El Papa Francisco, hablando de management
El Papa Francisco en un fuerte discurso para los saludos de Navidad, advirtió días atrás sobre las 15 enfermedades que están al acecho y amenazan a la Iglesia y a la Curia romana, dejando bocabierta, atónitos, incómodos y descompuestos a los representantes del clero presentes.
Sin saberlo, Francisco estaba hablando de las enfermedades del management del siglo XX, los vicios del mundo de la "dirección y control", el modelo de gestión imperante con grandísimas contradicciones en nuestros días.Hablaba de la Iglesia... pero hablaba finalmente de las organizaciones tal como las conocemos.
He aquí las enfermedades:1 - "La enfermedad de sentirse ‘inmortal', ‘inmune' o incluso ‘indispensable'". Una organización que no es autocrítica, que no se actualiza, que no intenta mejorarse "es un cuerpo enfermo", dice Francisco... La situación de poder o de éxito hace que la persona pierda la humildad del que aprende, ¡peligroso en la época de cambios acelerados!
2 - "La enfermedad de la operatividad": la tendencia a estar muy ocupado, ser muy operativo, que en las organizaciones se traduce en la falta de dedicación a pensar y a mirar para afuera.3 - "La enfermedad del endurecimiento mental y espiritual": los funcionarios que se convierten en máquinas de trabajo y pierden la sensibilidad, la capacidad de escucha y la cercanía con otros.4 - "La enfermedad de la planificación excesiva", que se traduce a veces en rigideces y en pérdida de la capacidad de reacción. También en falta de mirada para afuera y de adaptacion a los cambios.5 - "La enfermedad de la mala coordinación": como bien dice Francisco, es una orquesta que hace ruido, porque cada uno toca su instrumento sin escuchar al otro. El resultado es nefasto.6 - "La enfermedad de Alzheimer espiritual": es la pérdida progresiva de las capacidades espirituales, como explica Francisco. En las organizaciones, es la pérdida y el alejamiento de la finalidad de la organización, de su sentido para la comunidad.7 - "La enfermedad de la rivalidad y la vanagloria": las apariencias se vuelven más importantes, los símbolos de estatus, la lucha de poder, el ganarle al otro. De nuevo, se pierde el foco en el objetivo común.8 - "La enfermedad de la esquizofrenia existencial": es la enfermedad de los que viven una doble vida, dice Francisco. En el management, implica no decir lo que pensás, no actuar como decís. Esta disociación entre lo que pienso y lo que hago es, finalmente, hipocresía. .9 - "La enfermedad de las habladurías, del chisme": se dedica tiempo a criticar, a hablar mal del otro, a no apoyar, a decir las cosas por detrás... La politiquería que agobia y aliena en las organizaciones.10 - "La enfermedad de divinizar a los jefes": en el mundo corporativo, se llama "chupar las medias" y se refiere a la actitud de falsa admiración para conseguir beneficios. Es el juego político.11 - "La enfermedad de la indiferencia hacia los demás". Dice Francisco: "Es cuando todo el mundo piensa sólo en sí mismo y pierde la sinceridad y la calidez de las relaciones humanas".12 - "La enfermedad de la cara de funeral": ¡genial! La mala cara, especialmente con los "inferiores" para mostrar superioridad y poder.13 - "La enfermedad de la acumulación": impulsada por el mundo capitalista, en el que sos lo que tenés. De nuevo los intereses individuales y no el bien común.14 - "La enfermedad de los círculos cerrados": los clubes, la peléas de bandos, el partidismo. De nuevo se pierde la dirección y se privilegian los intereses de grupo.15 - "La enfermedad de la ganancia mundana, del lucimiento": es la enfermedad de la gente que busca poder, y pone su persona en el centro de todo."Hermanos -señaló Francisco-, tales enfermedades y tentaciones son naturalmente un peligro para cada cristiano y cada curia, comunidad, a nivel individual y comunitario".
Estas enfermedades son un peligro para todas las organizaciones. El mundo de las empresas tal como lo conocemos , se estructuró tomando como modelo la iglesia y con ello heredó las famosas enfermedades.
En el mundo de la colaboración, esta plaga no se admite más y la incoherencia salta a la vista.
Bravo Francisco, mucho coraje. Necesitamos líderes de esta altura.