Generación "NET": en la Argentina hay más de un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan
Aunque en un primer momento la denominación puede sonar glamorosa y asociada a la tecnología, detrás de la Generación "NET" se esconde un problema que golpea de lleno a la Argentina y que no sólo preocupa al Gobierno sino también a los empresarios.
En la actualidad, los 727.000 desocupados y los 477.000 subocupados que figuran en los registros configuran el 22% de la población económicamente activa (PEA) entre 18 y 24 años.
Se trata de los jóvenes que no estudian ni trabajan (por eso la denominación "NET") y que hoy en el país suman más de 1 millón, según datos oficiales. En definitiva, ellos no cuentan con experiencia laboral ni habilidades en oficios ni estudios formales.
La falta de empleo para los adolescentes que egresan del colegio secundario y las universidades se convirtió en una problemática que ocupa cada vez más espacio en las agendas de la dirigencia política y empresaria. Sin embargo, esta situación no sólo se da en la Argentina sino también en otros países del mundo.
En España, por ejemplo, una encuesta revela que el 54% o de los jóvenes entre 18 y los 34 años dice no tener proyecto alguno por lo que sentirse interesado o ilusionado.
Conocida del otro lado del Atlántico como la generación "ni-ni" (porque ni estudia ni trabaja), esta población está caracterizada por el simultáneo rechazo a estudiar y trabajar. Producto de la crisis económica que golpea a la península ibérica, se estima que este grupo ya superó las 750.000 personas.
En la mayoría de los casos, la inactividad les produce a los adolescentes alcanzados por el flagelo una angustia profunda. Se trata de un sentimiento que, de acuerdo a los especialistas, se suele dar ante situaciones de incertidumbre.
Tanto en la nación ibérica como en otros países de la Unión Europea, para los jóvenes "ni-ni" estudiar no sirve de mucho porque después cuesta mucho conseguir un empleo de ello. La realidad que sufren los adultos los abruma. Y, como consecuencia, experimentan una constante sensación de sin sentido.
No obstante, Malena Famá, directora ejecutiva de la Unión Argentina de Jóvenes Empresarios (UNAJE), señaló que muchas veces este problema radica en "una cuestión de desinformación".
En el marco del seminario "Los empleos de mañana para los jóvenes de hoy: tendencias actuales del empleo en Argentina", organizado por la Federación Argentina de Empresas de Trabajo Temporario (FAETT) junto a la OIT y la UIA, Famá opinó que "los padres desocupados suelen ser quienes les inculcan a los adolescentes la idea de que no hay trabajo, cuando en realidad quizá sí existan oportunidades."
En tanto, desde la órbita oficial, Federico Ludueña, coordinador del programa "Más y Mejor Trabajo" del Ministerio de Trabajo, reconoció la existencia de esta problemática y destacó: "Son ellos quienes más necesitan del apoyo y acompañamiento de la red de empleo para jóvenes."
Según dijo Ludueña, desde la cartera laboral trabajan "fuertemente" para que los grupos más vulnerables puedan, con el acompañamiento y capacitación de la red y la participación de los sindicatos y las empresas, insertarse en empleos decentes o desarrollar sus propios emprendimientos productivos sustentables.
En tanto, Julio Bellone, presidente de FAETT, advirtió que "el desempleo y el trabajo de poca calidad tienen graves consecuencias inmediatas en los jóvenes ya que afecta las oportunidades de ocupación y de ingresos en el futuro."
Los jóvenes, reacios a las jerarquías"En general, cuando los contratan, los empresarios no saben las condiciones en las que viven estos adolescentes NET", aseguró Fama. Según su visión, "ellos no están acostumbrados a las jerarquías y muchas veces el hecho de tutear a los jefes los hace sentir más cerca."
La representante de la UNAJE hizo hincapié en que es bueno que los directivos, sobre todo en las Pyme, les hagan saber a los jóvenes cuáles son sus funciones y porqué es tan importante que las cumplan.
Y resaltó: "Los managers tienen que ganarse el respeto de los jóvenes. Si lo merecen, no tengo dudas que los van a respetar."
A su turno, Rubén Cortina, presidente de UNI América, apuntó que hoy los jóvenes tienen una vinculación fragmentada y todavía de incertidumbre con el mundo del trabajo.
En su opinión, muchos adolescentes no quieren vivir la misma experiencia de sus padres, es decir, trabajar toda la vida para la misma empresa haciendo el mismo trabajo.
"En Francia, se calcula que en cinco años se cambia 15 veces de empleo. Esto tiene impactos terribles, por ejemplo, en la formación profesional y trayectorias profesionales mucho más fragmentadas y heterogéneas", ejemplificó Cortina.
Para Raúl Lacaze, director de RRHH del Grupo Telefónica y presidente de la Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (ADRHA), "la crisis es claramente de liderazgo y la situación que atraviesan muchos de los jóvenes es una consecuencia de falta de planificación general."Liderar con el ejemplo y no con PPT"Necesitamos mejorar. El liderazgo es ejemplo. La gente ya no cree ni en los power points ni lo que se cuelga en las carteleras. Sino que mira la conducta de sus jefes", postuló el directivo del Grupo Telefónica.
A modo de autocrítica, Lacaze postuló que "en cualquier ámbito, lo primero que los líderes tenemos que cuestionarnos es si estamos haciendo el trabajo correcto para incorporar a los jóvenes desde el punto de vista de cómo nos conducimos en los lugares en los que nos toca decidir."De acuerdo a su visión, quienes están al frente de organizaciones deberían empujar para que exista colaboración y trabajo en red, como así también lograr que esto se refleje en la cultura de la empresa.
"Existe a menudo la contradicción de querer una compañía abierta y se cuestiona si la gente tiene que acceder o no a Internet desde la computadora de su oficina, y es una pregunta que muchas veces tiene que resolver el área de Seguridad Informática", reconoció el presidente de ADRHA.
No obstante, Lacaze se mostró convencido que hoy el trabajo de los responsables del área de Informática tiene que ser abrir todas las puertas garantizando la seguridad.
"Es que si, por ejemplo, la organización no se sube a las redes sociales para responder a determinadas demandas porque no se quiere mezclar, a los dos minutos aparece un blog hablando de la empresa y mucha gente opinando al respecto", advirtió el directivo.