Revés judicial para los dueños de la marca de ropa "Soho"
La Cámara Federal revocó un fallo del juez Norberto Oyarbide que había exculpado a los dueños de la marca de ropa "Soho" del cargo de reducción a la servidumbre a trabajadores textiles de nacionalidad boliviana, se informó en los tribunales.Los camaristas consideraron "desacertado" el sobreseimiento que había dictado Oyarbide y evaluaron que el juez actuó con "excesiva premura" al desvincularlos de la investigación sobre los talleres clandestinos de ropa, que habían sido denunciados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, según publicó DyN.En consecuencia, el tribunal de alzada echó marcha atrás en la situación procesal de los empresarios textiles Néstor Sánchez Anterino, Gabina Verón y Hermes Provenzano, a la vez que dictó la "falta de mérito", con lo cual volverán a ser investigados por el juez de instrucción.Como argumento para sobreseerlos, Oyarbide había esgrimido que las malas condiciones laborales eran algo natural en la cultura "Ayllu" de los Andes, a la que pertenecieron los trabajadores textiles en sus países de origen, y por consiguiente interpretó que no existía delito.Enseguida hubo apelaciones a ese fallo por la querella y fuertes críticas de parte de los "amicus curiae",entre otros, el Departamento de Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires, el Colegio de Graduados en Antropología y el Centro Cultural Hijos del Pueblo.Los camaristas Eduardo Freiler y Eduardo Farah resaltaron que "las distintas agrupaciones que se presentaron en el expediente criticaron fervientemente que un magistrado argentino haya hecho una equivocada alusión a prácticas que serían inherentes a pautas culturales de los pueblos originarios del Altiplano".Para los jueces resultó "desacertado" hacer una extrapolación de "estructuras propias de pautas culturales del Altiplano para intentar explicar el funcionamiento de talleres textiles ubicados en la Ciudad de Buenos Aires, en los que se confeccionan productos que serán luego comercializados en la lógica de mercado que rige en esta urbe".Los camaristas subrayaron que las denuncias sobre los talleres señalaban que "las víctimas y sus familias" vivían en condiciones deplorables" y que los trabajadores textiles estaban sometidos a "prolongadísimas jornadas laborares, malos tratos e insignificantes salarios".Por todo ello, concluyeron que "no puede descartarse sin más que los empleados hayan sido sometidos a condiciones indignas y reducidos a servidumbre o a formas análogas".