Redes y campaña: se acercan las elecciones y polí­ticos "resucitan" en Twitter

Durante los períodos electorales, los candidatos se lanzan en masa a las redes sociales para olvidarlas después del recuento electoral
Por iProfesional
MARKETING - 12 de Mayo, 2015

Cuando llega el período de elecciones, se producen varios fenómenos.

Uno es la multiplicación de la presencia de los políticos en todos esos espacios que pueden crear marca positiva.

Así, los candidatos empiezan a dejarse ver en mercados, parques y plazas, acercándose a los ciudadanos como no lo hacen en todo en el año.

Otro elemento en el caso de elecciones municipales - es la aparición de obras en la ciudad en la recta final pre-período electoral que parecían olvidadas por siempre.

¿Hay un bache en una de las calles que parece que nunca será reparado? Este es el momento.

También se da la multiplicación de las ya clásicas cuestiones de propaganda electoral la cartelería.

Y otro ingrediente de la campaña son las cuentas en social media, que crecen como flores en primavera y que tienen una vida limitada y corta.

Las redes sociales se han convertido en una especie de "must" en toda estrategia de Marketing que se precie de cualquier marca y empresa, destaca Puro Marketing.

Twitter o Facebook son caminos para tratar con los consumidores de forma directa y de un modo que estos valoran mucho más que cualquier otro tipo de comunicación de marca.

Por lo tanto, no es de extrañar que los partidos políticos hayan captado el mensaje y se hayan lanzado también a intentar aprovecharse del potencial de estas herramientas.

Si a esto se suma el éxito que la primera campaña de Obama tuvo en Estados Unidos (y acabó en la presidencia) en social media - suele ser uno de esos casos de éxito que siempre se invocan para explicar el poder de estos canales-, no es de extrañar que todos los asesores políticos terminen incluyendo a las redes sociales en el mix de lo que se debe hacer para conseguir triunfar en las elecciones.

Por eso, cuando empieza cualquier período electoral, todos los candidatos se abren perfiles en Twitter o en Facebook (sobre todo en la primera) y se lanzan a la actualización masiva. Durante la recta final antes de que empiece oficialmente la campaña se apuran a ganar followers y durante la campaña actualizan de forma masiva?

Y una vez que pasan las elecciones, se acaba todo. El entusiasmo por contar todo lo que hacen se queda, en muchos casos, apagado pocos días después de que se culmine el recuento de la noche electoral.

Durante estas semanas se apurarán para ser quienes más retuits reciban, por ser los más simpáticos respondiendo a sus seguidores, por ser quienes más mensajes lancen al mundo - confundiendo eficacia en social media con publicar en elevadas cantidades- y también por ser quienes consigan acumular más y más followers.

No vale con un par de díasY ahí es donde los políticos fallan de forma estrepitosa al usar las redes sociales a la hora de hacer marketing.

Parten de la base de que las redes sociales son un elemento con una fecha de caducidad marcada, una cuestión que sólo tienen que atender unos cuantos días cada cuatro años.

Sin embargo Twitter exige - o más bien, sus usuarios- que aquellos perfiles que están intentando en realidad vender algo lo hagan de una forma concreta.

Allí hay que ser sincero, directo, cercano y, muy importante, constante.

Nadie consigue elevadísimas cuotas de engagement si se lanza a intentar generar conversaciones con el apuro de una cuenta atrás.

Puede que el político abra su perfil para las elecciones pero, si quiere que eso se convierta en un valor de marca para el futuro, que las redes sociales realmente lo ayuden a llegar a los votantes, no puede hacerlo únicamente con esas miras.

Su cuenta tendrá que mantenerse siempre activa y deberá seguir interactuando con sus seguidores más allá del período electoral. Por seguir poniendo de ejemplo a Obama -que es el ejemplo favorito de los analistas para mostrar cómo las redes sociales pueden impulsar a un candidato-, el político sigue manteniendo su cuenta de Twitter activa y dinámica.

No sólo un perfil, también un cambio de filosofíaEl otro elemento que los políticos deben entender cuando se lanzan a la conquista de las redes sociales es que no se trata sólo de actualizar y de subir contenido a la red, sino más bien de entrar en una dinámica de conversación y usar unos códigos completamente diferentes para llegar al potencial votante.

Estas son un canal de comunicación que funciona en dos vías: no son un mitin en el que el político del turno lanza sus eslóganes y los seguidores aplauden con entusiasmo.

Aquí es más que probable que entre todos los que reciben el mensaje haya muchos que no estén de acuerdo con lo que se está diciendo. Y respondan.

Los políticos deben entender que las redes sociales son un canal para el debate, para la conversación, y que tendrán que escuchar, responder y analizar (con educación y respeto) las voces discordantes que puedan surgir.

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