Pese al anuncio del Gobierno de avanzar en un decreto de necesidad y urgencia (DNU) para frenar una cláusula que Monsanto incluye en los contratos de compraventa de granos para controlar si la soja comercializada tiene su tecnología Intacta, en los últimos días la mayoría de los exportadores aceptaron incorporar esa cláusula.

"La mayoría de los exportadores terminó aceptando la cláusula", expresaron tres fuentes de los operadores de comercio exterior, en declaraciones a La Nación. Hace cuatro semanas, sólo eran tres los que la habían incorporado.

Esta situación fue advertida el miércoles en una reunión de las entidades de la producción, acopiadores y corredores de cereales, en Rosario.

"La cláusula se generalizó; han quedado pocos exportadores afuera", dijo Jorge Solmi, vicepresidente segundo de la Federación Agraria Argentina (FAA).

En un comunicado, la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), FAA, Coninagro, la Federación de Acopiadores de Granos y el Centro de Corredores de Cereales de Rosario pidieron que exportadores e industrializadores "se abstengan" de incorporar la cláusula porque "el Estado nacional se expresó en contra".

"Es una cláusula que tiene un vicio de ilegalidad", opinó Daniel Asseff, gerente de Coninagro. Anteayer, Monsanto había ratificado su sistema de cobro.

Para Raúl Dente, asesor de la Federación de Acopiadores, los exportadores adhirieron porque "tenían la amenaza de Monsanto de que podían tener problemas para el ingreso de la soja en China".

Mientras tanto, la Asociación Argentina de Protección de las Obtenciones Vegetales (Arpov) expresó, entre otros puntos, "su adhesión a la propuesta que permita potenciar el mercado legal de semilla y brinde el marco adecuado para que las creaciones de los obtentores puedan ser reconocidas con el pago del derecho de propiedad intelectual en la semilla, tanto en el momento de compra de semilla fiscalizada como en el momento de uso de semilla de propia producción".