El fenómeno Havanna: desde el primer local de alfajores hasta el emporio nacional y regional
Alan Aurich, gerente general de Havanna, en diálogo con Tomás Bulat analiza cuál es el fenómeno de la marca Havanna.
"Havanna nace en 1947 en Mar del Plata donde tres amigos fundan una compañía. El primer local de Havanna está en lo que era una confitería, un local bailable que como estaba de moda la música cubana se llamaba Habana. De ahí viene el nombre, ese fue su primer local con fabricación a la vista" detalla el ejecutivo.
"Fue un boom tremendo que crece en Mar del Plata y luego fue a la Costa Atlántica" agrega.
Y llegó el café
"En el '93, '94 vieron que había una veta con el café y pusieron en el local de la calle Rivadavia algo para tomar café al paso. Era solamente para tomar parado pero no dio mucho resultado" admite el actual gerente general de la marca.
Pero llegó la idea salvadora: "a uno de los que hoy es franquiciante se le ocurre poner mesitas de plástico" y ahí sí explotó.
Como la idea de sumar el café a los locales fue tan exitosa eso se convirtió en el primer paso para pensar en la expansión en Buenos Aires.
"Hoy uno toma un café y se lleva un alfajor o bien va a buscar un alfajor y se toma un café." describe Aurich.
"Antes el alfajor Havanna era nuestro negocio, hoy es el corazón de nuestro negocio. Pero nuestro negocio son los locales" agrega.
Así cambia entonces la lógica de la compañía, la operación de los locales es lo más importante del negocio.
También se expanden en diferentes productos asociados como chocolates, huevos de pascua, pan dulce o bombones pero todo tiene que tener "la calidad Havanna". El ejecutivo admite que nada puede ser "berreta".
Havanna ganó entonces presencia en todo el país donde ya tiene 192 locales de los cuales 70 son propios.
"Hay franquiciados históricos que empezaron hace 55 años con Havanna".
La conquista regional
Pero la expansión también llegó al exterior y tuvieron el desafío de lograr que la marca fuera reconocida.
"Afuera Havanna no era conocida" Pero aprovecharon la crisis para expandirse regionalmente.
"A partir del 2001 pensamos más bien en el turismo latinoamericano que venía a la Argentina. Entonces sucedió lo mismo que cuando se iba a la costa y se traían los alfajores, buscábamos que cada uno se volviera con la caja Havanna."
"Cuando abrimos en San Pablo teníamos cola para 40 personas para el local, y esto duró durante un mes" detalló el ejecutivo.
"Lo mismo pasó en Venezuela. No sabíamos quye la marca esra tan mágica y con tanto arraigo." agregó.
El sello de "la feliz" con manos marplatenses
"Somos una empresa marplatenese, con proveedores marplateneses. Y eso es una premisa de la empresa."
Y otro punto clave es "lo artesanal". El ejecutivo admite que en su primer día de trabajo se sorprendió al ver como se "pintaban a mano" los alfajores con chocolate blanco y cuando esbozó que sería bueno industrializar el proceso casi lo echan...
Aurich destaca que no quieren ni deben perder esa "artesanalidad" al tiempo que la tecnificación la aplican a otras áreas que no comprometen la calidad del producto.