Con más de un 56% de inflación en lo que va del año, y un acumulado en los últimos doce meses que superó el 78%, las pymes argentinas ya empiezan a mostrar signos de cansancio. Sobre todo esto sucede entre sus directivos, a quienes les afecta directamente el estrés y empiezan a decir cuánto impactan los costos de sostener los puestos laborales.

A esto se suma la impotencia de los trabajadores, quienes sufren mes a mes como sus salarios se deprecian, y muchos no logran cubrir la canasta básica, aún cuando tienen empleo, y en blanco.

Incluso, quien camine centros comerciales, como Once o calle Avellaneda, verá que la mayor parte de los comercios tienen carteles que dicen: "se necesita empleado", a lo que le sigue la leyenda: "con ganas de trabajar". Y esta se transforma en una queja constante por parte de los comerciantes.

Y hay que tener en cuenta que algunas de las pymes arrancan con las cuentas en rojo o con gastos extras por tener que reinventar su negocio.

Antes pandemia, ahora inflación

Esto es lo que le pasó a Cinco Sabios, una productora platense de cerveza a quien la pandemia las dejó con las condiciones básicas para seguir operando.

"Con la cuarentena se desarmaron casi en su totalidad los equipos de trabajo (se redujeron alrededor del 80% por diferentes causas) y se tuvieron que volver a formar. Además, nos dejo con muchas deudas y con un mantenimiento (inversión) atrasado", cuenta Diego De Benedictis, su fundador.

La producción de cerveza también se ve golpeada por la inflación

Esto hace que actualmente se les complique mucho "llevar las cuentas al día y poner todo en orden, como lo teníamos antes", se lamenta el productor.

Y cuando no terminaron de recuperarse del todo, ahora la inflación agrava la situación. "Es una locura, cuando actualizas precios ya te cambiaron los costos y con eso la rentabilidad. Se pone mucho esfuerzo en mantener la estructura, sin tener realmente la certeza o la intuición de si va a valer la pena. Redoblas el esfuerzo para intentar mantener y no llegas", agrega Benedictis.

Otro punto que muchos resaltan es la falta de financiamiento, ni siquiera cuando se presentan proyectos o planes con información o datos que los respalden. "Encima las Declaraciones Juradas de los años anteriores (los atravesados por la pandemia) no te ayudan. En resumen, siempre te prestan cuando tenés más margen, no cuando lo necesitás", cuenta el socio de Cinco Sabios.

Inflación para trabajadores y dueños

Un punto importante es cómo la inflación golpea a todas las partes por igual. "Primero, hay que reconocer que desgasta a los equipos. Falta gente con ganas de trabajar, y después es difícil motivarlos cuando lo que podes ofrecer es algo q tiene cada vez menos valor. No hay incentivos porque el dinero no vale. Pero, por otro lado, cuesta muchísimo juntarlo, y se lo necesita", describe Benedictis.

¿Cómo se puede combatir estos impactos? "Trabajando mucho más de lo que podemos. Tanto que llegamos a descuidar la familia y la salud. Así y todo es difícil. Cambiamos tiempo que antes dedicábamos a producir por tiempo para analizar costos. Nos volvimos administrativos", detalla el productor, con un dejo de fastidio.

Incluso, para industrias que son de servicios y exportan, la inflación también está pegando a ambas partes. Así lo cuentan en Livepanel, dedicada a la investigación de mercados y machine learning.

Las pymes se preguntan si habrá un freno a la inflación

"Tenemos la ventaja de que trabajamos mucho para el exterior, y esto hasta licúa algunos costos. Pero nos perjudica en tanto el dólar no acompañe la inflación", dice Leonardo Valente, de Livepanel.

Nadie está a salvo de la inflación

Esto se ve en dos aspectos que son fundamentales para las empresas de IT. El primero es que se les complica salir a competir con los sueldos que las empresas del exterior le ofrecen al talento argentino.

"Los colaboradores escasean: hay más demanda que oferta. Para destacarnos ofrecemos mucha flexibilidad y contratamos a jóvenes profesionales", cuenta Valente.

Quien agrega el segundo problema: "en general, no hay financiamiento para las firmas tecnológicas. Los bancos y el gobierno quieren ver gente soldando fierros, no jóvenes programando", sostiene, casi incrédulo.

En definitiva, las pymes expresan un sinnúmero de desafíos que lejos de incentivarlas, las va desgastando.