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Murió por coronavirus un trabajador de una conocida empresa de tapas de empanadas y encendió el alerta en el oficialismo

El municipio cerró la semana pasada las líneas de producción y ya hay 26 contagios. Un diputado oficialista denunció al dueño de la reconocida panificadora
06/07/2020 - 15:00hs
Murió por coronavirus un trabajador de una conocida empresa de tapas de empanadas y encendió el alerta en el oficialismo

El fallecimiento de un trabajador por coronavirus volvió a poner en el centro de atención a la fabricante de tapas de empanadas Alijor. Ramón Frías, un supervisor de 58 años con problemas de diabetes, murió este sábado después de presentar síntomas hace dos semanas y es uno de los casos positivos que, tras las denuncias de la comisión interna, llevó el martes pasado al municipio de Escobar a cerrar en forma preventiva la planta ubicada en el parque industrial de Garín. Su muerte, confirmada por la propia firma y el gremio de la Alimentación encabezado por Rodolfo Daer, reavivó los reclamos por el presunto incumplimiento del protocolo durante 90 días y sumó la primera víctima fatal por Covid-19 en la industria alimenticia, con más de 300 infectados en el AMBA.

Con 190 empleados, la empresa familiar elabora y comercializa panificados para La Salteña y la cadena de supermercados La Anónima, además de producir pastas frescas envasadas y tapas de empanadas y pascualinas con su marca. Y en menos de un mes, registró 26 contagios y aisló a 31 personas, más del 16% de su personal, según datos de la Obra Social del Sindicato de la Alimentación (OSPIA). Luego de la intervención de la municipalidad, la panificadora comenzó este lunes a realizar 40 hisopados diarios. "Estamos al tanto del fallecimiento y desde que detectamos el foco, cerramos la planta y estamos asesorando a la empresa para que haga los hisopados a todo el personal", señalaron a iProfesional desde el municipio, en donde ya hubo 100 cierres preventivos de empresas y se cuentan cerca de 300 positivos. 

La delicada situación en Alijor motivó la reacción del diputado del Frente de Todos, Juan Carlos Alderete, quien expresó este lunes sus condolencias a los familiares del fallecido y apuntó contra el propietario de la firma, Benjamín Biderman. "Hacemos responsable a la empresa y pedimos la intervención de las autoridades que correspondan frente a la impunidad con la que se maneja su dueño Biderman", sostuvo en Twitter el legislador, también líder de la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Desde el municipio, en tanto, confirmaron que la empresa incumplió una serie de medidas de higiene y que 14 de los casos (entre positivos y sospechosos) son residentes de Escobar. "Si se contagian tantas personas, es porque la empresa tuvo una falta de control en cuanto al aislamiento", explicaron fuentes municipales.

La empresa enfrentaba denuncias gremiales ante el municipio de Escobar por eludir el protocolo desde el inicio de la pandemia.

Frías empezó a presentar síntomas de gripe y un leve aumento de temperatura hace dos semanas atrás, poco después de confirmarse el primer caso positivo en la empresa. Con más de 30 años de antiguedad, estaba preocupado por su salud porque era diabético y sufría hipertensión, pero tenía miedo de abandonar sus tareas por temor a ser despedido, por lo que sus compañeros solicitaron a la empresa que le dieran licencia. Sin respuesta y ante los contagios crecientes en la planta, el jerárquico se autoaisló y al día siguiente fue trasladado en una ambulancia gestionada por sus compañeros a la clínica Sarmiento, en San Miguel, donde le diagnosticaron coronavirus entre dos y tres días más tarde. Allí, su cuadro se complicó por sus enfermedades prexistentes y finalmente falleció el sábado pasado por la noche.

El deceso provocó un estado de conmoción en la fábrica, ya que su dueño enfrentaba denuncias de los delegados ante el municipio de Escobar por eludir supuestamente el cumplimiento del protocolo desde el inicio de la pandemia. "Al entrar nos tomaban la temperatura con una pistola industrial para hornos que nos daba 21 o 32 grados, algo ilógico, mientras que en los vestuarios estabamos aglomerados y no teníamos cabina sanitizante en el ingreso a la fábrica", explicó a este medio Nicolás, uno de los delegados de la planta quien aseugró que nunca recibieron una capacitación ni les fue presentado el protocolo de la firma. "Esto se podría haber evitado si hubieran aislado a los casos sospechosos", advirtió el representante sindical.

El primer contagio se conoció hace tres semanas cuando un operario manifestó pérdida del olfato y el gusto. Ya entonces, los delegados solicitaron el aislamiento de los contactos estrechos, como indica el protocolo de la provincia de Buenos Aires. Pero los directivos habrían decidido retenerlos en sus puestos durante los entre seis y ocho días que demora en conocerse el resultado del hisopado. Tampoco se habría respetado el distanciamiento dentro de la planta. Según las denuncias, Biderman le decía a sus empleados que el coronovirus era "una enfermedad de políticos", que él a sus 83 años podía trabajar sin problemas y que eran "vagos" quienes pedían licencias por presentar síntomas o ser grupo de riesgo.

Las autoridades cerraron la planta de Alijor en forma preventiva tras constatar 13 casos positivos y 14 sospechosos.

Después de que la compañía desoyera los reclamos y contabilizara al menos seis infectados, las autoridades municipales y provinciales junto con un referente del sindicato de la Alimentación realizaron la primera inspección el 20 de junio pasado. "Me siento defraudado, el protocolo es excelente pero no se cumplió nada", reconoció entonces un funcionario del área de Salud del gobierno bonaerense. A partir de entonces, la empresa compró la pistola de medición de temperatura y colocó la cabina de sanitización, pero continuó sin aislar a los sospechosos hasta que dieran positivo mientras los contagios se extendían en las líneas de producción. Y el martes pasado, tras constatarse 13 casos positivos y 14 sospechosos, el municipio ordenó el cierre preventivo y la desinfección de las instalaciones.

El virus se propagó también a las familias de cuatro empleados infectados de Alijor. Frías contagió a su esposa en su domicilio de José C. Paz y a una de sus hijas que lo visitó en la clínica y luego le trasmitió la enfermedad a su esposo e hijos. Mientras tanto, la tensión volvió a escalar el jueves pasado en una reunión convocada por la empresa  en la que Biderman se cruzó con los delegados. "Son unos hijos de p..., rufianes de Daer, peores que el Presidente y a vos te voy a perseguir en donde estés", le habría dicho el empresario a uno de los gremialistas. Este medio se contactó en dos ocasiones con la firma, pero respondieron que no había ningún representante presente para brindar información. Desde la Provincia, en tanto, se comprometieron a aportar información en las próximas horas.