En un año electoral, para siete de cada diez empresarios el clima de negocios es "favorable"

En un año electoral, para siete de cada diez empresarios el clima de negocios es "favorable"
Por iProfesional
MANAGEMENT - 23 de Mayo, 2011

El clima de negocios en un año electoral como es el 2011 se muestra favorable para el 67% de las empresas,  indicó un informe difundido este lunes por SEL Consultores.

Según una encuesta realizada por la consultora que dirige Ernesto Kritz, la mejora observada por las compañías durante el 2010 se mantiene "en el segundo trimestre" de este año.

Tras una consulta realizada a 150 firmas líderes del mercado local, que ocupan a un total de 252.000 personas, se constató que "cerca de siete de cada diez compañías califican como favorable el estado de los negocios".

Allí, un 16% de los empresarios admitió como "muy buena" el estado actual de su actividad y otro 51% calificó como "bueno".

En tanto, para un 29%, el estado actual de negocios resulta "regular", y sólo para el 5% de los encuestados, la situación se muestra como "mala".

"Esta calificación es ligeramente inferior a la del segundo trimestre del año pasado y muy parecida a la del tercer trimestre de 2008", indicó el informe de SEL.

Según Kritz, aunque todavía resulta inferior a la de los años previos (es decir para el período 2006-2007, donde un promedio de 87% definía la situación como favorable) "la evolución reciente indica que, para la mayoría de las compañías, se está recuperando -si bien con alguna moderación- el ciclo de crecimiento".

Las ventas, para arribaComo resultado de su encuesta, realizada a gerentes y directores de administración y finanzas de empresas grandes y medianas, SEL explicó a su vez que "la mejora del ciclo de negocios se refleja en la evolución de las ventas".

Del informe surge que en los primeros cuatro meses del año, las ventas "aumentaron en volumen físico en el 54% de las empresas."

Para todo el 2011, la proporción se eleva a 59%, si bien la mitad estima que el incremento será de hasta 10 por ciento.

Impacto de la suba de los costos laboralesLa demanda laboral también está en recuperación, aunque todavía lenta. El 28% de las empresas aumentó la dotación en los primeros cuatro meses (un promedio en el total de la muestra de 1,4%), y hasta fin de año el incremento previsto de la dotación es de 3,5 por ciento.

 

En términos agregados, según Kritz, esto sugiere una elasticidad empleo-producto inferior a la observada hasta 2008, lo que puede relacionarse con el efecto del alza de los costos laborales.

En tanto, la rentabilidad es muy buena o buena para el 52% de las firmas, un nivel muy parecido al del segundo trimestre del año pasado. La diferencia, sin embargo, es que ha vuelto a subir la proporción de empresas que declaran que la rentabilidad está disminuyendo (43 versus 29% hace un año). Para la mitad, se mantiene estable.

"No obstante la mejora de la tendencia, muchos piensan que este crecimiento es inestable (46%) y para un cuarto de los entrevistados no es sostenible (26%)", advierte el informe de SEL Consultores

Esta duda tiene que ver con el peso atribuido a los factores externos -y por lo tanto no controlables- en la recuperación de la economía. El 56% cree que el crecimiento se debe sobre todo al "viento de cola" y otro 24% a la alta productividad del campo y los commodities.

De todas maneras, la expectativa es que el ciclo se mantenga al menos hasta el año próximo: el 41% piensa que su empresa estará mejor de aquí a un año y otro tanto cree que se mantendrá igual.Las mayores trabasLa inflación y el aumento de los costos aparecen como los problemas de contexto que más afectan a las compañías. Así lo señalan seis de cada diez empresarios.

En el ámbito más general de los problemas del país, la inflación (70% de menciones), la inseguridad ciudadana (48%) y la inseguridad jurídica (37%) encabezan la lista. El primero y el último explican, en buena medida, el retraso en la toma de decisiones de inversión.

La proyección de inflación para 2011 es de 24,3%, mientras que en el segundo trimestre del año pasado era de 21 por ciento.

La aceleración de la inflación es atribuida principalmente al aumento del gasto público y la monetización del déficit (69% de menciones) y al crecimiento de los salarios por sobre las ganancias de productividad (45 por ciento).

La mejora de la actividad sigue encontrando una correspondencia limitada en la inversión. No mucho más de un tercio de las empresas tiene previsto aumentar sus inversiones este año, y la mitad de ellas no más de 10 por ciento.

El tipo de inversión no está mayoritariamente orientado a la ampliación de la capacidad productiva; se trata preferentemente de programas de mantenimiento de la capacidad instalada (51% de menciones), aunque, desde el lado positivo, mejora la frecuencia de los proyectos de modernización de equipos o cambio tecnológico (34% de menciones vs. 27% el año pasado), con efecto sobre la capacidad productiva. Se espera que ésta crezca 4%.

El horizonte de previsibilidad para invertir en la Argentina es de sólo dos años.

Las razones principales son la inseguridad jurídica (44% piensa que empeoró vs. 28% que opinaba así en el segundo trimestre de 2010) y la incertidumbre política del país. La relación entre las empresas y el Gobierno no es buena: para el 51% empeoró en los últimos tiempos y para otro 44% se mantiene igual.

Los principales problemas que, según las empresas sondeadas por SEL Consultores, deberá afrontar el Gobierno en 2010, son la inflación, la pérdida de control sobre los sindicatos y la conflictividad social.

"La importancia asignada a la inflación ha aumentado fuertemente, desde poco más de 20% a fines de 2008, a 44% en el cuarto trimestre de 2009; 80% en el segundo trimestre de 2010 y una proporción similar este año", remarca el informe.

Según Kritz, la conclusión tal vez más importante, es que la situación de las empresas sigue mejorando a buen ritmo, y se espera que siga haciéndolo -quizás algo más moderado- en el futuro inmediato.

Esta es una buena noticia; la no tan buena es que, por el temor a la inflación y la conflictividad doméstica, la inversión continúa rezagada, comprometiendo el crecimiento futuro.

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