Puerto Madero: los precios se triplicaron y el metro cuadrado ya llega a los u$s7.000
La compra de un departamento en Puerto Madero, el barrio más nuevo y exclusivo de Buenos Aires, se tornó la opción preferida por cada vez más inversores que apuestan a los ladrillos como una alternativa más segura y, en muchos casos, más rentable que el dólar, el plazo fijo o la Bolsa.
Según publica La Nación, a pesar de que la tasa de retorno que ofrecen los alquileres se encuentra en uno de los niveles históricos más bajos -pues hoy la rentabilidad no supera el 5% anual, cuando en su mejor momento llegó a representar el 12% del valor de la propiedad-, la demanda termina convalidando, al menos hasta ahora, las subas de precios.
Entre 2002 y 2010, el precio promedio del metro cuadrado en Puerto Madero superó su triplicación, dado que pasó de u$s1.300 a u$s4.200, según un relevamiento que realizó la consultora Reporte Inmobiliario, lo que se tradujo en un círculo virtuoso en el que los valores de las propiedades en la zona no parecen haber encontrado su techo.
El mejor ejemplo es el de la obra Alvear Tower, que será lanzada antes de fin de año y promete ser la más exclusiva del país. De acuerdo con los trascendidos que se manejan en el mercado, el precio del metro cuadrado rondaría los u$s7.000, consigna La Nación.
"La falta de opciones atractivas hace que Puerto Madero se torne una propuesta cada vez más buscada, y la profundización de la crisis económica mundial termina de convencer a muchos inversores. De hecho, en la mayoría de los casos, el que compra en el pozo es el inversor y sólo cuando la obra ya está avanzada o a punto de entregarse aparecen los clientes finales", explicó a La Nación Alejandro Ginevra, presidente de la desarrolladora Gnvgroup, que hace dos años comenzó vendiendo el metro cuadrado de su proyecto Madero Harbour a u$s2.000 y hoy se cotiza por encima de u$s4.000.
En el sector, destacan que la demanda no da señales de ceder, pese a que el potencial de hacer negocios -comprando y vendiendo- hoy no es igual al que ofrecía la zona hace tres o cuatro años. Y añaden que si se compara con los parámetros internacionales todavía hay terreno para crecer, ya que las cifras que se mueven en Puerto Madero siguen muy lejos de los más u$s80.000 por metro cuadrado que se pagan en Montecarlo o en las zonas más exclusivas de Londres, como Eaton Square o Knightsbridge.
"Todo lo que sale a la venta se vende, y los precios siguen subiendo, por más que el margen de ganancia que ofrezcan los nuevos edificios no sea el mismo que existía antes. El que compró en 2008 a u$s2.300 en proyectos como Zencity, hoy puede vender a u$s4.000 o u$s4.500, una diferencia que ahora es mucho más difícil de conseguir", señaló a La Nación Vanesa Leibas, directora del portal NuevoMadero.com.
El hecho de que Puerto Madero continúe siendo la opción más buscada por los inversores también explica que la demanda sostenida de metros cuadrados no se haya traducido en un alto nivel de ocupación. Según el último censo, destaca La Nación, en el barrio se contabilizaron 6.629 residentes permanentes.
Sin embargo, de acuerdo con los cálculos de la Prefectura, la cifra de habitantes treparía a 8.000, incluidos muchos vecinos que viven algunos días en los diques y los fines de semana se van a un country o un barrio cerrado. En cualquier caso, la población de Puerto Madero sigue estando muy lejos de las 14.000 personas que calculaba la Corporación Antiguo Puerto Madero para esta etapa de desarrollo de la zona.
"No hace falta más que caminar a la noche por el barrio para descubrir que el nivel de ocupación sigue siendo bajo y en la mitad de las ventanas que se ven en la mayoría de los edificios no se ven luces", señaló a La Nación Gustavo Ortolá, de la desarrolladora e inmobiliaria Go Real Estate.
De acuerdo al matutino, el crecimiento de los precios de Puerto Madero también se explica por el hecho de que los inversores son conscientes de que no hay muchas opciones para poner un pie en el barrio.
"Puerto Madero tiene un límite geográfico muy preciso y, una vez que se termine de construir, no puede expandirse más. Ese factor juega a favor del que compra, porque sabe que, a diferencia de otros barrios, la oferta no puede seguir creciendo infinitamente. Como contrapartida, al estar plagado de inversores que compran no para vivir, sino como un refugio de sus ahorros, ante una crisis puede ser el barrio más afectado en materia de precios", advirtió al diario porteño José Rozados, director de Reporte Inmobiliario.