Conozca al joven agente que convenció a Slim de comprar una casa en Nueva York
Cualquier magnate con un gusto particular por los bienes raíces de Nueva York tiene un agente inmobiliario preferido en esta ciudad.
En el caso del multimillonario mexicano Carlos Slim, es un joven de 27 años que no terminó la universidad y que aún no ha conocido en persona a su famoso cliente.
Soly Halabi, quien aprendió inglés luego de mudarse de Siria a Nueva York a principios de los años '90, fue el agente detrás de las dos compras importantes de Slim este año en la Gran Manzana: un edificio de oficinas de 11 pisos sobre la Quinta Avenida y la mansión Duke Semans frente al Museo Metropolitano de Arte.
Halabi también hizo ofertas a nombre de Slim por el edificio Takashimaya en el centro de Manhattan, el rascacielos de Pfizer en la Tercera Avenida y el inmueble ubicado en 1412 Broadway cerca de Times Square. Ninguna de éstas fue aceptada, pero al equipo gerencial de Slim aparentemente le agradó el agente.
El joven agente, quien trabaja para una pequeña firma llamada Venture Capital Properties, aseguró que representa a Slim en Nueva York desde el año pasado.
Las inversiones de SlimSlim, la persona más rica del mundo -según la revista Forbes- con un patrimonio de u$s53.500 millones, ha hecho otras inversiones en otros activos famosos de Nueva York.
En 2008, el magnate de las telecomunicaciones compró casi 7% de The New York Times y también posee una gran participación en el minorista Saks Fifth Avenue.
No obstante, ha mostrado un gran apetito por propiedades neoyorquinas y las actividades de Halabi ofrecen indicios sobre cómo el multimillonario mexicano y su equipo de inversión están navegando esta complicada ciudad.
Slim sólo negocia a través de intermediarios, toma decisiones rápidas y, al menos en una ocasión, visitó una propiedad de incógnito.
Una oportunidad únicaEn el caso de Halabi, el magnate le dio una oportunidad a un agente con poca experiencia de una firma pequeña.
Antes de representar a Slim, la experiencia del joven agente estuvo limitada, en general, a pequeñas transacciones minoristas.
Un portavoz del multimillonario consultado por Wall Street Journal confirmó que Halabi estuvo involucrado en sus compras de bienes raíces pero no quiso hacer más comentarios.
Aunque el grupo de Slim habla con varios agentes, ninguno ha tenido el éxito del joven sirio, afirman participantes de la industria.
Halabi señaló que es discreto sobre la identidad de su cliente. Sin embargo, vendedores potenciales con frecuencia pueden suponer de quien se trata cuando el agente llama con preguntas en nombre de un "cliente extranjero adinerado", cuentan personas que han recibido estas comunicaciones.
Lo cierto es que tras representar a Slim Halabi pasó de ser casi un desconocido a ser una de las figuritas más buscadas en el mercado. De hecho, ahora muchos vendedores lo llaman para promocionar sus inmuebles, con la esperanza de atraer una oferta del mexicano.
Slim y su equipo son considerados un sueño para un agente inmobiliario que representa a un vendedor. "Actúa rápido", explicó un agente y agregó: "Y todos saben que puede pagar en efectivo".
Una relación fructuosaHalabi atribuye su éxito con Slim en parte al hecho de tener amigos en común con miembros de su equipo gerencial en la comunidad empresarial sirio-mexicana, aunque no quiso dar más detalles.
Tanto el joven agente como el millonario de 70 años e hijo de inmigrantes libaneses hablan árabe y español.
La familia de la esposa de Halabi también está bien conectada en el sector inmobiliario y el mundo minorista, al ser dueña de la cadena de tiendas de ropa Rainbow en Estados Unidos.
Halabi ha ganado más de u$s2,5 millones en comisiones en las dos transacciones de Slim, calculan representantes de la industria. De todos modos, el joven sirio no quiso comentar sobre las comisiones.
Sin embargo, el agente destacó que recibió interés de otras personas acaudaladas que han oído sobre sus negocios con el mexicano. "Esto ayudó mucho", cuenta.
La preciada relación del agente con el multimillonario es fruto de su persistencia, sus conexiones y un poco de suerte, resume el artículo de Wall Street Journal.
Halabi nació en Siria y formó parte de la diáspora judía en ese país a principios de los '90. Luego, su familia se mudó a una comunidad siria en Flatbush, en Brooklyn.
Asistió al Kingsborough Community College en ese barrio neoyorkino, pero dejó de estudiar durante su segundo año, más ansioso por ingresar al mundo de los negocios que de leerlo en los libros.
Después de trabajar brevemente para una firma de alquiler de espacios minoristas, Halabi y el veterano agente Ralph Gindi formaron una empresa en 2005 para desarrollar apartamentos de lujo en la ciudad de Nueva York.
Cuando estalló la crisis financiera, muchos de los proyectos de Gindi Group no pudieron recibir financiamiento. Halabi se separó de su socio y empezó a trabajar en Venture Capital Properties, una firma de 20 personas que se especializa en transacciones "fuera del mercado", o propiedades que no se encuentran formalmente a la venta.
Venture Capital ha realizado más de u$s1.000 millones en estos tipos de transacciones en los últimos años, indicó la inmobiliaria.
Halabi empezó a llamar a ejecutivos de la firma de inversión de Slim, pidiendo hablar con el equipo de inversiones en bienes raíces y mencionando los nombres de sus amigos empresarios mexicanos.
Se sorprendió a descubrir que el equipo del mexicano ya tenía un buen conocimiento de las propiedades de Manhattan y que conocía sus barrios, direcciones e incluso la historia de ciertos edificios famosos.
Después de que unas ideas fueran rechazadas, el agente atrajo su interés con una oferta por la sede de HSBC en Nueva York, ubicada en la Quinta Avenida.
Dos miembros del equipo de Slim viajaron a esta ciudad para visitar la unidad y entrevistarse con Halabi. Éste consideró que una oferta exitosa sería el comienzo de lucrativos negocios con el multimillonario.
"Estaba esperando y rezando para que fuera aceptada", contó.
Se desilusionó cuando su oferta fue menor que la de u$s330 millones de una empresa controlada por otro multimillonario, el empresario israelí Nochi Dankner. No obstante, Halabi había impresionado al equipo lo suficiente como para recibir otra oportunidad.
A principios de este año, Halabi viajó a Ciudad de México "para encontrarse cara a cara" con el grupo de inversión de Slim y, con suerte, con el propio magnate.
Llegó por la tarde, se reunió con cinco ejecutivos, con quienes conversó sobre oportunidades de inversión en Nueva York, pero no pudo conocer a Slim.
El agente respetó la privacidad del multimillonario y no quiso insistir. "Trato de no ser tan curioso", sostuvo a Wall Street Journal. En la mañana siguiente, voló de vuelta a Nueva York.
Al regresar, Halabi empezó a mostrar al equipo de Slim edificios de oficinas y minoristas sobre la Quinta Avenida y en Times Square.
Pese a que sus ofertas a nombre del multimillonario por los inmuebles Takashimaya y Pfizer volvieron a quedar cortas, el mexicano obtuvo un edificio de oficinas en el número 417 de la Quinta Avenida por u$s140 millones.
La adquisición fue completada en dos semanas, mucho más rápido de que lo tarda la mayoría de las transacciones de esa magnitud.
El propio Slim visitó el edificio pero nunca se reunió con los vendedores o sus representantes, aseguraron fuentes al tanto a Wall Street Journal.