Desarmaderos ilegales: el negocio suma millones y se hace fuerte en Buenos Aires
Como si de otra industria pujante se tratara, la venta ilegal de repuestos sigue moviendo millones y exhibiendo un número casi imposible de precisar de desarmaderos en Buenos Aires y su área de influencia.
La expansión que evidencia la actividad de estos centros clandestinos de desguace, permite calcular en u$s30 millones el volumen de negocios vinculados hoy con la comercialización ilícita de partes, aseguraron a iProfesional.com fuentes de la Dirección Nacional de Fiscalización de Desarmaderos.
Según la dependencia oficial, en lo que va del año "más de 1,3 millones de autopartes ilegales han sido decomisadas en alrededor de 100 allanamientos realizados, en forma coordinada, con la Justicia y las fuerzas federales y provinciales de seguridad".
Con epicentro en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, la actividad mantiene un nivel de crecimiento que repercute en otro indicador preocupante: el aumento que, mes a mes, sigue mostrando el robo de autos en suelo porteño y sus alrededores.
En esa dirección, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) concentra casi el 80% de las sustracciones de vehículos que suceden en la Argentina. Según datos aportados a este medio por especialistas y fuentes policiales, de los 180 rodados que se roban por día en el país, 142 ilícitos ocurren en Capital Federal.
Esto implica que, en suelo porteño, desaparecen alrededor de seis autos por hora. O, hilando más fino, un vehículo es sustraído cada 10 minutos.
Igualmente, desde ámbitos como el Registro Nacional de la Propiedad Automotor no son pocos los que sostienen que el indicador es mayor, pero que -dado que muchos propietarios circulan sin cobertura de seguro contra robo- apenas se denuncia la mitad de los delitos sufridos.
La suba de este indicador, precisamente, apuntala el mercado negro creado en torno a las autopartes.
Con diferencias de precios que, en algunos casos, exceden el 50% respecto de los repuestos originales, los desarmaderos fortalecen su funcionamiento a través de bocas de venta instaladas en puntos conocidos, como la porteña calle Warnes, o en minúsculos pueblos del interior como Garré o Mechita, ambos en la provincia de Buenos Aires.
La radicación en este tipo de localidades es lo que impulsaría a la mencionada Dirección Nacional de Fiscalización de Desarmaderos a concretar allanamientos fuera del AMBA.
De ahí que, como anticiparon fuentes del organismo, en los próximos días comiencen a llevarse a cabo inspecciones en distintas provincias del interior de la Argentina.
"Tenemos previstos alrededor de 15 allanamientos de aquí hasta que termine el año. Obviamente, la rápida realización de los mismos depende de la velocidad con que la Justicia avale los procedimientos. En breve, vamos a estar haciendo operativos en la región de Cuyo y en el noreste del país", precisó un vocero de la dependencia.
Cadena de comercializaciónSegún explicaron a iProfesional.com fuentes policiales, la cadena que desemboca en la comercialización ilegal de piezas tendría en el robo de autos a su eslabón inicial.
Los vehículos que, en este último tiempo, fueron sustraídos -mayormente en el Conurbano bonaerense- son desmantelados en uno o dos días.
En el caso de los desarmaderos que operan en cercanías de Buenos Aires, las partes que no sirven terminan en áreas marginales del mismo Gran Buenos Aires o, incluso, en descampados dentro de los barrios más peligrosos de la Capital Federal.
Los repuestos considerados útiles, de acuerdo a los voceros consultados, son los que terminan siendo ofrecidos por los proveedores de partes del interior bonaerense o los comercios irregulares instalados en Warnes.
"La mejor forma de notar cómo aumenta la actividad de los desarmaderos está en la suba que se está dando en términos de cantidad de robos y, por supuesto, la posterior desaparición de los autos sustraídos", comentó a iProfesional.com Fabián Pons, gerente general del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI).
"Somos una sociedad hipócrita, que se queja de todo y luego va y compra esas piezas. Es sabido que los autos que desaparecen, al menos la mayoría, van a parar a desarmaderos clandestinos", agregó.
