Afirman que 9 de cada 10 argentinos sufren burnout: cómo lo enfrentan las empresas
El burnout laboral se convirtió en uno de los desafíos más urgentes para las organizaciones. En Argentina, cada vez más colaboradores exhiben señales claras del problema: fatiga persistente, insomnio, desmotivación y una caída sostenida en la productividad. Estas manifestaciones, que antes podían pasar desapercibidas, hoy obligan a las empresas a replantear sus estrategias internas.
Frente a este contexto, las organizaciones tienen tanto una oportunidad como una responsabilidad: incorporar planes de bienestar integral que no funcionen como simples "beneficios extras", sino como parte del ADN cultural de las compañías. La adopción de estos programas dejó de ser una tendencia para convertirse en una necesidad de gestión. Desde iProfesional te contamos algunas razones clave por las cuales estos planes resultan fundamentales para la salud de los equipos y la sostenibilidad del negocio.
¿Por qué es necesario emplear planes de bienestar integral?
Prevención de riesgos reales para la salud
Cuando el burnout no se identifica a tiempo, los efectos físicos y emocionales suelen intensificarse y profundizar el malestar general. Contar con programas que detecten señales tempranas, brinden espacios de apoyo psicológico y fomenten hábitos de autocuidado permite evitar que los colaboradores lleguen a situaciones de crisis. Estas herramientas también reducen el deterioro progresivo que puede afectar tanto el desempeño profesional como la vida personal.
Impacto en el rendimiento y la fidelización
El desgaste profesional afecta al individuo, pero también impacta directamente en la compañía. Se refleja en ausentismo, menor productividad, rotación de personal y mayores costos de reemplazo. Un estudio de Wellhub remarca que las empresas que invierten en bienestar laboral logran mejoras concretas en el retorno de inversión (ROI), con resultados medibles en la retención y el rendimiento de los equipos.
Mejora del clima laboral y la cultura organizacional
Cuando los empleados perciben que su empresa se preocupa por su salud integral, aumenta su compromiso y motivación diaria. Esto fortalece la confianza, facilita la comunicación interna y consolida una cultura organizacional basada en el cuidado mutuo.
Adaptación a los nuevos paradigmas de trabajo
En un escenario laboral cada vez más híbrido o remoto, con demandas cambiantes y desafíos vinculados a la salud mental, los programas de bienestar integral pasaron a ser esenciales. Ya no se consideran un complemento, sino un requisito para mantener equipos fuertes, resilientes y capaces de sostener su rendimiento en el tiempo.
Las medidas que pueden tomar las empresas
Dentro de las medidas que pueden tomar las empresas se encuentran:
- Realizar diagnósticos internos para detectar puntos críticos de agotamiento
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Implementar programas modulares y escalables, adaptados a las necesidades de cada equipo
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Capacitar líderes para identificar señales de burnout y ofrecer espacios de apoyo
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Medir impacto: satisfacción, ausentismo, clima laboral y otros indicadores que permitan ajustar la estrategia
"El bienestar de los colaboradores no es un lujo, sino una condición para que cualquier empresa sea sostenible en el largo plazo. Cuando invertimos en bienestar integral, estamos invirtiendo en productividad, compromiso y en el futuro mismo de la organización", afirmó Diego Puente, Country Manager y Head de Wellhub Argentina.