ARGENTINOS EXPATRIADOS

Dejó Córdoba para enseñar negocios en Alemania: ¿cuáles son los desafíos de ser un argentino expatriado?

Andrés Hönicke dejó Argentina en 2013 y creó junto a su mujer una consultora para facilitar el acceso de productos y servicios de Argentina en Europa
NEGOCIOS - 13 de Junio, 2021

"En principio no tomamos la decisión de irnos, sino la de probar otro tipo de cultura", cuenta a iProfesional Andrés Hönicke. "Anahí (Weidhaas) es alemana nativa, pero vivió desde su adolescencia en Argentina, y llegamos al acuerdo de probar vivir en su país de origen, siendo que ambos conocíamos Argentina, pero no habíamos estado juntos en Alemania".

Justamente Alemania surgió naturalmente por el origen de su mujer, el conocimiento de la cultura, el idioma y "como una continuidad de relaciones laborales que se habían desarrollado anteriormente cuando fuimos los representantes para LATAM de una empresa alemana de desarrollo multimedial", explica.

Andrés Hönicke dejó Argentina en 2013 junto a su mujer para emprender una consultora en Alemania

"Para Anahí, como nativa, los primeros pasos fueron resolver todas las cuestiones burocráticas, pero por suerte tuvimos mucha ayuda previa y pudimos arreglar nuestra llegada con anticipo. En mi caso, como extranjero, tuve que aprender el idioma y asimilar el nuevo paradigma frente al que está uno parado, que no solo se hace desde el aprendizaje del idioma, sino que es muy importante la observación de la vida cotidiana", detalla Andrés. "Integrarse en Alemania es una tarea bien ardua, no se logra rápidamente y va a depender en parte de los medios que uno disponga para hacerlo. Por ejemplo, conseguir un trabajo no es garantía de nada, puede darse el caso de que uno se encuentre con muchos colegas también extranjeros y el idioma que los une sea el inglés. Además, la posibilidad que brindan las redes sociales de mantener contactos o crear nuevos en el idioma materno lleva a dilatar la exigencia del idioma, ya no se necesita hablar el idioma local para mantenerse comunicado".

De todos modos, sigue, "die Deutschen no son necesariamente muy abiertos a las relaciones como lo puede ser un latino. De hecho, ese es el primer choque cultural que uno va a tener. En nuestro caso, al haber un miembro de la familia nativo y con el idioma, fue más fácil. Ya sea como intérprete, en la búsqueda de trabajo o con los trámites de rigor que uno se va a encontrar, es fundamental el entendimiento de la cosmovisión cultural alemana".

Impulsar la biculturalidad

A lo largo de sus vidas, Anahí y Andrés fueron conociendo en ambos hemisferios distintas personas con sus respectivos talentos, pero que coincidían en algo muy importante: la biculturalidad o la experiencia laboral y cultural en el extranjero. "La idea de Elephas surge como la necesidad de coordinar esas personas y talentos de modo tal que combinados puedan dar respuesta integral a las necesidades de comunicación intercultural a la hora de hacer negocios", explica su fundador.

La pareja ya había explorado la biculturalidad desde su relación personal

"Apostamos a evitar los conflictos derivados de las erróneas interpretaciones culturales que solo restan energía y dinero. Por dar un ejemplo, la puntualidad: somos famosos los latinos no por ser sistemáticamente impuntuales, pero sí por no dar la importancia que otras culturas le dan a la puntualidad. Lo que para nosotros es la consecuencia de la falta de tiempo, para los alemanes es la consecuencia de la falta de respeto o de la desorganización", destaca.

"Si alguien viene a Alemania y contrata nuestros servicios nos vamos a asegurar de que llegue a su cita 10 minutos antes, como es la costumbre aquí. Pero eso que parece una simpleza tiene por detrás una logística de apreciar. Para eso vamos a planear la salida dos horas antes, ya que los embotellamientos son muy probables y  duran entre 45 minutos y una hora. El traslado se hará en vehículo privado con chofer, mínimo, bilingüe y un asesor también bilingüe esperará al cliente en el lugar de la cita media hora antes, si hay algún problema extraordinario el asesor puede comenzar la reunión en nombre del cliente. Algo tan trivial como la impuntualidad, en este caso, sería la causa de tirar por la borda el trabajo, quizás, de años".

Adaptarse a las reglas locales

"Es muy importante no olvidar que aquí los impuestos son sagrados, no pagarlos es una cuestión penal, la carga impositiva es un tema central a la hora de determinar si un proyecto fracasa o sigue su curso, de una planificación clara y con muy buen asesoramiento dependen muchas cosas", cuenta el emprendedor.

"Cuando se empieza a emprender se tiene un alto grado de exposición y riesgo de caer en la insolvencia (quiebra personal), ya que no hay regímenes especiales para arrancar o moratorias por deuda. Un cuentapropista o emprendedor está además muy limitado en el acceso al crédito, depende de lo facturado en los últimos tres años, así que los primeros tres años probablemente no consiga algún tipo de crédito y su scoring bancario no crezca mucho sino hasta el sexto año".

