POR U$S5.000 MILLONES

Electroingeniería resiste el embate del Gobierno para quitarle una millonaria obra energética

El grupo cordobés de Gerardo Ferreyra, preso por la causa de los cuadernos, anticipa que seguirá en la UTE a cargo de construir dos represas en Santa Cruz
NEGOCIOS - 14 de Septiembre, 2018

A pesar de las intenciones y de la decisión del Gobierno, o de algún sector oficial, de que Electroingeniería abandone la sociedad a cargo de la construcción de dos represas hidroeléctricas en la provincia de Santa Cruz, el grupo cordobés seguirá siendo parte de la obra.

De hecho, ejecutivos del holding propiedad de los empresarios Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta negocian por estos días un cambio al acuerdo que tienen con Gezhouba Group para que el conglomerado estatal chino lidere las actividades de construcción civil que se están llevando a cabo para levantar las represas Condor Cliff y La Barrancosa.

Se trata de un contrato por u$s5.000 millones que el anterior gobierno kirchnerista le adjudicó a una Unión Transitoria de Empresas (UTE) de la que participan ambos grupos, además de la compañía sanjuanina Hydrocuyo.

La licitación se llevó a cabo bajo el nombre de “Aprovechamiento Hidroeléctricos del Río Santa Cruz, Condor Cliff-La Barrancosa”. Y si bien fue entregada a Electroingeniería por el kirchnerismo, también Cambiemos ratificó el contrato aunque con ciertas modificaciones que se aplicaron tras la asunción de las nuevas autoridades en la Casa Rosada y después de dos años y medio en los cuales las obras estuvieron frenadas.

Incluso el propio presidente Mauricio Macri lo calificó como “esencial” para lograr la autonomía energética de la Argentina. Y ordenó que se llevara a cabo una audiencia pública para materializar los cambios contractuales.

Pero cuando Ferreyra fue implicado en el caso de los cuadernos de Oscar Centeno e imputado por el juez Claudio Bonadío, a cargo de la causa que investiga el pago de coimas en el negocio de la obra pública, las relaciones con las autoridades actuales fueron mutando de estado de ánimo.

En un principio, desde oficinas cercanas a Energía, el ex Ministerio ahora convertido en Secretaría, se explicó que la licitación se iba a mantener bajo el control de la misma estructura societaria. Pero, a medida que Bonadío profundizó las investigaciones el discurso oficial comenzó a variar. Y hace unos días, el mensaje comenzó a ser otro. Es decir, Electroingenería se tiene que ir de la obra. Así lo hicieron saber desde despachos cercanos al del titular de la Secretaría de Energía, Javier Iguacel. También aseguraron que la salida del grupo cordobés no debía pasar de fin de año.

En ese marco, una delegación de Gezhouba llegó al país para saber de manera directa en qué situación se encontraba la obra y las relaciones entre el gobierno de Cambiemos y los dueños de Electroingenería.

Ocurre que el proyecto también forma parte de un acuerdo macro firmado por el presidente Mauricio Macri y su par chino y por el cual se firmó un swapp financiero para que el estado asiático aportara u$s11.000 millones para financiar la construcción de las dos represas y para obras en el Belgrano Cargas.

En el caso de las represas, que el anterior gobierno había bautizado como Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, el contrato comercial está firmado por el ex Ministerio de Energía a través de la sociedad estatal Inversora Energética Argentina Sociedad Anónima (IEASA), sucesora de Enarsa. Como contraparte se encuentra la UTE Represas Patagonia, que formaron Electroingeniería, Gezhouba e Hydrocuyo.

“No es cierto que vamos a dejar de ser parte del proyecto sobre el Río Santa Cruz”, aclaran desde Electroingeniería, donde también insisten en que seguirán participando de la UTE-

Sin embargo, aunque admiten que sus socios chinos se harán cargo a partir de ahora del liderazgo de la obra, advierten que el cambio contractual no se vincula con la causa judicial que tiene a Ferreyra alojado en el penal de Ezeiza, sino con transparentar los aportes financieros acercados por Gezhouba para mantener a flote la construcción de las dos usinas hidroeléctricas.

“Debido a la necesidad de contar con financiamiento inmediato para la aceleración de las actividades de construcción, que se dificulta por la crisis económica y financiera del país, se ha acordado que sea China Gezhouba Group quien lidere las actividades de construcción civil en respaldo a la obtención de crédito externo”, informa la empresa a iProfesional a través de un comunicado.

El paper rechaza cualquier posibilidad de salida del grupo local y agrega que las obras continúan en un alto nivel de producción con trabajo diurno y nocturno y con 1200 empleados cumpliendo funciones en todo momento.

Pero el mayor protagonismo que tendrá Gezhouba a partir de ahora no marca solamente de un cambio de nombre si se tiene en cuenta que, en la práctica, el grupo cordobés era el que venía haciéndose cargo de la obra.

Ocurre que, además del fideicomiso firmado entre los gobiernos de Argentina y China para sostener monetariamente la construcción de las represas, el holding estatal asiático adelantó fondos para acelerar los plazos del proyecto y recuperar los dos años y medio en que estuvo paralizado entre el 2016 y principios de este año.

Para anticipar los fondos, Gezhouba debió tomar créditos puente que ahora le permitirán tener mayor protagonismo en las obras de La Barrancosa y Condor Cliff.  Es decir, una decisión obligada por las circunstancias actuales de volatilidad de la economía argentina y de la falta de financiamiento para las empresas locales. Dato que se profundiza si los eventuales tomadores de créditos figuran imputados en causas por corrupción como es el caso de Electroingeniería y los cuadernos de las coimas kirchneristas.

La causa llevó a Ferreyra a la cárcel de Marcos Paz, desde donde el empresario cordobés avisa que no se pasará a las filas de los arrepentidos y asegura que la adjudicación de las obras a su grupo le permitió al Estado evitar sobreprecios de hasta el 50% que pretendían lograr empresas que identifica como parte de la “patria contratista”.

Desde esta óptica, existen sospechas de que el avance de cierto sector del oficialismo contra Electroingeniería busca convencer a Ferreyra de transformarse en un nuevo colaborador de la justicia tal como ya lo es Jorge Neyra, otro ejecutivo del grupo cordobés que también figura mencionado en los cuadernos y que confesó su participación en el pago de sobornos ante el fiscal Carlos Stornelli y el juez Bonadío.

También se advierte que una eventual salida intempestiva del grupo cordobés del contrato podría significar par el Estado un pago millonario en concepto de resarcimiento por falta de motivos para tomar esa decisión. “Hoy, no hay causales objetivas para echar a Electroingeniería, mas allá de las discursivas o de deseos que tienen algunos funcionarios”, advierten empresarios con profundo conocimiento del contrato de licitación que le adjudicó las obras al grupo cordobés.

En todo caso, se cree que mas allá de las razones financieras que se tengan para que Gezhouba asuma un mayor protagonismo, el acuerdo también busca bloquear el avance de funcionarios como Iguacel, que no quieren a Electroingeniería en el proyecto.

Sin embargo, voceros del Secretario de Energía rechazaron cualquier participación en este sentido y aclararon que el cambio de roles forma parte de una negociación entre Gezhouba y Electroingeniería.

Sin nombarlo, el propio Ferreyra hizo referencia a través de una cuenta de twitter sobre presiones del Gobierno y del propio juez Bonadíoo para mantenerlo como “rehén” por haberse hecho cargo, precisamente de la construcción de estas dos obras.

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