"Si el consumidor opta por marcas blancas es por precio, sino vuelve a su favorita"
Antes que el concepto de marcas blancas el mercado local contó con las marcas de "segunda selección", con las que se elegía un producto de inferior calidad o con algún defecto de fabricación. A diferencia de estas últimas, la ventaja que proporcionan las marcas blancas es que suelen tener la misma calidad que otros productos más conocidos ya que, aunque las distribuyen y promocionan los propios supermercados y cadenas de retail, el producto ha sido fabricado por las empresas líderes de cada sector.En la Argentina las marcas blancas surgieron mayormente de la mano de las recurrentes crisis económicas a partir de la década del 80. Las principales empresas de alimentos del país y los supermercados lanzaron cientos de productos de buena calidad, pero a menor precio. Sin embargo, con los períodos de recuperación, los consumidores se han volcado nuevamente a las marcas líderes. En estos días y con una nueva crisis afectando la economía de los argentinos, surge una nueva oportunidad para las marcas blancas, para afianzarse como una propuesta válida a la hora de elegir y ganar participación en el mercado.En las góndolas, observamos que en consumo masivo suele hacerse un fuerte seguimiento de los códigos de diseño de las diferentes categorías de los productos, tanto en las marcas en general como en las marcas blancas. No es que sólo que éstas se copian de los líderes sino que en este segmento en general es difícil encontrar propuestas realmente rupturistas; son pocos los que se animan a esto. Encontramos así muchas propuestas parecidas o copias en cuanto a diseño, donde finalmente el diferencial es la propia marca. De esta manera, las marcas blancas, al querer parecerse o copiar a otras también "logran" pertenecer a la categoría, no quedarse afuera y ser una propuesta válida para el consumidor.El beneficio para éste es tener una propuesta razonable en cuanto a calidad del producto (muchas veces mayor de lo que se la percibe incluso, si tenemos en cuenta que los proveedores suelen ser los mismos de las marcas líderes del mercado) y muy buena en lo que respecta al precio.El precio es un tema fundamental a tener en cuenta: es la razón de compra y elección de una marca blanca, porque si no probablemente el consumidor elegiría su marca de siempre, su favorita. Si elige una marca blanca es fundamentalmente en busca de buen precio.Originalmente las marcas blancas tenían diseños realmente muy descuidados, que más que hablar de bajo precio, ponían en duda la calidad del producto y de esta manera se las asociaba más a marcas de segunda.Es comprensible que en medio de una crisis, inflación y frente a grandes subas de precios el consumidor, limitado en sus compras y obligado en muchos casos a abandonar sus marcas favoritas, elija marcas blancas, pero no por eso debería sentir que está llevando algo de calidad inferior.Justamente las marcas blancas logran explotar una buena relación calidad-precio, por lo cual los diseños deberían convalidar esta percepción y no hacer percibir al producto en cuestión como de baja calidad. En este sentido, la baja inversión en diseño produce el efecto de hacer creer al consumidor que está frente a un producto barato y de menos calidad que los de primeras marcas en vez de reafirmar la buena relación calidad-precio.El mensaje coherente con una marca blanca a través del diseño de su packaging debería ser aquel que muestre que son productos básicos pero de buena calidad y orientarse a que el consumidor sienta que hizo una compra inteligente, y no –como suele pasar- sentirse avergonzado por los productos que lleva.Si hoy el consumidor argentino opta por una marca blanca es por precio, de lo contrario vuelve a su marca favorita. Pero si las marcas blancas lograran ofrecer una buena propuesta también desde su aspecto sumarían muchas más oportunidades frente a la competencia y fidelizarían clientes más allá de una coyuntura de crisis.Es así que si desde el diseño tenemos una propuesta agradable y de valor, probablemente tengamos un consumidor contento, orgulloso de su compra inteligente y no resignado. De esta manera, las marcas blancas deberían ser tenidas en cuenta por el consumidor debido a sus notables ventajas, llevarlo a probar y darse cuenta que refugiarse en las marcas más reconocidas no es la única garantía de satisfacción. Marina Papendieck, directora ejecutiva de Interbrand ArgentinaEspecial para iProfesional.com