Gary Kasparov: jaque mate a la gestión empresarial

El ajedrez ayuda a convertir una derrota en futura victoria, a dar vuelta una situación y a prepararse para los grandes desafí­os que tienen las compañí­as
Por iProfesional
MANAGEMENT - 24 de Septiembre, 2007

El mundo de los negocios es ilimitado si se compara con las 64 casillas del tablero de ajedrez. Sin embargo, por su reducido ámbito, este juego proporciona un modelo muy versátil acerca de la toma de decisiones. En el ajedrez, el éxito y el fracaso se miden con patrones muy estrictos. Una equivoción en las decisiones debilita la posición y el péndulo oscila hacia la derrota; en caso de aciertos, se mueve hacia la victoria. ¿Qué hace mejor a un gerente, a un escritor o a un jugador de ajedrez?El conocimiento de uno mismo y el desafí­o. Cómo desafiarse a uno y a los demás, de forma que aprenden a tomar las mejores decisiones posibles.Las reglas del ajedrez y de los negocios son iguales para todos, señala Garry Kasparov en su libro "Cómo la vida imita al ajedrez". Lo que se debe hacer -dice el destacado ajedrecista- es detectar qué es lo que funciona mejor y luego, a base de retos y dificultades, desarrollar el propio método. Cómo conseguir el éxito es un secreto, porque sólo se puede descubrir analizando nuestras propias decisiones. No se puede enseñar a tomar mejores decisiones, pero se puede aprender de uno mismo, consigna un artí­culo publicado por el medio español Expansion.Conocerse a sí­ mismo"Mi mejor maestro -comenta Kasparov- fue Anatoli Karpov". Su famoso duelo de 1984 duró cinco meses, cuarenta y ocho partidas y miles de horas de juego y estudio. Se tuvo que suspender porque ninguno parecí­a capaz de llegar a las seis partidas ganadas. "No solamente aprendí­ su forma de juego, sino que tomé conciencia de mi propio sistema. Era mucho más capaz de identificar mis errores y por qué los cometí­a. Me cuestioné a mí­ mismo en lugar de fiarme únicamente de mis instintos", apunta.Conocerse a uno mismo es esencial para combinar la sabidurí­a, experiencia y talento con un mayor rendimiento. Hay que ser profundamente consciente de los métodos que te llevan a la toma de decisiones.PlanificaciónKasparov recupera la palabra estrategia, que hoy en dí­a se aplica a todo, no importa lo trivial que pueda ser. La planificación a largo plazo no tiene que ver con decisiones futuras sino con el futuro de las decisiones actuales. Las tácticas para el futuro no son estrategia. Las tácticas se realizan a base de cálculos: si el contrario hace tal cosa, hayq ue hacer la otra; si quitó un peón, hay que tomar su alfil. "Si un competidor aumenta los precios, nosotros aumentaremos la producción. Son reacciones programadas, pero la estrategia tiene que ver más con los objetivos", se apunta en el artí­culo. Hay un dicho en ajedrez que dice que la táctica consiste en saber qué es lo que hay que hacer cuando y donde haya algo que hacer, mientras que la estrategia consiste en saber qué es lo que hay que hacer cuando no hay nada que hacer. Los directivos que echan la culpa a una estrategia defectuosa es que no tienen ninguna estrategia, pasan de una escaramuza táctica a otra sin seguir ningún rumbo estratégico.Fue lo que le ocurrió a Alexei Fedorov que, en una partida contra Kasparov, se lanzó a un ataque a sangre y fuego. Ignorando el resto del tablero, lanzó todos sus peones contra el rey contrario desde el principio. En lugar de entrar en la lucha cuerpo a cuerpo, Kasparov mantuvo la sangre frí­a, contraatacó por uno de los flancos y consiguió la victoria. Lo que a Fedorov le faltó fue preguntarse qué condiciones debí­an darse para que su ataque triunfara. Decidió que querí­a cruzar el rí­o y se metió directamente en el agua, en lugar de buscar un puente.AutocontrolSegún el artí­culo, es difí­cil mantener el rumbo y no caer en la tentación de recoger el guante del competidor y aceptar su desafí­o. Eso requiere un autocontrol firme, ya que las presiones para cambiar son enormes. El ego desea probar que se puede batirle en su propio terreno.Cada ajedrecista y cada empresa pueden tener estrategias distintas en la misma posición que pueden resultar igualmente eficaces. Mijail Botvinnik confiaba en la autodisciplina rigurosa, el trabajo duro y el rigor cientí­fico, mientras su rival Mijail Tal fomentaba su propia fantasí­a y una creatividad desenfrenada. Ambos fueron campeones del mundo.En los negocios tampoco existe una única estrategia. El 50% de las decisiones de un directivo son idénticas a las de cualquier hombre de negocios competente. Es el otro 50%, o incluso ese 10% más complicado, el que marca la diferencia.El gurú japonés Kenichi Ohmae dice que la pregunta "¿Por qué?" es la que distingue a los empleados de los visionarios. Si se quiereentender y desarrollar una estrategia se debe hacer constantemente esa pregunta. Hay muchos ajedrecistas que repiten los movimientos que antes han realizado muchos grandes maestros y nunca llegan a saber por qué lo hacen.Cuestionarse a uno mismo debe convertirse en un hábito lo suficientemente arraigado como para superar los obstáculos del exceso de confianza y el desánimo. Es un músculo que se desarrolla sólo con la práctica constante. Ya sea en la empresa o en una partida de ajedrez.

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