El mismo presidente Mauricio Macri admitió semanas atrás, al pronunciarse sobre la incontrolable corrida cambiaria y consecuente impacto inflacionario, que los mercados internacionales perdieron confianza en la Argentina. 

Empresarios de todo el mundo que habían visto con buenos ojos la llegada de Cambiemos al gobierno nacional, ahora dudan de la efectividad de esa gestión para controlar el mal endémico del país, la inflación, y sostener reglas de juego claras. 

Además, en septiembre Argentina se vio forzada a pedir otro rescate al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a subir las tasas de interés al 60%. En ese contexto, y según informaron a ABC en aseguradoras especialistas en riesgos a la exportación, las empresas españolas -sobre todo las de tamaño medio-, se están replanteando sus inversiones en el país."Las empresas españolas mantienen una posición muy prudente desde hace meses y han reorientado sus estrategias a otros mercados", señalaron fuentes de Crédito y Caución, compañía especializada en seguros de crédito a la exportación.

"Argentina constituye un mercado muy complicado, en términos de riesgo de crédito, para las operaciones de exportación. La economía argentina sigue siendo vulnerable debido a su alta dependencia de los productos básicos, la debilidad institucional, la evolución de las finanzas públicas y el historial de incumplimiento de la deuda", dijeron a ABC.

El Ejecutivo argentino había puesto en marcha un ambicioso plan de inversiones en infraestructuras. Solo el pasado ejercicio presupuestó 10.900 millones de dólares en obras públicas, un 32% más que un año antes y cifra equivalente al 2,21% del Producto Interior Bruto (PIB), recordó el medio español.

"Se esperaban grandes proyectos de inversión por parte del Gobierno, la llegada de Macri se vio como una clara oportunidad de inversión. Pero tras el acuerdo con el FMI, ya no se sabe si va a llevar adelante ese gasto en infraestructuras", dijo la directora de riesgo político y soluciones estructuradas de crédito de AON en España, Paula Menéndez.

En este sentido, las compañías de caución que llevaban años cerradas al riesgo argentino y se habían empezado a abrir a ese mercado, volvieron a ser más prudentes a la hora de cubrir riesgos allí.

"Iberoamérica es un mercado natural para España, pero hay diferencias entre países, hay comportamientos dispares. México ha despejado sus dudas y en Chile y Colombia se ve una buena trayectoria. Sin embargo en Brasil y Argentina se esperan trimestres difíciles y las empresas están replanteando sus estrategias", indicó a ABC el director corporativo de riesgos de Solunion, Enrique Cuadra.

Para él, el mayor temor de las empresas españolas es la inestabilidad, y que un día su inversión pase a valer cero.

Cuadra matiza que por ahora solo se han detectado retrasos en los pagos, pero si la economía argentina entra en recesión, lo previsible es ver un aumento de las insolvencias y los impagos.

A día de hoy, aseguró que la situación en Argentina está afectando a aquellas compañías más ligadas al consumo y dependientes del tipo de cambio, como BBVA y DIA.

"La devaluación de Argentina nos tomó por sorpresa, pero desde el punto de vista empresarial hay que tomarlo con una perspectiva de medio plazo", dijo por su parte el presidente del Club de Exportadores e Inversores, Antonio Bonet.

La mayor prudencia de la banca a la hora de financiar inversiones en Argentina puede complicar el acceso al crédito de las medianas empresas españolas buscando operar en el país, según explica Menéndez, que cita el acceso a la financiación junto con el conocimiento de las leyes y las instituciones y el riesgo político los elementos más importantes que valora una empresa a la hora de exportar o internacionalizarse.

Los grandes riesgos al salir al exterior son sufrir impagos, cancelación de contratos y licencias, imposibilidad de repatriar los ingresos por un corralito o que se imponga el cobro en moneda local, así como el riesgo de expropiación.

"El seguro de crédito exterior y otros productos están muy implantados en la gran empresa, pero no tanto en la pyme», dijo Cuadra. "Es una preocupación cada vez mayor de las empresas españolas porque lo han ido aprendiendo con toda la experiencia exterior que han ganado en los últimos años", agregó Menéndez.