó, y aseguró que quienes habían trabajado con ella "le tenían un buen concepto".

Los alegatos: el foco en la filmación dentro del tribunal

A las 10 comenzó el tramo más esperado del día: los alegatos finales. La fiscal de Necochea, Analía Duarte, representante de la Procuración, abrió su exposición señalando que se demostró cómo la jueza permitió el ingreso de un equipo de filmación a tribunales "días antes del juicio, el 9 de marzo, con una cámara, una maquilladora y un guionista, para grabar una miniserie".

"Todos los que estuvieron ese día declararon que estaban autorizados por la magistrada", dijo Duarte, quien también cuestionó el rol de la sargento Romero, custodia de Makintach: "Actuó con complicidad y acompañó a María Vidal y al camarógrafo a la sala, con una cámara que se veía a simple vista".

Según la fiscal, la grabación debía mantenerse en secreto o al menos hacerse "de forma discreta", pero los hechos —dijo— demostraron lo contrario. "Se puede negar todo, pero no la evidencia, que está clara desde el primer minuto", enfatizó, y recordó que los carteles que prohibían filmar eran visibles para todos.

Un proyecto de 800.000 dólares 

Duarte fue más allá al referirse al origen del documental: "Arnal Ponti confirmó que la idea era venderlo. Nos habló de Paramount, de una productora de Los Ángeles... Incluso envió el proyecto, valuado en 800 mil dólares, a ciertos productores", denunció.

Agregó que "el trailer estaba bajo el control total de la doctora. Ella manejaba todo: cómo debía hacerse y qué documentar". Durante esa exposición, Makintach se mostró visiblemente molesta, negó con la cabeza y tomó notas en silencio.

La hora de las definiciones

Con los alegatos cerrados, el tribunal de conjueces dispone ahora de cinco días corridos para deliberar y fijar una nueva audiencia. Todo indica que la resolución podría conocerse el martes próximo.

Para la Procuración, la jueza "mintió todo el tiempo". Duarte recordó que "le mintió a Gianinna Maradona y le juró por sus hijos que no existía un documental". Luego, cuando se exhibieron las imágenes, "dijo ‘esa no soy yo’".

"La jueza ya sabía que venía una condena. El gancho era Maradona, no una historia de madre jueza", insistió la fiscal.

"Una vergüenza para el Poder Judicial": la contundente definición de Sagues

El alegato final del representante del Colegio de Abogados de San Isidro, Guillermo Sagues, reforzó el pedido de destitución. "Makintach no fue solamente la actriz, sino también la directora de su propio documental", afirmó.

Y agregó: "La palabra escándalo ha quedado chica. Nos enteramos en medio del juicio que había una parodia enmarcada en un documental donde la jueza era la estrella. Eso es mucho más que un escándalo, es una vergüenza".

Sagues pidió la destitución e inhabilitación perpetua para ejercer cargos judiciales. "Las conductas de la jueza mancharon y ridiculizaron al Poder Judicial. La confianza es esencial en el Estado de derecho, y ella la rompió", concluyó.

Con los testimonios y los alegatos ya sobre la mesa, el caso Makintach entra en su cuenta regresiva. La decisión final del jury podría sellar el futuro de una magistrada que, según sus acusadores, cruzó todos los límites entre la Justicia y el espectáculo.