Los productos baratos son cada vez más difí­ciles de hallar y los "Premium" inundan las góndolas

El congelamiento causó que algunos bienes de primera necesidad sean hoy casi como "una aguja en un pajar". En cambio, hay opciones 2 ó 3 veces más caras
Por iProfesional
MARKETING - 21 de Abril, 2013

Tras varios años de inflación negada y 80 días de "congelamiento" de precios, decenas de productos baratos son cada vez más difíciles de hallar. En cambio, los "premium" parecen haberse convertido en estrellas de las góndolas.

Si bien las estadísticas registras las "listas oficiales", esos productos no son tan fáciles de hallar en los puntos de venta.

Artículos de primera necesidad entre los que aparecen aceite, azúcar, harina, lácteos, vegetales y básicos de limpieza deberían estar disponibles y a precios "populares".

Pero una recorrida de Clarín por locales de Coto, Disco, Día y Carrefour mostró que la gran mayoría no se consigue.

Según explicaron repositores, porque llegan en cuentagotas, se acaban pronto y su lugar termina ocupado por los más caros.

Así, a la gente muchas veces no le queda más opción que llevarse versiones "premium" de los mismos artículos, que cuestan más del doble.

El caso del aceite es muy ilustrativo, según un artículo del matutino porteño. En un Carrefour de Colegiales, la góndola no tenía ni una botella del común de girasol, que vale cerca de $8,20 el litro y medio. La alternativa era comprar los de "alto rendimiento", las mezclas con maíz u oliva o los de maíz, que valen de 2 a 4 veces más.

Con el azúcar pasa algo parecido. En los papeles, la común sale de $2,80 (Dominó) a $4,60 (Ledesma). Pero en casi todos los súper, las únicas en venta eran las más caras, como la Ledesma Real ($7,60) o la Chango Premium ($7).

En el caso de la harina, se dan situaciones confusas. Por ejemplo, la Favorita 000 figura en las listas a $2,60. Pero ese precio corresponde a la versión "Nutrihierro", que casi nunca está. La que sí se encuentra tiene igual aspecto, pero dice tener "vitaminas B6 y B12" y vale $3,60. "Hace rato que no traen la común", contó un repositor de Coto.

En lácteos, los casos abundan. El Yogurísimo Firme tiene una versión popular muy difícil de hallar ($2) y otra más cara (la "fortificada", a $4,65). El yogur Ser con cereales de $2,85 suele escasear, pero el de $6,50, jamás. Y ni los chicos se salvan: al no estar la "copa" Serenito ($1,90), queda la "copa" Cindor, que sale $ 6,25.

"Entra una bandeja de los baratos por cada 5 o 6 de los caros", comentó un empleado de Carrefour.

En vegetales como papa o tomate, los cajones con "precio Gobierno" estaban vacíos o con mercadería de mal aspecto. Y en limpieza, el litro de lavandina Ayudín de $2,70 no se consiguió: sólo estaban las fórmulas concentradas y las aromatizadas, que salen hasta $6,35.

En la recorrida, no hubo rastro de muchos productos baratos que publica la Secretaría de Comercio, como el sachet de leche a $2,60 (la más barata, desde $ 4,40), el litro de Cindor a $6 (salía más del doble) o el dulce de leche Sancor grande a $4,30 (valía desde $ 9).

Tampoco se vio el pan lactal Bimbo familiar a $10 (estaba el nuevo "Nutritotal", a casi $20), el pan para hamburguesas Fargo de $4,30 (había uno "con sésamo" a $9) ni el desodorante grande Impulse de $10 (se vendían a $20).

¿Se consiguen las 70 servilletas Sussex a $3,80? No, según el relevamiento de Clarín, pero están las "premium" de 50 unidades a $5. Y el suavizante Vívere "Día a Día" no se ve al precio "testimonial" de $4,60: sólo está la presentación "con silicona", a cerca de $9.

Tácticas para seguir siendo rentables"Los productos baratos dan pérdida a las empresas productoras porque el precio viene congelado y los costos crecieron. Por eso, entregan pocos económicos y muchos premium, que no tienen límite ni control, y así compensan utilidades", explicó Daniel Vardé, socio líder de Consumo Masivo de Deloitte.

Esa, según el experto, es hoy la táctica "más usada" por las firmas. Otras son "reducir el tamaño de los envases" y lanzar nuevas versiones de los productos "con algún aditamento distinto" a un precio más alto que el fijado.

Fernando Moiguer, economista y consultor en estrategia de negocios y marca, coincidió: "¿Qué hacen las empresas frente al congelamiento? Achican envases, sacan nuevos productos y negocian con (Guillermo) Moreno liberar algunos aumentos a cambio de mantener congelado el precio de ciertos productos populares".

"Después, lo que hacen las empresas es entregar lo barato en menor volumen a los supermercados, y la gente no los encuentra. Pero eso al Gobierno no le importa -opinó Moiguer-. La verdad misma ya no les interesa. Sólo les preocupa que el INDEC tenga precios bajos para medir. Estamos en una ficción digna de Cortázar".

Te puede interesar

Secciones