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Efecto Benjamin Franklin: un truco psicológico que te hace parecer más agradable en el trabajo y en la vida personal

Recientes estudios comprueban que la técnica empleada por el famoso político norteamericano sirve para convertir a los "haters" en aliados
23/11/2020 - 09:19hs
Efecto Benjamin Franklin: un truco psicológico que te hace parecer más agradable en el trabajo y en la vida personal

El "efecto Ben Franklin" es un fenómeno psicológico que explica por qué hay personas a las que caes mejor cuando son ellos quienes te están haciendo un favor. 

Toma el nombre del político y científico estadounidense Benjamin Franklin (1706-1790), que supuestamente utilizaba este efecto para convencer a quien no le tenía aprecio. La teoría aparece en el libro "You Are Not So Smart" ("No eres tan inteligente", en inglés), de David McRaney, que expone los sesgos comunes que influyen a nuestro pensamiento diario.

Los investigadores consideran que el "efecto Ben Franklin" podría ser una disonancia congitiva, en la que la gente asume que prefieren a la gente que han ayudado.

Pedirle un favor a alguien puede ser muy estresante. Pero si te estás estresando porque crees que la persona que te ayuda puede encontrarte molesto, quizás te equivoques.

Según McRaney, Benjamin Franklin tenía un "hater", alguien que le consideraba un "caballero de fortuna y educación" que probablemente podría influir en el gobierno.

Para congraciarse con esta persona, Franklin decidió pedirle un libro de su biblioteca prestado. El hombre se sintió halagado y se lo envío, y el político se lo devolvió una semana después con una nota de agradecimiento. 

La siguiente vez que se encontraron, el hombre fue extremadamente agradable con Franklin y se dice que ambos fueron amigos hasta su muerte, indicó Business Insider en un reciente artículo.

Estudio del fenómeno

Según los estudios, pedirle un pequeño favor a alguien hace que les agrades más
Según los estudios, pedirle un pequeño favor a alguien hace que les agrades más

Puede parecer simplemente un truco para aprender a agradar. Pero cuando los psicólogos probaron el efecto Ben Franklin en 1979, encontraron que el fenómeno se sostenía. Hicieron un pequeño estudio en el que se ofrecía dinero a los voluntarios que participaban.

Un tercio de los voluntarios tuvieron que presentarse a una secretaria que decía que el Departamento de Psicología había pagado por el estudio y se estaban quedando sin fondos. Así que pedían al voluntario que devolviera el pago. A otro tercio de los voluntarios era un investigador el que les decía que había pagado por el estudio y se había quedado sin fondos, y le pedía al voluntario que le devolviera el pago. Y el último tercio podía quedarse con el dinero.

Los resultados mostraron que los voluntarios apreciaban más al investigador cuando le habían hecho el favor de devolverle el dinero, incluso por encima de aquellos que habían podido conservar el dinero.

 Los investigadores concluyeron que hacerle un favor a alguien nos hacen apreciarlo más. Su sospecha es que el "efecto Ben Franklin" funciona por lo que se denomina "disonancia cognitiva": nos resulta difícil que alguien al que le hemos hecho un favor sea una persona a la que podamos odiar, así que asumimos que nos cae bien.

Otro psicólogo hizo un pequeño estudio parecido sobre el "efecto Ben Franklin" en Estados Unidos y Japón, continua Business Insider. Los participantes en ambos países acabaron apreciando más a aquella persona que estaba teóricamente trabajando en la misma tarea cuando les pidió ayudar para completar un proyecto, por encima de aquel que no la pidió. Sin embargo, esa persona no les caía también cuando el responsable del estudio les pedía que ayudaran a esa persona.

La psicóloga que hizo el estudio, Yu Niiya de la Universidad Hosei de Tokio, sugirió que el "efecto Ben Franklin" no es resultado de la disonancia cognitiva, sino que ocurre porque la persona a la que se solicita ayuda siente que aquella persona que se la pide quiere hacerse su amiga y eso provoca ese sentimiento de cercanía.

Este concepto, denominado la reciprocidad de gusto o atracción (reciprocity of liking) se refiere a que la gente tiene tendencia a apreciar a quien le aprecia a él o ella. En otras palabras, puedes conseguir que una persona te aprecie y quiera hacerte un favor si le ayudas primero. Este principio se aplica en muchas circunstancias, también a las relaciones amorosas en el entorno laboral.

Por último, tres experimentos realizados por Jerry M. Bruger y otros investigadores en la Universidad de Santa Clara (EE. UU.) en 2007 probaron la reciprocidad que despiertan los pequeños favores entre amigos.

En uno de esos estudios con 105 estudiantes, los investigadores encontraron que los participantes estaban más dispuestos a cumplir una tarea cuando habían recibido un favor inesperado.

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