Deudas, maltratos y sueldos impagos: así está hoy el histórico Bar Plaza Dorrego de San Telmo
El mítico Bar Plaza Dorrego atraviesa una situación de crisis que puso en peligro su continuidad amenazando los trabajos de sus actuales ochoc empleados.
Los trabajadores denunciaron malos tratos y salarios adeudados y el dueño del fondo de comercio debe cinco meses de alquiler y el lunes pasado finalizó el contrato.
"Es una incertidumbre si es que esto va a continuar o no", manifestó a Télam Luis Palmeiro, el abogado de los empleados del local.
Los ocho empleados del local -siete mozos y una mujer que realiza trabajos de limpieza- permanecen dentro del bar hace tres semanas para asegurarse sus puestos de trabajo frente la aviso latente de cierre.
Ubicado hace 140 años en la esquina de Defensa y Humberto Primo, en el barrio de San Telmo, Plaza Dorrego es un lugar histórico primordialmente reconocido por haber albergado un partido entre los escritores Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato en la década del ´70. Es Además motivo de visita de decenas de turistas que a periódico recorren las calles de San Telmo.
El dueño del local, de apellido Vidal, se presentó junto con un escribano para solicitarle a Rubén Yufera, propietario del fondo de comercio desde hace más de 30 años, que le entregue las llaves del inmueble ya que le adeuda cinco meses de alquiler y ayer vencía el contrato. "Extraoficialmente sabemos que no le entregó las llaves", aseguró a Télam Luis Palmeiro, abogado de los trabajadores del bar.
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El letrado explicó que los trabajadores buscan llegar a un pacto con el dueño del inmueble a fin de que el legendario bar continúe abierto, y Así preservar sus empleos.
"El propietario nos afirmó que hasta el instante en que no tome posesión del local no puede producir ningún tipo de negociación. Estamos buscando los mecanismos para llevar a cabo una mesa de negociación entre los trabajadores y el dueño del lugar para que sea posible la continuidad del local", detalló.
Conforme Palmeiro, Yufera, de 78 años, les adeuda a sus empleados "dos meses completos de salario, y dos años de aportes jubilatorios y obra social".
Por su parte Yufera rechazó las acusaciones y aseguró que esos "temas" están "todos arreglados".
"Son cosas que los lleva un estudio de abogados, no era mucho y se arregló con la AFIP también", simplificó.
"Yo no quiero cerrar el local, estoy esperando que se vayan todos para irme y abrir mañana con exactamente los mismos empleados", confirmó el hombre. "Me levanto a las cuatro, abro a las ocho y hay días que A mí me voy a las 18, y otros A mí me quedo hasta el cierre. Trabajo todos los días del año", confirmó.
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Aunque, los empleados indicaron que las palabras de Yufera "son mentiras" y mostraron que tiene varias denuncias por malos tratos y amenazas.
Adrián Villalba, un mozo con 14 años de antigüedad declaró que Yufera "tiene una demanda por advertencia de muerte a uno de mis compañeros; a la esposa que se encarga de la limpieza la corrió con un palo".
Y señaló que "por el maltrato a las personas el bar perdió mucha clientela".
"Los echaba si es que hacían mucho ruido o bien si es que pedían extraer capturas sin consumir", desribió.
"El trato era humillante. Intentamos miles de veces hablarle. No obstante no quiere oir", contó.
A su vez, Joaquín Peralta, otro empleado con más de 20 años de antigüedad, sostuvo que las deudas no se circunscriben a los empleados y el fondo de comercio.
"Les debe a múltiples proveedores, al diariero le debe que mil pesos y le dice que no tiene plata", confirmó y sumó que "en sueldos debe que prácticamente medio millón de pesos". Según Peralta, el bar recauda aproximadamente 150 mil pesos por solo un domingo de trabajo.
"Todos tenemos familia y en muchos casos somos el sostén económico. Cobramos cerca de 30 mil pesos y es nuestro único ingreso. Deseamos trabajar", sintetizaron los trabajadores.