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Sin comunicación efectiva no hay "liderazgo exitoso"

El mundo organizacional requiere de líderes que puedan regular sus emociones, actuar con empatía y fundamentalmente conocer a sus audiencias
14/03/2023 - 07:57hs
Sin comunicación efectiva no hay "liderazgo exitoso"

Aunque resulte extraño, todavía hay organizaciones en las que el liderazgo es sinónimo de poder y como tal, ejercido de manera vertical y materializado en órdenes que imparten quienes lo detentan a sus subordinados, para que las cosas sucedan.

El objetivo de estas líneas es romper con esa visión, adscribiendo a la idea de que no hay liderazgo exitoso sin comunicación efectiva y que su estudio debe tener en cuenta además, la singularidad de quien lo ejerce, la cultura organizacional, las situaciones en las que se da, el contexto en el que ocurre y cómo son las personas con las que un líder trabaja.

Poner el foco en la importancia que adquiere la comunicación para el ejercicio de un liderazgo exitoso es tomar distancia de concepciones reduccionistas que, de manera exclusiva, lo amalgaman a las relaciones de poder.

Muy por el contrario, un buen líder debe tener aptitudes de comunicación, ser capaz de influir en otras personas, inspirándolas y construyendo espacios relacionales con flexibilidad y empatía.

No es posible dejar de comunicarnos

Comunicar es producir sentido. Entre los protagonistas de la comunicación, en ese proceso hay una brecha insoslayable: uno dice lo que dice lo que dice, el otro escucha lo que escucha.

Hablar de comunicación también es hablar de posicionamiento estratégico: quién soy, qué hago, cómo lo hago y cómo lo comunico. De ahí que comunicarnos es poner en movimiento todo lo que somos: nuestro lenguaje corporal, nuestras palabras y nuestras emociones.

No hay liderazgo exitoso sin comunicación efectiva
No hay liderazgo exitoso sin comunicación efectiva

Y como somos seres lingüísticos es imposible dejar de comunicarnos (lo queramos o no): las palabras comunican, los gestos comunican, las posturas comunican, las miradas comunican, las distancias comunican, los silencios comunican).

En este marco, abrimos o cerramos conversaciones formales e informales con otros, en los diferentes espacios que habitamos y haciendo uso de una multiplicidad de canales disponibles para ello (en los pasillos, en los comedores, en las oficinas, en las reuniones de trabajo, telefónicamente y en medios tales como plataformas sociales con presencia en internet, sistemas de mensajería instantánea y correo electrónico).

Decir que sin comunicación efectiva no hay liderazgo exitoso es pensar en un líder capaz de utilizar todos los recursos a mano, influir positivamente en las personas y comunicarse incorporando las siguientes cualidades:

  • coherencia entre el decir (lenguaje verbal y corporal) y el hacer (acciones)
  • asertividad o habilidad para expresar puntos de vista y realizar pedidos en forma amable, honesta, directa y correcta sin atentar contra otros y estableciendo consensos si fuera necesario
  • resiliencia o capacidad de adaptarse a situaciones problemáticas; gestión de emociones de manera apropiada (identificarlas, reconocer la información que traen y regular los impulsos negativos que puedan generan)
  • conocimiento de las audiencias (quiénes forman parte de mi foco comunicacional y cuáles son sus características, intereses, sentimientos y expectativas)
  • conocer espacios y medios para la comunicación, disponibles}
  • eficacia en la comunicación, para que los mensajes sean interpretados de manera eficaz, es decir, que la brecha de sentido entre lo que se dice y lo que el otro escucha e interpreta, sea lo más pequeña posible.

Las habilidades del liderazgo

No hay más liderazgo vertical que se limita a dar órdenes para que las cosas ocurran
No hay más liderazgo vertical que se limita a dar órdenes para que las cosas ocurran

Para que un líder sea exitoso no basta con que sea un profesional entrenado en las mejores universidades o que tenga un enorme currículum sino que es necesario que sea capaz de desplegar un conjunto de habilidades que le permitan conducir, acompañar, persuadir, inspirar e influir en un grupo de personas para que las cosas pasen.

Ahora bien, no todas las personas que lideran equipos lo hacen de la misma manera porque cada cual lo hará desde su singularidad y la de su equipo de trabajo.

Sin embargo, será efectivo si cumple con las cualidades de un buen comunicador (de las que ya hablé más arriba), si tiene visión de futuro, si construye valores compartidos, si mantiene una escucha activa, si establece relaciones empáticas y si es capaz de impulsar acciones positivas.

Según puede inferirse de lo que vengo diciendo, el desarrollo de atributos propios de la inteligencia emocional parece fundamental tanto para un buen liderazgo como para una comunicación efectiva.

Entendemos por inteligencia emocional la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos (intrapersonal) y los de los demás, manejando adecuadamente las relaciones (interpersonal). En esta perspectiva, los líderes que la encarnen serán capaces de

  • reconocer y regular sus emociones;
  • resolver conflictos y aceptar críticas;
  • sintonizar con los sentimientos y puntos de vista del equipo;
  • motivarse y motivar a otros;
  • ser resilientes y asertivos;
  • promover la creatividad;
  • construir relaciones armónicas;
  • y conducir equipos con una visión compartida para el cumplimiento de los objetivos organizacionales.
No hay comunicación efectiva sin inteligencia emocional
No hay comunicación efectiva sin inteligencia emocional

Dicho esto, es importante destacar que no es casualidad que estas capacidades sean compartidas con las habilidades comunicativas señaladas en el apartado anterior dado que, según mi mirada, la comunicación es un proceso profundamente emocional.

Si bien autores e investigadores proponen una gran variedad de prototipos de liderazgo, no creo que haya estilos puros que puedan vestirse como trajes para actuar papeles protagónicos. Más bien considero que esos estilos deben construirse desde la subjetividad de cada quien siendo de gran relevancia que un líder pueda realizarse, entre otras, las siguientes preguntas: "¿Cuál es mi propósito?" "¿Cuáles son los objetivos que debo y quiero alcanzar?" "¿Con quiénes cuento?" "¿Qué espera de mí el universo organizacional? "¿Qué puedo ofrecerle desde mi singularidad?".

Las respuestas a estos y otros interrogantes, le darán una gran oportunidad para reconocer sus fortalezas y sus debilidades, actuando en consecuencia.

¿Cambiar o no cambiar?

En este mundo más VICA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) que nunca, es necesario recuperar y valorar todas las inteligencias disponibles, poniéndolas al servicio de las organizaciones del presente y del futuro.

Silvina Morelli, Consultora de Comunicación Estratégica Organizacional-Institucional y de Marca Personal.
Silvina Morelli, Consultora de Comunicación Estratégica Organizacional-Institucional y de Marca Personal.

Sabemos que muchas organizaciones ya comprendieron la importancia de gestionar transformaciones culturales e intervenir en sus modelos de liderazgo y comunicación.

Lamentablemente, aún existen muchísimas otras que no solo no lo han hecho sino que ni siquiera vislumbran la necesidad de hacerlo, con las consecuencias que ello implica en términos de retención y desarrollo del talento humano.

*Silvina Morelli es licenciada en Ciencias de la Comunicación Social. Autora. Consultora de Comunicación Estratégica Organizacional-Institucional y de Marca Personal. Coach Ontológico. Master y Trainer en PNL. Docente universitaria.

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