El robo por encargo es el que más se impone en el caso de aquellos repuestos que resultan difíciles de conseguir en el circuito tradicional por tratarse de productos importados o vinculados con rodados recién lanzados al mercado.
¿Cuánto se paga un vehículo? El trabajo de los delincuentes cotiza a valores que oscilan entre los 2.000 y los 15.000 pesos.
¿Cuáles son los rodados más sustraídos? Vehículos pertenecientes a las cinco marcas más robadas: Ford, Renault, Peugeot, Fiat y Volkswagen.
"Siempre son los que tienen más demanda de repuestos. Obviamente, los más antiguos y que no cuentan con sistemas inmovilizadores. Vehículos discontinuados y exigentes en cuanto a demanda de partes son los que llevan la delantera", comentó al respecto Pons.
Diferencia de preciosAl momento de evaluar las causas que permiten explicar el millonario negocio que llevan adelante los dueños de desarmaderos ilegales, fuentes gubernamentales y policiales coinciden en un punto: la diferencia de precios que ostentan las piezas "negras" respecto del material que se ofrece en el circuito legal de repuestos.
Así, y según trascendió, mientras que una puerta 0 Kilómetro se cotiza a un valor promedio de $2.000, en el mercado ilegal el mismo producto se comercializa a 700 pesos.
Y con una sustancial diferencia: el repuesto 0 Kilómetro se ofrece sin vidrios ni cerradura, mientras que la pieza ilícita se entrega completa.
Otro ejemplo: mientras que el motor nuevo de una camioneta puede llegar a valer unos $10.000, en los desarmaderos el mismo producto rara vez cotiza a más de 3.000 pesos.
En tanto, mientras que la caja de un automóvil nuevo no baja de los $5.000 en cualquier concesionario, en los puntos de venta ilegales la misma parte se ofrece a apenas 2.000 pesos.
Ley para erradicarlosLa relevancia que, en los últimos años, viene mostrando el negocio de los desarmaderos ilegales motivó el surgimiento de distintos proyectos de ley orientados, en principio, a limitar el accionar de estos emprendimientos.
En ese sentido, el Senado acaba de dar media sanción a una iniciativa que directamente prohíbe la comercialización de autopartes usadas.
La propuesta parlamentaria sobre desarmaderos fue aprobada con 61 votos y sólo tuvo un voto en contra por parte de la senadora de la Coalición Cívica, María Eugenia Estenssoro.
El proyecto que bloquea la comercialización, el transporte y el almacenamiento de autopartes, repuestos o accesorios usados de automotores, como así también el desarmado de un automotor para la posterior comercialización de sus autopartes, sin la debida autorización legal, es impulsado por el líder de la bancada oficialista en la Cámara alta, Miguel Ángel Pichetto.
Al momento de abordar los detalles de la propuesta, Pichetto manifestó que la venta de autopartes "tiene una naturaleza ilícita, es un invento argentino, como el dulce de leche, pero de manera ilícita", y resaltó que detrás de la misma "hay delito organizado".
El legislador rionegrino concluyó: "Si realmente queremos ser un país serio, en algún momento se van a tener que cerrar -los desarmaderos-, pero de manera definitiva".
El titular de la bancada radical, el jujeño Gerardo Morales coincidió con el autor del proyecto en que se debe "llegar a un punto en que prohibamos definitivamente los desarmaderos, habría que profundizar en una legislación complementaria para la fabricación de autopartes".
En tanto, la legisladora Sonia Escudero sostuvo que la propuesta parlamentaria "mantiene la actividad de venta y almacenamiento, pero siempre con la autorización legal, y tipificamos las conductas ilegales, que tendrán penas".
El proyecto, según la senadora salteña, le otorga al Poder Ejecutivo Nacional la "facultad de reglamentar cuáles son los requisitos que cada autoridad -provincial, municipal- tendrá que establecer para habilitar un taller o comercio relacionado con las autopartes".