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Las 10 trampas mentales para vencer en el camino hacia el éxito

Cuando la percepción de la realidad se ve distorsionada por creencias o situaciones conflictivas, cómo evitar que impacte en la capacidad de triunfar
MANAGEMENT - 04 de Septiembre, 2018

Hay momentos en que nuestra percepción de la realidad está distorsionada. Las creencias y la forma en que procesamos las situaciones pueden llevarnos a tener ideas sesgadas.

En esos casos, nos volvemos propensos a cometer errores y a juzgarnos mal a nosotros mismos y a los demás, indicó Gestión.Estas trampas mentales pueden ser patrones de pensamientos tóxicos o sesgos cognitivos que deforman el pensamiento. En ese marco se ve afectada también la capacidad de triunfar.

Para domar este tipo de pensamientos distorsionados, Gestión propone comprender las siguientes "trampas mentales" en el camino al éxito:

1. Creencias autolimitantes

Nada limita tu potencial y tu capacidad de tener éxito tanto como la duda y otras creencias limitantes. Éstas te descarrilarán y te convencerán de que no tienes lo necesario para tener éxito.

Frecuentemente estas creencias se forman a través de experiencias negativas. Si se permite que se arraiguen, se volverán veneno para tu capacidad de alcanzar todo tu potencial. En lugar de decirte que no puedes, preguntate "¿cómo puedo hacerlo?" 

2. Obsesión con el perfeccionismo

La superación personal y el deseo de ser la mejor versión de ti mismo pueden ser es algo bueno: puede motivarte a continuar aprendiendo y creciendo. Pero también debes aceptar que no eres perfecto.

Si estás obsesionado con el perfeccionismo, o si no puedes contentarte a menos que cada detalle sea ideal, estás permitiendo que el perfeccionismo te frene.

El perfeccionismo está alimentado por el miedo. Miedo a la crítica o al rechazo. Temor de que todos vean tus defectos y te juzguen por ellos. Permitir que el perfeccionismo regule tu vida evitará que cruces la línea de meta y te hará perder fechas límite importantes. Te alejará de los demás. 

3. Solo ver lo que quieres

Todos vemos las cosas a través de nuestra propia lente. Como resultado, nuestra perspectiva puede tener un sesgo importante que nos detiene. Esta trampa mental está vinculada a tener un sesgo de confirmación, que es la tendencia a ver las cosas de una manera que confirma nuestras propias creencias.

Muchas veces buscamos exponernos solo a puntos de vista que sean consistentes con los nuestros. No nos esforzamos por ver otros puntos de vista. En cambio, interpretamos la información por lo que está de acuerdo con nuestra perspectiva.

No es difícil ver cómo esto puede llevar a una toma de decisiones defectuosa que puede tener graves consecuencias en nuestra capacidad de tener éxito.

4. Miedo al cambio

Muchos de nosotros sentimos que es más seguro y más fácil mantener las cosas iguales. Sin embargo, el cambio es inevitable, nos guste o no.

El éxito proviene de la innovación y la resolución creativa de problemas, lo cual es un reflejo de nuestra capacidad de aceptar el cambio y fomentar el crecimiento.

Parte de la razón por la que preferimos mantener las cosas iguales es porque tenemos un sesgo de status quo. Este tipo de mentalidad obstaculizará tu crecimiento, dificultará tu adopción de la innovación y te hará resistente a la implementación de los ajustes necesarios. 

5. Esperar demasiado tiempo

Los costos perdidos son las inversiones que hacemos en algo que no podemos volver a sacar adelante. Cuando te das cuenta de que algo está condenado al fracaso, es hora de contar tus pérdidas, sin importar lo que hayas puesto en la inversión inicial.

De lo contrario, solo estarás arrojando buen dinero, tiempo, energía y recursos algo que ya está muerto. Continuarás desperdiciando su capital, ya sea porque no quieres admitir que cometiste un error o porque no tienes un plan alternativo para tomar su lugar. Esto te permitirá encontrar nuevas oportunidades y crear un éxito verdadero.

6. Pensar que eres un fraude

No importa cuánto logremos, cuán exitosos seamos o cuánto nos admiren los demás, muchos de nosotros sufriremos de una creencia arraigada de que realmente somos un fraude. Nos sentimos como actores, representando un papel que realmente no cumplimos.

Este patrón de pensamiento se llama "síndrome de impostor" y se da cuando dudas de la validez de tus propios logros y te da miedo de ser expuesto como un fraude.

Generalmente se desencadena por un nuevo logro, como conseguir un nuevo trabajo o completar una meta. Comienzas a sentir que no mereces o no ganaste realmente este logro.

El síndrome del impostor se puede relacionar con la ansiedad, la depresión y la duda. Puede hacer que postergues o evites tomar riesgos, y afecta tu carrera y éxito al sentir que debes probarte continuamente.

7. Pensamientos en blanco y negro

Todos tenemos una tendencia a simplificar las cosas como buenas o malas. Estamos a favor o en contra de algo, puede ser difícil ver el término medio.

Este tipo de pensamiento polarizado en blanco y negro puede limitarnos a ver las cosas como realmente son. La realidad generalmente se encuentra en algún lugar en el medio.

Cuando polarizamos nuestro pensamiento, limitamos nuestra capacidad de ser flexibles e imparciales. La mayoría de las veces, no hay una respuesta correcta, sino una variedad de respuestas que pueden funcionar.

8. Saltar a conclusiones

Lo más inteligente es permanecer objetivo y reunir toda la información y los detalles antes de tomar una decisión, indica Gestión. Pero muchas veces hacemos presunciones o generalizamos una situación porque no podemos distinguir entre lo que observamos y lo que inferimos.

Cuando hacemos esto en los negocios, o tomamos decisiones erróneas basadas en supuestos, nos abrimos a una gran cantidad de problemas e impactos. Es posible que estés creando grandes obstáculos que te impiden el éxito. 

9. Culpar a los demás

La naturaleza humana es querer culpar a los demás por los problemas que enfrentamos, o creer que nuestros problemas son producidos por causas externas.

Pero el chivo expiatorio o la culpa injusta a los demás es un mecanismo destructivo que crea hostilidad, vergüenza y una atmósfera adversa y tóxica. Aquellos que son injustamente atacados se sienten traicionados e intimidados. Aquellos que echan la culpa crean drama innecesario y son incapaces de ver claramente un problema.

Fracasan porque nunca aprenden de sus errores y jamás se hacen responsables de sus propias acciones. 

10. Tratar de controlar todo

Si quieres que algo se haga bien, será mejor que lo hagas tú mismo. Eso es lo que nos decimos a nosotros mismos para justificar el micromanagement.  Pero si crees que tienes que hacerlo todo y te negás a recibir ayuda, es probable que seas un fanático del control y te estés preparando para el fracaso.

Si intervienes constantemente en todo lo que te rodea, estás reduciendo la productividad de tu negocio.

Los fanáticos de control a menudo tratan de ejercerlo sobre los demás como una forma de evitar confrontar sus propias vulnerabilidades. Creen que su nivel de perfección evitará exponerse a riesgos externos. Pero la verdad es que simplemente no podemos controlarlo todo.

El truco es reconocer aquello sobre lo que sí tenés control: tu comportamiento, tus pensamientos, tus sentimientos. Enorgullécete de tu trabajo y siempre hacé tu mejor esfuerzo. Pero siéntete empoderado y ten confianza suficiente en ti mismo y en los demás para saber cuándo dejar que otros hagan el trabajo.

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