Sin embargo, agrega, "Alemania depende muchísimo de las exportaciones: la contribución de las exportaciones al PBI pasó de un 30 a un 50% durante la década del 2000 al 2010, lo cual refleja la debilidad de su demanda interna que debe ser suplida con importaciones constantes. Y ahí es donde cobra relevancia ser exportador de productos a Alemania, encajar en un mercado tan grande, tan necesitado de todo y sostenerlo en el tiempo es, sin dudas, un esfuerzo muy grande".

Según dice, "la buena gestión del proyecto, una planificación estratégica y contar con asesoría legal y contable, es indispensable para arrancar aquí, pero también para comercializar desde afuera. Por eso, nos propusimos crear un proyecto donde esta capitalización de conocimientos de las particularidades del mercado alemán sirvan a otros emprendedores que deseen colocar sus producto aquí". 

Emprender como modo de vida

"No conocemos otra forma de trabajar", asume Andrés. "Hemos desarrollado muchos emprendimientos y participado en otros tantos. Siempre hemos tenido un moderado éxito acorde al tamaño del emprendimiento, pero la principal barrera que uno encuentra cuando emprende en la Argentina es el regionalismo. Nos autopercibimos como una república federal, pero el entramado político económico históricamente es unitario. Cuando emprendes siendo de Córdoba o Tucumán tenés el lastre de ser del "Interior", lo que perjudica mucho porque limita al acceso a la información, a los eventos internacionales, a la comercialización, y esto se traduce en una suma costos. Sin ánimos de comparar linealmente, y si bien aquí existe una gran diferencia de desarrollo entre Alemania del oeste y la ex RDA, la diferencia del PBI per cápita entre el Este y el Oeste es de un 27%, la infraestructura está mejor repartida. No se necesita estar en Berlín o Frankfurt para emprender".

Por otro lado, en cuanto a lo que implica "ser argentino" en un país como Alemania, Andrés plantea que "la ‘todología’ no funciona muy bien, porque aquí se cultiva una cultura de la especialidad, mientras más especializado se está en un tema más se valora esa capacidad y más confianza se genera.  Si bien los talentos asociados a la flexibilidad, la espontaneidad o la capacidad de reinventarse son un valor cultural muy arraigado en el argentino, no son aquí una ventaja sustancial, incluso a veces pueden transformarse en un obstáculo si uno no conoce sus límites frente a la idiosincrasia alemana. En el idioma alemán existe una frase ‘So macht man das’, el famoso ‘Así se hace’, no hay muchas posibilidades de sacar ventajas ante esto". 

Tiempo de balances

Para Hönicke el balance es positivo. "He sumado experiencias, aprendizajes de otras culturas y formas de ver el mundo, aprender otro idioma de esta forma, viviendo el día a día es una experiencia extraordinaria y con lo difícil que es el alemán, cada palabra, verbo o declinación que uno suma se vive como un triunfo", expresa. "Estas experiencias movilizan hacia adentro porque uno se conoce mejor viajando, no hay mejor forma de conocer su propio país que estando fuera de él, porque uno puede contrastar lo aprendido con otras recetas, otras formas. En este proceso es que uno descubre lo que realmente tiene como país y lo que falta, prefiero quedarme con lo tenido, lo que falta de algún modo u otro llegará, y para eso estamos nosotros aportando nuestra gota en este mar". 

La distancia permite el redescubrimiento de los contactos, ver con otros ojos a los profesionales conocidos que ahora encajan perfectamente para un proyecto atravesado por las relaciones culturales. "La creatividad argentina a veces no tiene límites, pero acá estamos nosotros, para canalizarla", sostiene.

La difícil tarea de emigrar

La sabiduría china dice que en la vida se presentan pocos eventos realmente importantes, no más de tres o cuatro: lo cierto es que emigrar está en esa lista. "Es un evento disruptivo porque te expone al 100% como sujeto cultural, todo lo que conocés, la forma de hacer las cosas, de resolver problemas. Se pone a prueba y se contrasta en la práctica diaria, eso causa que el choque cultural esté a la vuelta de la esquina", narra el entrevistado. "Pero se va aprendiendo en la práctica y se van asimilando los modos y las formas, además la migración voluntaria tiene esa particularidad, se sabe que se vino para estar y hacer la experiencia, no se está de paso. Distinto es aquel que tuvo que emigrar por guerras o catástrofes. Nosotros sabemos que Argentina está allí, en el cono sur y que la casa donde nos criamos también está aún allí, existe un pasado que nos liga a través de esas referencias, de las cosas, esta gente que ha venido aquí realmente no les queda nada, tampoco la opción de volver. Poder tomar la elección de emigrar es en este contexto es un privilegio".

Extrañar, "se extraña todo", dice Andrés. "El calor y los pájaros, los colibríes, la Pampa de Achala en Córdoba y el norte argentino, donde se funden las culturas andinas, eso nos parece maravilloso e inigualable, esa combinación de paisajes y culturas es increíble".

Para él, volver siempre es una opción, pero en estos momentos se concentra más en lograr que la experiencia de estar en Alemania sea más fructífera para el futuro. "Cuando uno emigra a otro país los primeros cuatro años son decisivos, durante ese tiempo aún no se ha llegado, se está como en un limbo, es después de este tiempo que se toma la decisión de seguir adelante o volver, nosotros hemos tomado la decisión de seguir aquí porque nos parece que este es un momento estratégico para el futuro de nuestro proyecto", plantea.

Te puede interesar

Secciones