Analistas y empleados administrativos, los "patitos de la boda" del modelo salarial K
A pesar de haber obtenido, luego de varios años de estudio, un título universitario, contar con experiencia laboral y hasta poseer otros conocimientos y habilidades especiales, tales como el dominio de idiomas, existen muchos empleados fuera de convenio que, en la actualidad, se sienten los "patitos de la boda" del modelo económico.
Se trata de quienes hoy ocupan posiciones administrativas o se desempeñan como analistas en empresas, a los cuales los incrementos salariales negociados por los gremios les pasan por al lado, cerquita, pero no llegan a tocarlos.
Y aunque sus propios jefes les dicen que su aporte a la organización es clave para el negocio, a la hora de los números ese buen desempeño no repercute, de igual manera, en sus bolsillos.
Así, sin poder de negociación, ni representatividad, ven cómo los aumentos que reciben suelen estar por debajo de la inflación y, en este escenario, "salen perdiendo" frente a los que logran en las paritarias sus "compañeros" convencionados quienes, paradójicamente, tienen un menor grado responsabilidad.
Con sueldos rezagados y "víctimas" de los efectos del solapamiento salarial, lejos están de considerarse protagonistas del boom de consumo de la era K.
En este contexto, Ernesto Kritz, director de SEL Consultores, afirma que "hoy muchos profesionales se sienten frustrados por haber estudiado una carrera y estar percibiendo un salario menor a los que no lo hicieron, quienes con tareas más operativas y menos responsabilidades ganan más."
Y señala que esto tiene que ver con que, en la mayoría de los casos, "están fuera de convenio" y, por lo tanto, "no poseen capacidad de negociación como sí la tiene un sindicato" de modo que "sus salarios han quedado rezagados en términos relativos."
Para Kritz, los grandes beneficiados del actual modelo económico son todos aquellos empleados que están bajo una convención colectiva. En este sentido, sostiene que "sin tener que negociar uno a uno, se llevan el mayor rédito. E, incluso, son los protagonistas del boom de consumo".
Pero esta situación podría estar comenzando a cambiar. "Las empresas están preocupadas porque hay una tendencia de los fuera de convenio a sindicalizarse para poder negociar colectivamente", advierte el economista experto en mercado laboral.
Y agrega: "Por este motivo, quizá en 2011 reciban aumentos en línea con la inflación". Sin embargo, destaca que puede no ser suficiente porque "vienen arrastrando un atraso que ya lleva cuatro años".
Cuánto paga hoy el mercadoDe acuerdo con un relevamiento del portal de empleos Bumeran, en la actualidad, un empleado administrativo percibe en promedio unos $4.060 brutos mensuales, mientras que un asistente cobra $4.365 y un analista contable casi 6.000 pesos.
Así se desprende de los cuadros adjuntos a continuación:
Asimismo, indica el portal especializado, el salario promedio de un gerente administrativo mejora en unos $5.140 si el profesional también tiene a su cargo las funciones relacionadas con el área financiera de la empresa:
¿Un cambio de paradigma?Ante la consulta de iProfesional.com sobre esta problemática, Juan Carlos Rodríguez, socio y director de la consultora Total Rewards, considera que "es cierto que los analistas ganan lo mismo y hasta incluso menos que los operarios".
En tanto, el consultor y experto en compensaciones Mariano Dantas puntualiza que el desfasaje salarial tiene que ver con la "inequidad interna". Y remarca que estos profesionales, analistas y empleados administrativos, "sienten una especie de maltrato. Ven que otros planifican sus vacaciones, se compran el auto, y ellos no lo pueden hacer".
Es quizás por ello que, en algunas provincias, ya se advierte cómo "se empiezan a desvirtuar tradiciones como el clásico modelo de ingresar a la universidad una vez finalizado el colegio", indica Dantas.
Y añade que el pleno empleo, con salarios altos, trae aparejado ese fenómeno. "En Comodoro Rivadavia, por ejemplo, un joven que trabaja en la industria petrolera gana más de $10.000 al mes. Y se está dando un escenario en el que los chicos no ven la hora de terminar el colegio secundario para ponerse a trabajar en vez de seguir estudiando", remarca.
En base a su experiencia como consultor en empresas del sur del país, Dantas describe que "cada vez más chicos se dedican a trabajar porque saben que pueden ganar mucho dinero, comprarse el auto y hasta darse el gusto de tunearlo."
El experto afirma que "este cambio lleva a un concepto muy cortoplacista" donde, en vez de pensar hacia adelante, "los jóvenes priorizan la inmediatez y tener un ritmo de vida que quizá no sea bueno en el futuro."
En este escenario, desde Total Rewards Rodríguez remarca una diferencia: "Si bien los analistas estudiaron unos cuantos años, se recibieron y ganan menos, tienen que entender que los operarios y técnicos están al tope de su categoría".
Esto significa que "lo que le queda es que su salario crezca en base a la inflación y las paritarias, ya que no van a escalar posiciones en la organización".
En cambio, continúa Rodríguez, "los analistas están en el piso de sus carreras y cuentan con amplias proyecciones de crecimiento", lo que, a los ojos del experto, es una ventaja potencial. Así, explica, si el aspiracional de una persona es ser analista, no va a estudiar cinco años una carrera. "Quien estudia una licenciatura pretende ser más, llegar más lejos en una compañía", destaca.
Es por esta razón que, para el director de Total Rewards, es una cuestión de tiempo.
"Si bien un empleado de una automotriz, por ejemplo, puede ganar más que un analista, en algún momento éste lo va a pasar. Es cuestión de desarrollo de carrera. La que primero lo tiene que entender es la empresa, para luego poder explicarlo a los perfiles desfasados en términos salariales", enfatiza.
Y esto no es un dato menor. "Es muy importante que las compañías lo comuniquen bien, porque aquellos que no lo entienden, se sienten desmotivados comparándose con los que están en convenio y tienen sueldos superiores por tareas de menor responsabilidad", acentúa el especialista.
El más grave de los solapamientos Tras asegurar que "la superposición de los salarios es una problemática que no tiene cura", Rodríguez diferencia dos tipos de solapamiento: el que se da entre analistas y profesionales con los operarios calificados y el que ocurre entre el supervisor fuera de convenio y el supervisado convencionado.
El experto hace hincapié en que las empresas deben prestar mayor atención a la segunda situación, a la que califica como la "más grave".
"Un supervisado nunca debería ganar más que su jefe pero, como esto sucede, las compañías tienen que trabajar para evitarlo, aplicando, por ejemplo, una política de compensaciones más adecuada", concluye.